Análisis de I Am Alive

El mundo está en ruinas, todo está cubierto de cenizas. Constantes terremotos y tormentas de polvo tóxico continúan golpeando la ciudad. Armado únicamente con una linterna, cuerda y una pistola sin balas, nuestro protagonistas se embarca en una aventura por su familia.

Desde el comienzo, la atmósfera opresiva de I Am Alive queda bastante clara. El mundo es un lugar gris y deprimente. Toda visión pasa por un filtro sucio y basto. No encuentras casi ningún color. Vagas por este infierno con la carga de una constante sensación de soledad. Los pocos supervivientes que quedan arrasan los pocos recursos que quedan. Es la ley de la selva, e incluso tus similares pueden verte como posible alimento.

El título presenta paralelismos evidentes con The Road, de Cormac McCarthy. El hombre sin nombre, los eventos y los encuentros peligrosos con otros supervivientes, todo resultará familiar a los lectores o espectadores de la novela o el film.

Implementar el drama derivado de la lucha por la supervivencia no es una tarea nada fácil. Menos, con un género que se estableció con la gracia salvadora del Continuar o Retirarse. Así, las búsquedas desesperadas de la comida y los enfrentamientos para sobrevivir no deberían estar nada cerca del realismo. Pero eso es exactamente lo que hace I Am Alive.

Ya estamos acostumbrados a los trucos de los Survival Horror. Falta de munición, vagar por la oscuridad hasta que te llevas un sustito.... hasta la obligatoria linterna forma parte de la parafernalia. El verdadero logro aquí es un ingenioso principio de resistencia y salud.

Correr, escalar y adaptarse a las nubes de polvo tóxico que revolotean por las calles de la ciudad son tareas que van reduciendo nuestra barra de 'stamina'. Descansa e irás olvidando el estrés, mientras se rellena la barra.

Pero si pasamos demasiado tiempo en una dura escalada, esa barra baja permanentemente y no quiere recargarse. Por lo tanto, además de nuestro indicador de 'vida', tenemos que mantener un ojo sobre la resistencia o nos quedaremos sin aliento demasiado rápido, aunque sea subiendo una pequeña escalera.

Así las cosas, la comida y las medicinas son comodidades lujosas. Si te agotas, sólo recuperarás tus niveles de salud y resistencia digiriendo alimentos, pero esta recuperación también depende del tipo de comida que ingieras.

Parece un pequeño truco, pero transforman el simple acto de subir una escalera en una situación muy tensa, para dar un respingo y apretar fuerte el mando. Además, el sistema de guardado y reintento está bien pensado, sumando a la ansiedad por sobrevivir. El número de reintentos está limitado hasta en el modo normal. Si lo haces, vuelves al último punto de guardado. Si los gastas, deberás volver a jugar todo el nivel. En el nivel de dificultad más alto, es directamente 'Game Over'.

Rescatar supervivientes aportará otro 'continue' a tu cuenta. Pero el precio no es bajo: cada pobre alma que salves también suele necesitar parte de tus escasos suministros. Aquí está el medidor de moralidad de I Am Alive, y depende únicamente de ti decidir si compartir tus cosas es un riesgo asumible o una posible recompensa. Las consecuencias y cuestiones que te planteas te sumergen algo más en el escenario ficticio.

En una situación, encontré un trozo de comida que tenía una pinta ligeramente mejor que otros restos que había probado hasta entonces, y que tenía pinta de rellenar mis medidores completamente. Pero la dejé en mi mochila, sin tocarla... por el fuerte presentimiento que tenía de que podía tratarse de carne humana. Quizás, habérmela zampado sólo habría tenido consecuencias estadísticas, incluso buenas. Aun así, la ficción me planteó una línea que me negué a cruzar.

Y no sólo están los que buscan ayuda. Cada encuentro puede ser potencialmente peligroso. Algunos supervivientes sólo están alerta y quieren defender sus suministros. Pasa tranquilamente, sigue tu camino y la situación no pasará de ahí.

Pero entonces das con los que no pierden el tiempo y pronto te ven como un negocio fácil. Rápidamente debes leer la situación y responder: ¿están los enemigos armados? ¿Quién supone la mayor amenaza y, más importante, cuánta munición me queda?

Puedes tirarte un farol y sacar la pistola vacía. Apunta y los grupos mantendrán la distancia durante un tiempo, pero la situación debe resolverse de alguna forma. Los enemigos no se quedarán ociosos, y los armados abrirán fuego inmediatamente, mientras que los que tengan armas blancas se lanzarán para atacarte.

Incluso aunque tengas balas, los tiroteos son descarnadamente 'humanos' en este juego. Mientras apuntas y disparas a uno, otros estarán pululando. ¿O te apartas y esperas que se queden dentro de los límites de su fogata? El aspecto táctico que adopta el juego es lento y agotador, sencillamente porque la presión es genial.

Más adelante te haces con un arco de caza, que requiere su propia estrategia (y la cuerda requiere mas tiempo que el gatillo). Deberás tener mucho cuidado sobre dónde disparas.

Las tareas individuales en busca de la familia son bastante lineales, pero la zona relativamente pequeña de Haventon que vamos atravesando hacia la siguiente misión es más abierta. Pasamos por algunas áreas varias veces, mientras nuevos pasajes van surgiendo con el cambio de las condiciones locales.

I Am Alive es una experiencia asombrosa y muy emocionante de cabo a rabo por la constante lucha por sobrevivir.

Si el juego fuera un pelín más largo, podría haber funcionado perfectamente como juego completo en caja. Pero de esta forma, la duración de unas ocho horas es más que suficiente para mantener la atención y la tensión.

El estilo gráfico aporta a la experiencia para conseguir una atmósfera agobiante. Aunque los elementos borrosos y el filtro de grano y suciedad puede resultar algo molesto en ocasiones, es algo realmente intencional: cuando finalmente atraviesas la niebla por encima del nivel de las calles y te asomas por una oficina bañada por el sol, entre las ruinas de un rascacielos, tú mismo tomas aire tranquilamente y te recuerdas: "I Am Alive".