Análisis de Disgeaea 4: A Promise Revisited

Si ya has jugado alguna vez a un Disgaea, entonces a buen seguro sabes qué es lo que te espera dentro. Si no, te lo resumimos rápidamente: Disgaea es un J-RPG puro y duro con delirantes y numerosos diálogos, una historia con mucho más de lo que se ve a primera vista y un sistema de combates en apariencia simple pero en realidad tremendamente profundo, complejo y muy 'recompensante'. La suma de todo esto da vida a un título que nos mantendrá horas y horas pegados a nuestra PS Vita... siempre y cuando nos convenza su propuesta y nos quede batería, claro está.

Rol diferente

Como has podido leer arriba, la propuesta de Disgaea es, y ha sido siempre, algo totalmente especial, muy diferente de los RPG a los que estamos acostumbrados. Y más si no somos fans habituales de los títulos procedentes de los geniales Nippon Ichi Software (NIS). El caso es que, más allá de la peculiaridad inherente a los S-RPG (RPG tácticos), la franquicia Disgaea siempre ha brillado con luz propia entre ellos.

Quizá sea por su estética totalmente manga, por la comicidad de sus diálogos y personajes o por un argumento que, pese a ser delirante en numerosas ocasiones, mantiene un trasfondo serio que termina enganchando al jugador. Sea por lo que sea, Disgaea es una de las pocas franquicias S-RPG que pueden presumir de tener una legión de fieles jugadores en occidente y que, gracias a ello, consigue salir más allá de las fronteras japonesas para llegar a las consolas de unos jugadores cada vez más perceptivos a juegos que se salgan de los cánones habituales.

¡Te lo prometo por mis sardinas!

El genial sentido del humor, marca de la casa, no tarda en hacerse notar. Nada más iniciar el juego, y tras una intro tipo anime que nos mete en situación, ya viene la primera risotada de la partida. Nuestro protagonista, Lord Valvatorez, es un vampiro que tiempo atrás fue conocido por sus fechorías como tirano. Ahora, no obstante, descubrimos ue se encuentra recluido en el Netherworld (inframundo) entrenando a los Prinnies para que puedan redimir sus pecados con el orgullo que todo Prinny debe tener. Esta vez, en vez de sangre, Valvatorez se alimenta de... ¡sardinas! Alimento que, por cierto, no pierde ocasión de alabar continuamente.

Estos 'gags' ayudan a dar un toque cómico y entretenido al guión, pero por suerte no lo hacen caer en el absurdo. Más allá de las bromas, el argumento de Disgaea y el perfil de sus personajes siempre nos guarda un toque serio. Sin ir más lejos, la costumbre de Valvatorez de alimentarse de sardinas en vez de sangre humana deriva de una promesa que hizo a una joven humana hace ya varios siglos. Obviamente, la esperanza de vida humana no es la misma que la de los vampiros, por lo que podemos imaginarnos por dónde van los tiros en esta ocasión.

Así las cosas, el argumento evoluciona desde anteriores entregas. Ya no nos encontramos con un contexto basado en un instituto del inframundo. Aquí las cuestiones llegan a un mundo más adulto, el de la política. Valvatorez, acompañado por su leal hombre-lobo Fenrich, desafiará a las clases altas del inframundo para hacerse con el control de todas las zonas posibles, que nosotros gestionaremos mediante el menú correspondiente. ¿Y qué hace Valvatorez metiéndose en política?

Resulta que sus bien malvados y concienzudamente adiestrados Prinnies han sido secuestrados por nuestro peor enemigo justo en el momento en que van a graduarse. Esto implica que ya no van a ser capaces de cumplir su misión. Toca evitar la desaparición de los Prinnies y, principalmente, cumplir la promesa que les hizo: darles unas ricas sardinas.

¿Ves como la proporción humor-seriedad se mantiene en su toque justo?

Subiendo de nivel

Aunque la historia siempre es importante, va siendo momento que veamos cómo nos afecta la decisión de Valvatorez, jugablemente hablando. Si ya conocías Disgaea sabrás que, más allá de los abundantes diálogos, estamos ante un S-RPG tradicional por turnos, en los que el campo de batalla se presenta en perspectiva isométrica y sobre el que desplazamos nuestras unidades dando órdenes para, de una vez, ejecutarlas todas. Una vez finalizamos nuestro turno, la suerte está echada.

Posiblemente, conociendo a otros títulos similares dentro del género como Final Fantasy Tactics o Agarest, parece que no hay nada nuevo bajo el sol. Tras terminar el tutorial de rigor, nos encontramos con las clásicas tiendas de armamento, armadura, enfermería para recuperar la vitalidad de nuestras unidades. Sin embargo, ahí terminan las similitudes.

Desafío estratégico

Como todo juego del género, sin experiencia previa puede ser un pequeño infierno llegar a controlar todas las variables para ser competitivo en los combates. Pero he aquí otra sorpresa: el sistema de combates de Diagaea esconde una gran profundidad estratégica más allá de lo que podemos percibir. ¿Qué queremos decir con esto? Que, si somos prácticos y nos podemos permitir llevar la partida unos turnos por encima de lo óptimo y nos da igual que varios de nuestros aliados caigan, podemos terminar ganando. La suerte, como en todo, también es una virtud a tener en cuenta.

Disgaea termina consiguiendo que nos auto-impongamos un desafío personal sin que nos demos cuenta. La gran variedad de combos y las múltiples posibilidades de movimiento dentro del campo de batalla permiten que podamos enfrentarnos a cada lucha con la estrategia que más prefiramos, aunque no siempre sea la más óptima. Por ejemplo, podemos hacer que cada uno de nuestros lacayos vayan cogiéndose unos a otros consecutivamente y formar una torre. Después, hacemos que se vayan lanzando y resulta que, en un sólo turno, hemos llevado nuestras unidades a puntos que de otra forma habrían tardado más en alcanzar.

¡Nos gustan las sardinas!

Definitivamente, la propuesta de Disgaea 4 es algo irrepetible dentro del catálogo de PS Vita, y más si obviamos sus anteriores entregas. Nos encontramos ante un juego cuyo público objetivo son los jugadores familiarizados con la animación japonesa. No sólo por su estética anime (que consigue que el juego entre por los ojos desde un primer momento), sino por varios detallitos y ciertos chascarrillos de la cultura nipona que sólo comprenderán los que lleven más de un par de animes vistos en su historial. La posibilidad de elegir el doblaje japonés original es una muestra más de a quién se dirige este Disgaea.

Además, el formato portable de PS Vita se perfila como el más idóneo para este juego. Los diálogos y los combates por turnos se dejan querer en los trayectos en transporte público o en los típicos momentos en los que puedes aprovechar cinco minutos para ir avanzando tu partida para después dejarla nuevamente en suspensión. La mejor forma de ir progresando con calma en la historia de Valvatorez dentro de nuestra ajetreada vida diaria.

¿Que si te gustará el juego? Pues depende. Como te avisamos anteriormente, estamos ante un S-RPG (Strategic RPG) por turnos, por lo que la planificación, organización y paciencia son cualidades necesarias para pasarlo bien Disgaea. Si las posees, o puedes permitirte desarrollarlas lo suficiente, ten por seguro que estás ante el juego más entretenido y completo del género que puedes conseguir para tu PS Vita. Horas y horas de diversión asegurada.