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Planetary Annihilation

Análisis de Planetary Annihilation

Hemos pasado horas aplastando planetas unos contra otros en la épica sideral de estrategia en tiempo real de Uber Entertainment.

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Normalmente, cuando un juego llega al mercado, lo hace entre celebraciones y alegrías porque por fin está disponible. Sin embargo, no todos los lanzamientos son así, y esta es una de las excepciones que confirman la regla. Se han escuchado voces entre la comunidad de Planetary Annihilation que sugieren que el juego todavía no está listo para despegar, con preocupaciones por la estabilidad y por unos modos en solitario que están ligados a la conexión permanente a internet.

La falta de juego offline es bastante mosqueante, y de hecho esperábamos que esta parte estuviera incluida en el juego final. Pero no lo está, por lo que tu partida depende de servidores externos, y no puedes acceder al contenido para un jugador a no ser que estés en línea (algo que, recordad, no salió nada bien el año pasado con SimCity). El cliente también es un poco inestable, y el juego se nos ha quedado colgado más de una vez (en realidad todo el ordenador, sin poder volver al escritorio). Finalmente, en algunas de las partidas a gran escala, el framerate cae a cifras inadmisibles, incluso con los gráficos en baja calidad. Por lo tanto, todavía no parece optimizado del todo.

Normalmente, problemas como estos ensombrecerían completamente el lanzamiento de un nuevo título, pero si bien nuestro entusiasmo cayó un pelín, la verdad es que no fueron problemas suficientes como para arruinar la diversión. Porque cuando funciona, Planetary Annihilation es un maravilloso 'sandbox', lleno de posibilidades estratégicas en tiempo real. Ofrece una interpretación de la guerra futurista que se despliega a una escala sin precedentes, tanto que casi marea intentar asimilar su alcance. Donde otros RTS te suelen poner un pequeño recorte cuadrado de terreno sobre el que hacer la guerra, aquí batallas a través de planetas completos, y lo haces con una colección de herramientas realmente impresionante a tu disposición.

Los jugadores controlan a un Commander, una entidad robótica de la que depende todo el éxito o fracaso de la misión. Si la pierdes, pierdes la partida. Los comandantes construyen bases en los planetas, estos a su vez orbitando alrededor de estrellas en sistemas solares completamente formados. Enormes ejércitos se enfrentan en explosivas batallas, con ataques orbitales, armas nucleares... hasta incluso puedes estrellar lunas contra otros planetas para conseguir efectos devastadores. La selección de opciones que se abre ante el jugador es, cuando menos, un gran placer, y aunque muchas de nuestras batallas se decidieron nada más empezar, es muy emocionante descubrir las posibilidades que pueden esperar a la vuelta de la esquina.

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Estas batallas suceden en tiempo real, pero en este juego hay tanta lucha como construcción de bases. Es toda una carrera armamentista virtual, en la que las construcciones al principio de cada partida requieren un enfoque práctico y directo para seguir siendo competitivo desde el ecuador hasta el final. Saber qué edificios hay que poner primero, y en qué orden, y los entresijos del sistema económico, resulta absolutamente esencial. El comandante produce fábricas estándar, que a su vez generan unidades de fabricación, unas unidades que se ponen manos a la obra para montar fábricas aún más avanzadas... que dan lugar a unidades todavía mejores.

Algo que resulta especialmente frustrante en Planetary Annihilation es que el estudio Uber Entertainment no le cuenta al jugador nada de todo esto. No encontramos nada que se parezca a un tutorial, salvo un vídeo en YouTube que en realidad no explica casi nada. Al menos enlazan a vídeos grabados por los jugadores, por lo que algo de información queda disponible, pero creemos que aquí están aprovechando demasiado el favor de la comunidad. El juego pide a gritos un tutorial jugable, por su gran nivel de profundidad y complejidad.

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Con todo, una vez comprendidos los aspectos básicos, aparecen opciones tácticas y estrategias combinadas por doquier. Las unidades se dividen entre bots, aire, tierra y, cuando hace falta, agua. Hay gran variedad de planetas (incluyendo uno que se parece bastante a la Estrella de la Muerte), y las batallas suelen liarse entre fuerzas que están afincadas en distintas partes de un sistema, lo que deriva en una expansión agresiva a través de múltiples planetas, con cada comandante reclamando los recursos necesarios para crecer aún más. Las partidas no dejan tiempo para el descanso, y como decíamos, el éxito depende de una economía sólida. No te puedes dormir en los laureles; como fracases en tu rápida expansión, normalmente resultarás derrotado.

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Actualmente existen tres modos de juego. Las batallas online son entre jugadores humanos, normalmente cubriendo varios planetas, y se pueden jugar por equipos o todos contra todos. Lo cierto es que no tuvimos problemas a la hora de encontrar partidas cuando lo intentamos, aunque podrían hacer algo para explicar las distintas opciones, quizá mediante globos de consejos o algo parecido.

El modo escaramuza es similar. El jugador puede elegir el campo de batalla, la dificultad y demás, y luego enfrentarse a la IA mientras pone en práctica un rango decente de opciones tácticas. Incluso puedes crearte tus propios sistemas solares con la herramienta editor. Tenemos que reconocer que las partidas contra la IA fueron sorprendentemente duras (aunque tampoco es que seamos los mejores generales del universo), y las fuerzas controladas por la máquina se mueven sobre sus engranajes a velocidades alarmantes. Ojear al enemigo es crucial al principio, igual que responder a los rivales lo antes posible.

Finalmente está la campaña de la Guerra Galáctica, que levanta la mano un poco más con el tema de la dificultad. Aquí, los jugadores cuentan con una lista pelada de opciones tácticas, y conforme buscan nuevos sistemas, van descubriendo nuevas tecnologías que dictan el tipo de ejércitos que pueden construir en las siguientes batallas. Para empezar hay tres ranuras donde, por ejemplo, se pueden colocar tecnologías de eficiencia, tanque y aéreas; con una combinación así podrás producir ciertas unidades de forma más eficiente, y empezar la partida equipado con las opciones necesarias para desarrollar tu ejército hacia una flota de tanques con apoyo aéreo. Luego, derrotando a un enemigo o explorando un sistema aún por habitar liberas una nueva destreza, tomando a continuación las decisiones en base a las tecnologías que ocupan los tres huecos.

La campaña tiene cierto toque 'roguelike', con galaxias aleatorias de generación procedimental, y los comandantes sólo tienen una vida, algo que añade mucha tensión a cada encuentro. Lo único que falta es una campaña conducida por una buena historia, aunque quizá no pensaríamos lo mismo si la Galactic War viniera con un componente narrativo más fuerte que tuviera que enlazarlo todo. No creemos que sea nada fácil hilar una historia con una campaña de este tipo, pero la verdad es que se nos ocurren algunas opciones que podrían haber aportado más personalidad a este modo de juego. Dicho esto, nos ha gustado, y al final hemos jugado más que a las escaramuzas contra la IA.

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El juego viene con una tienda in-game que actualmente presenta una selección de unidades Commander adicionales, desarrolladas junto a un grupo de jugadores que respaldaron el juego con su dinero cuando pasó por Kickstarter.

A nivel visual está claro que pasan un montón de cosas al mismo tiempo, pero valoramos que, casi todo el rato, toda la información que hay que tener a la vista se comunica mediante una estética efectiva y sencilla. Como los planetas son completamente esféricos, navegar por el campo de batalla puede ser todo un reto, especialmente cuando están cubiertos de literalmente cientos de unidades, pero el esquema de control es sólido y resulta fácil pasar de una zona álgida a la siguiente, incluso cuando están en dos planetas distintos. Es fácil hacerse una idea de lo que está pasando con echar un vistazo a la acción, pero desde más lejos las unidades quedan sustituidas por iconos, y en estos casos la distancia sí que puede dificultar la interpretación de lo que ocurre.

Las posibilidades son casi infinitas en este juego. De hecho, hablando de 'sandbox' de estrategia, no se nos ocurre ninguno parecido con un potencial tan alto. Hay una barbaridad de direcciones a seguir para construir un ejército, y los fans de la estrategia en tiempo real indudablemente disfrutarán de la gran colección de opciones y variaciones. Tampoco podemos dejar de elogiar la banda sonora orquestada, añadida como parte de uno de los objetivos extendidos de la campaña de financiación pública, porque es magnífica y sin duda completa la excelente atmósfera de juego.

Sin embargo, pese a tantos puntos positivos, la omisión de un modo offline y la ausencia de tutoriales son problemas evidentes que tienen que rectificar cuanto antes. Los amantes de Supreme Commander y Total Annihilation se sentirán aquí como en casa por tanto que tienen en común, pero los novatos en el género es probable que se sientan abrumados por la escala de un juego que no hace mucho para facilitar su entrada. Parece como si se hubiera hecho solo para la gente que pagó la campaña de Kickstarter, algo comprensible hasta cierto punto, pero ahora que le ponen la etiqueta de juego completo, Uber tiene que cuidar a la gente que se acercará a su obra por su tentadora premisa. Si quieren mantener contentos a los nuevos jugadores, deben trabajar esa accesibilidad.

La escala y ambición de Planetary Annihilation es totalmente admirable, y aunque hemos quedado realmente impresionados con lo visto y jugado, nuestra recomendación de compra viene con una advertencia: es un 'work-in-progress' muy bueno, pero quizá no esté terminado del todo todavía.

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07 Gamereactor España
7 / 10
+
Genial 'sandbox' de estrategia, un montón de opciones se abren ante el jugador, espectacular escala.
-
No tiene un tutorial en condiciones para aprender, sigue con problemas de optimización, no permite jugar en solitario sin conexión a internet.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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ANÁLISIS. Autor: Mike Holmes

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