Análisis de Sherlock Holmes: Crímenes y Castigos

Cuando investigamos El Testamento de Sherlock Holmes hace justo dos años, descubrimos una aventura entretenida, pese a algunos fallos. Crímenes y Castigos ofrece otra versión del personaje (y van ya...), a la vez que introduce unas cuantas funciones de juego inéditas en la serie.

Lo más importante a destacar es que el estudio ucranio Frogwares sigue empleando una buena colección de mecánicas de juego para procurar evitar la naturaleza repetitiva que suele afectar a este tipo de videojuegos de aventura. Así, nos permite concentrarnos de varios modos en la investigación en concreto.

En cuanto al personaje, este nuevo Sherlock es algo más chulo y simpático que los anteriores, mientras que su hermano Mycroft aparece integrado en la aventura y la relación entre ambos se podría asemejar a la que vemos en la reciente adaptación de la misma pareja en la brillante serie de la BBC. Pese al paralelismo de esta dinámica, Frogwaves sigue ofreciendo su propia visión tanto del famoso detective como de las historias firmadas por Arthur Conan Doyle que han servido de fuente para el videojuego.

Como una aventura moderna necesita un héroe moderno, aquí encontramos una aventura y un héroe que no son ni desolados ni aburridos, las dos principales pegas que le pusimos al último juego. Lo que es una pena es que en esta ocasión el Dr. Watson queda demasiado en segundo plano, y a causa de la estructura episódica, sólo nos dejan pequeñas raciones de juego de verdad, por lo que a la experiencia le falta esa sensación de gran relato. Del mismo modo, la ilusión de estar trabajando en un mundo abierto que encontramos en el juego anterior funcionaba bastante mejor que en estos lugares más reducidos donde constantemente te chocas contra paredes invisibles.

Nuestras sensaciones también se encuentran a la hora de analizar las nuevas técnicas de investigación, por ejemplo a la hora de examinar a una persona en busca de atributos especiales. El conocimiento deducido de esta forma se aprovecha en conversaciones posteriores, momento en el que Holmes intenta intimidar o delatar al interrogado. Descubrir el punto débil de un personaje es bastante sencillo, pero aunque no sea una parte del juego particularmente exigente, la verdad es que encaja perfectamente con el estilo de trabajo de detective que los fans esperamos del icónico protagonista.

Aun así, esta parte de análisis de personajes es solo uno de los pasos necesarios para reunir pruebas antes de empezar los interrogatorios. Lo que tampoco significa que la cosa se complique demasiado, pues Holmes cuenta con un sexto sentido que le permite escanear el escenario y advertir cosas que quedarían ocultas ante ojos normales y corrientes. Una vez más, el cerebro no te echará humo, pero al menos hay bastante variedad como para mantener cierto interés de sabueso.

El sistema para tomar decisiones es algo mejor. Conforme vas recopilando información, puedes generar lazos entre distintas pruebas, y de ahí sacar conclusiones. Y si quieres derivar una conclusión, no hace falta encontrar todas las pruebas. Incluso es posible equivocarse. Dicho esto, en algunos puntos se notan claramente las limitaciones de estos mecanismos, pues a veces Frogwares intenta hacerte pensar que todo es posible, que es un caso realmente abierto, pero te das cuenta de que no es así. De hecho, puede ser bastante directo.

Las seis investigaciones que vienen en Crímenes y Castigos quedan relacionadas únicamente de forma superficial, por lo que no hay consecuencias graves si llegas a una deducción errónea y acusas a alguien inocente. Además, justo al hacerlo, te ponen una escena de conclusión que muestra el resultado de tus acusaciones, y encima te ofrecen la posibilidad de aplazar la acción y corregir los errores de inmediato, si el final no te conviene.

Otra impresión que deja el juego final es que ha salido algo crudo, como a medio hacer, como si la necesidad de llegar a varias plataformas incluyendo nueva tecnología y refrescantes mecánicas hubiera sido demasiado para el apretado plazo de desarrollo, y por lo tanto puede que el producto no sea lo rico o profundo que podría haber sido, aunque los personajes estén bien acabados y resulten completos.

Como el juego se ha desarrollado aprovechando las bondades del Unreal Engine 3, a nivel visual ha mejorado bastante respecto al trabajo anterior, con la salvedad de unas animaciones de personajes todavía bastante flojitas.

Pese a estas pequeñas pegas, nuestro tiempo de partida ha sido lo bastante entretenido como para recomendar el juego a los fans, y los distintos casos han conseguido mantener cierto nivel de tensión de principio a fin, algo esencial en una de detectives. Ahora esperamos que con estos nuevos cimientos bajo su obra, Frogwares pueda seguir mejorando y construyendo su nuevo Sherlock Holmes. Esta entrega tiene suficientes bondades como para convertirse en un contundente primer episodio para el estudio.