Análisis de Endless Legend

Pasan tantas cosas a la vez en Endless Legend que resulta difícil elegir un aspecto por el que empezar. Por ejemplo tomemos el estilo de juego: el último título de Amplitude es un juego de estrategia de 4X (eXplorar, eXpandirse, eXterminar, y el último que siempre olvidamos, eXplotar). Está en la misma línea que Civilization V, en cuanto a que se juega por turnos y en mapas con baldosas hexagonales, pero ahí se acaban las similitudes.

Básicamente, porque Endless Legend es una propuesta de fantasía, por lo menos al principio. Se nota sobre todo a medida que avanzas en las partidas y se vuelve cada vez más tecnológico, con un indiscutible toque de ciencia ficción cuando se progresa mucho. Y está bien que así sea, puesto que este juego está muy unido a nivel narrativo al otro título 4X de Amplitude: Endless Space.

No obstante, lo que más llama la atención es el impresionante mapa de Auriga en el que se desarrollan las batallas. Particularmente, podríamos calificarlo como uno de los mapas más bellos que hemos visto hasta la fecha en esta clase de juegos: es una acuarela en la que se despliegan los enfrentamientos diplomáticos, las guerras que vienen y van, los avances científicos y nuevos descubrimientos que emergen de la sempiterna niebla de guerra. Creemos que es el complemento perfecto a la profunda estrategia que se esconde tras cada turno del juego.

Dentro del mapa encontramos numerosas facciones menores que hay que conquistar de una u otra forma y, aunque las unidades de cada facción no son muy diferentes en cuanto a estadísticas y habilidades, sí destacan por su variedad y por la gama de criaturas y razas fantásticas. Por otra parte, una vez que conquistas a cada facción, puedes crear sus unidades para poder añadirlas a tus ejércitos. Lo cierto es que siempre hay algo nuevo que descubrir y no desaparece la sensación de expectación ante lo que puedas encontrar al expandirte.

Por otra parte, y como añadidura a las numerosas facciones menores, los usuarios disponen de ocho razas principales entre las que elegir y este aspecto es unas de las principales fortalezas del título. Cada raza juega de forma diferente, lo que te asegura partidas completamente variadas y mucho tiempo para practicar y practicar.

Por ejemplo, los necrófagos, una de las razas principales, son una facción basada en colmenas que se expanden agresivamente, alimentándose de los cadáveres de sus enemigos. Otra de ellas, los Drakken, representan a una facción de sabios draconianos tan conectados con el mundo que saben desde el principio dónde se emplazará la capital inicial, lo que les da la ventaja de forjar buenos lazos diplomáticos con sus vecinos, mientras que el resto de facciones luchan por establecerse.

Los Broken Lords son otra facción muy interesante: sus integrantes son los espíritus de nobles caballeros atrapados en sus armaduras que se alimentan de la moneda del juego. Así, mientras que el resto de facciones cosechan comida y compran unidades y edificios con la divisa, los Broken Lords solo necesitan dinero, por lo que la perspectiva de juego cambia completamente al elegirlos.

A estas tres hay que sumarles los Roving Clans (comerciantes con ciudades nómadas que prefieren vivir sin violencia), los Cultists (solo poseen una ciudad y pueden conquistar a otras facciones pequeñas, pero progresan cuando derrotan a las más grandes), los Wild Walkers (un ejército industrializado que prefiere el combate a distancia), los Vaulters (la facción-enlace con los otros títulos de Amplitude: Endless Space y Dungeon of the Endless) y la facción que más nos ha gustado, los Ardent Mages (hechiceros que toman su poder del dinero).

La mezcla resultante está genial y, a la par que les da a los jugadores la ventaja de variar cada partida dependiendo de la facción con la que jueguen, también plantea diferentes retos según a quién te enfrentes.

Aun así, no temáis porque podéis ganar de diferentes formas: por ejemplo, podéis salir victoriosos si controláis grandes zonas del mapa, si acumuláis dinero o si investigáis cierto número de avances tecnológicos durante la sexta y última era científica. Las formas de ganar también cambiarán dependiendo de la facción que elijáis y, para ayudaros a haceros con la victoria, disponéis de héroes que pueden dirigir ejércitos o defender ciudades y que os ofrecen diferentes bonificaciones según como juguéis.

Evidentemente, la conquista militar es la forma más obvia de ganar en un juego de este género, pero si optas por esa estrategia en Endless Legend te toparás de frente con una de las debilidades del título: el sistema de combate. Básicamente, los ejércitos son avatares en un mapa y cuando dos de ellos se enfrentan, las unidades que los forman se extienden por una zona aparte (aunque debemos reconocer que nos encanta la forma en la que se retiran al acabar la batalla, como si fuesen piezas de ajedrez que vuelven a la caja).

Sin embargo, el jugador no controla a sus unidades, sino que solo les asigna órdenes para cada turno (hay hasta 6) y luego cada unidad se mueve libremente. El problema es que, en ocasiones, las unidades toman decisiones absurdas y no cumplen las órdenes (y también hay que tener en cuenta que la batalla se desarrolla en el mapa, por lo que los factores naturales, como el terreno y otros aspectos, pueden influir en el resultado). En sí, al sistema le falta un poco de control del jugador y eso le resta dinamismo al combate; tanto que las batallas más pequeñas (en las que prácticamente sabes el resultado) es mejor simularlas que jugarlas.

Además, las propias luchas revelan otra debilidad del juego: una IA que, en ocasiones, se muestra ordinaria, tanto en el juego como en los combates. Eso sí, hay varias opciones de dificultad, porque el ajuste estándar es pan comido y los enemigos son bastante conservadores. Esta opción es genial si estás aprendiendo los rudimentos del juego, pero los jugadores más adictos pueden subir el nivel para enfrentarse a verdaderos retos estratégicos.

El juego está repleto de matices y la profundidad que Amplitude nos ofrece es francamente impresionante. Los jugadores avanzarán por diferentes eras científicas en las que los recursos son importantes para progresar tecnológicamente y las ciudades pueden expandirse y desarrollarse, lo que, a su vez, ofrece un montón de oportunidades de mejora. De hecho, cada ciudad tiene diferentes características, incluyendo dinero, industria, alimento o ciencia, por lo que el emplazamiento que elijas es muy importante, así como la forma en la que trabajan tus ciudadanos. Como jugadores, tendréis que buscar el equilibrio entre consolidar la fuerza interna y, al mismo tiempo, expandiros cada vez más. En general, los jugadores tendrán que considerar muchos aspectos y tomar muchas decisiones, y los mensajes de construcción de edificio o de entrenamiento de unidad les impulsarán a lanzarse a la acción.

Pero no olvidemos que el tiempo también es un factor importante: el invierno se acercará regularmente y cambiará el sistema de juego. La estación provocará que la mayor parte de vuestras unidades vayan más lentas, las características de las baldosas del mapa cambiarán y el progreso de algunas ciudades prósperas se verá truncado. Como punto a mejorar, habría sido genial tener una opción para cambiar entre verano e invierno, porque, cuando posees un vasto imperio, cansa un poco tener que mover a tus ejércitos para que las ciudades no se mueran de hambre durante los meses más fríos.

Uno de los principales problemas con el Acceso Anticipado al juego fue la falta de tutorial. Ahora ya lo han arreglado, pero sigue siendo un juego muy complicado y se tarda un poco en tomar las riendas del sistema, aun después de varias horas y consejos. No obstante, el ritmo lento facilita la comprensión y hace que la experiencia no sea abrumadora. Pensad en Endless Legend como en un título al que hay que dedicarle tiempo y paciencia, pero que, una vez dominado, recompensa al jugador con horas y horas de estrategia.

Otro de los contras es que, cuando avanza el juego, como suele ocurrir con los juegos 4X, el sistema se vuelve incómodo y difícil de manejar, pero se pueden modificar las opciones de cada partida para jugar a tu estilo y resolver este problema. Por ejemplo, se puede limitar el tamaño del mapa, añadir un límite de tiempo, reducir el número de facciones; hay mucho donde elegir. De hecho, ¡hasta hay multijugador! Sin embargo, el ritmo del juego es tan lento que tendrás que reservar unas horas para poder acabar la partida.

Endless Legend es, sin duda alguna, un título que pone por delante la duración del juego y la profundidad estratégica. Hay mucho que aprender y asimilar; y el complejo sistema de juego, unido a las diversas facciones, hace que represente un reto incluso para los jugadores más avezados del género. Es un título enorme, profundo y absorbente, y, a pesar de que no es perfecto, los fans del 4X disfrutarán mucho del mundo fantástico de Auriga.