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Dragon Age: Inquisition

Análisis de Dragon Age: Inquisition

Un juego de rol para amantes de la fantasía y un gran regreso para Bioware.

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Bioware es conocida por los mundos increíblemente ricos que suele crear, y por el modo en que consigue crear un vínculo entre estos universos y sus jugadores. Títulos como Baldur's Gate, Mass Effect y Dragon Age le han permitido conquistar la fama de los mejores productores del género de los juegos de rol, aunque no hayan faltado algunos incidentes en su recorrido. Desde este punto de vista, Dragon Age II es el peor ejemplo, pues ha conseguido enojar a los jugadores a causa de su repetitividad y por haber reciclado los contenidos del juego. Por el contrario, el Dragon Age original, aunque imperfecto, era un buen juego de rol de fantasía. Había dudas similares sobre cómo resultaría Dragon Age: Inquisition; si se parecería más al primero o al segundo. En realidad, ha resultado ser una mezcla perfecta entre los mejores elementos de ambos, pero a mayores añade a dicha mezcla nuevos elementos. Gracias a una mayor libertad, una gran adaptabilidad, una historia intrigante y unos gráficos asombrosos, Dragon Age: Inquisition es el primer gran juego de rol de nueva generación.

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Nada más empezar a jugar, el jugador deberá crear a su propio personaje a través del editor específico que, por sí mismo, ya es excelente. La cantidad de opciones a disposición del jugador es increíblemente amplia y será posible crear un héroe (o una heroína) de forma muy detallada. Se puede escoger entre dos sexos y cuatro razas: humanos, enanos, elfos y qunari (esta última, completamente nueva); así como entre tres clase básicas: mago, guerrero y ladrón. Tras haber elegido clase, raza y sexo, es posible personalizar a nuestro personaje con varias opciones para volverlo único.

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La historia parte del encuentro entre templarios y magos, las dos facciones enfrentadas al final del primer Dragon Age. El encuentro ha sido organizado por el Chantry, el grupo religioso más grande que opera en este universo; aunque, durante el encuentro, tiene lugar una violenta explosión. Lo que es peor aún, aparecen unos portales que permiten una invasión por parte de los demonios. Como suele ocurrir en este tipo de juegos de rol, el protagonista enseguida se ve envuelto en una conspiración y lo designan como asesino del líder espiritual del Chantry.

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Sin destriparos excesivamente la historia, podemos decir que el objetivo principal consiste en descubrir qué ha ocurrido cómo se ha llegado a esta situación. Al final, se descubre que detrás de todo esto hay una fuerza malvada que haré de todo para eliminar a la Inquisición, un grupo formado por algunos aventureros que encontrarán a lo largo de la historia. Por otra parte, habrá que lidiar con varios desacuerdos políticos y afrontar algunas situaciones muy difíciles.

Como en el pasado, podemos viajar por el mundo acompañados por tres ayudantes simultáneamente. Los fans de la serie reconocerán algunas veces cosas del pasado, como a Varric y Cassandra, que os acompañarán durante la primera hora de juego, junto con Solas. A lo largo de vuestro camino, os encontraréis con muchos otros personajes y tendréis la posibilidad de formar vuestro equipo, no solo desde un punto de vista táctico, sino también en términos de personalidad. Es posible definir la forma en la que evolucionarán cada uno de estos personajes o qué tipo de arma llevarán consigo. Pero, prestad atención, porque vuestras decisiones y acciones tendrán consecuencias sobre vuestros compañeros de equipo. De hecho, si por una parte tenemos personajes misericordiosos, por otra, los habrá que perciban esta actitud como una debilidad. Si en algún momento se crean incompatibilidades entre vuestro protagonista y otro personaje del equipo, este último podría abandonar el grupo e incluso traicionar a vuestro personaje.

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El sistema de progresión o de evolución del personaje es similar al de la entrega anterior, con sus habilidades pasivas y activas. Cada clase tiene sus propias subcategorías. Un ladrón o asesino podrá llevar dos armas o atacar a larga distancia. Un mago puede lanzar hechizos de ataque o de protección, mientras que el guerrero podrá escoger entre ser defensivo u ofensivo. Eso significa que dos personajes de la misma clase pueden complementarse a la perfección si se seleccionan subcategorías diferentes. La jugabilidad de Dragon Age: Inquisition es la mezcla perfecta entre lo visto en las dos entregas anteriores. Es posible jugar como si fuese un juego de rol y acción, con control directo sobre uno de los personajes del grupo (que no se limita únicamente al protagonista) y dejando que la IA se ocupe del resto, pero también se podrá optar por un sistema de juego táctico. En este caso, será posible pausar la acción, observar la batalla desde arriba y dar órdenes independientes a cada personaje. Las dos opciones parecen funcionar a la perfección, aunque el defecto más grande que nos hemos topado en este aspecto es el sistema de cámaras fijas, ya que a veces se nos deleita con un ángulo de visión muy poco útil.

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Dragon Age: Inquisition no es exactamente un juego de mundo abierto, pero las zonas son bastante amplias y consiguen transmitir esa sensación. Tenemos muchos incentivos para explorar el entorno y resulta realmente increíble poder disfrutar del fantástico panorama que nos ofrece el juego, sobre todo cuando somos conscientes de todos los kilómetros por recorrer que nos ofrece el juego. Resulta muy agradable contar con caballos como "medio de transporte", ya que nos permiten recorrer con mayor velocidad estas zonas tan amplias. En cualquier caso, nuestro consejo es que no abuséis de esta montura. Hay animales por cazar y plantas por recoger que nos invitan a prestar atención a todo el ecosistema de cada una de las zonas.

Aparte de la jugabilidad básica y de dos mapas gigantescos, Inquisition ofrece también una amplia dimensión política. El jugador deberá observar un mapa del mundo en el que podrá ver cómo avanza la guerra. Aquí se podrá contar con la ayuda de tres personajes: Leliana (de Origins), Josephine y Cullen, que representan respectivamente las actividades de espionaje, fuerza política y fuerza militar. Gracias a estos personajes, será posible tener bajo control todos esos aspectos del juego sin tener que involucrarse de forma directa. Por ejemplo, nos llegan rumores de que un grupo de magos practica magia de sangre. ¿Enviamos a Leliana a investigar o a Cullen para exterminarlos inmediatamente? Cada uno de estos personajes tendrá sus puntos fuertes y sus defectos, y completará la misión don diversos niveles de éxito. Las decisiones que tomemos en ste modo específico tendrán efectos en el modo en que el resto de personajes y el propio mundo del juego perciban al personaje protagonista. En algunas misiones especiales, será posible intervenir personalmente y desbloquear misiones secundarias. Este sistema es un añadido excelente a la estructura de Dragon Age.

Pero Bioware no se limita a añadir nuevos elementos, sino que también ha mejorado algunos ya existentes, como el sistema de creación. Dicho sistema, de hecho, está repleto de opciones y parece ser mucho más complejo que en el pasado. Obviamente, no es un aspecto obligatorio dentro del juego, pero a los jugadores que adoran dedicarse a buscar objetos raros y a descubrir las peculiaridades del sistema de creación disfrutarán mucho con los objetos de gran poder que podrán llegar a conseguir.

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Dragon Age: Inquisition llega a ambas generaciones de consolas (y a PC), pero parece evidente que Bioware ha puesto mucho cuidado en el desarrollo de la edición para nueva generación, ya que el juego ofrece una gran calidad gráfica en PS4 y Xbox One. En lo que respecta al sonido, los actores de doblaje lo hacen bastante bien y la banda sonora es de gran calidad. En general, es una producción del nivel al que Bioware nos tiene habituados.

Una de las principales novedades de Dragon Age: Inquisition es el añadido de un modo cooperativo que no hemos podido probar durante la fase de análisis del juego. Pero, tanto sea un modo bueno o nefasto, no parece ser el tipo de opción que tenga una incidencia negativa o positiva en el juego. Es decir, el juego de por sí tiene material y contenido más que de sobra para dejar muy satisfechos a sus usuarios. Si acaso, podría sorprendernos todavía más positivamente con una experiencia todavía más completa.

Dragon Age: Inquisition es un gran juego de rol que se puede disfrutarse de formas diferentes y que se adapta tanto a los jugadores expertos como a los neófitos. La historia es férrea, la aventura es inmensa (harían falta cientos de horas para completar todas las misiones) y hay muchísimas cosas por ver. Gracias a una jugabilidad bien equilibrada, a los grandes niveles de producción y a que los jugadores tienen una gran influencia en la narrativa con sus decisiones, Dragon Age: Inquisition es, con diferencia, el mejor juego de rol de la nueva generación y uno de los títulos más importantes del año.

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09 Gamereactor España
9 / 10
+
Historia interesante. Las acciones del jugador influyen en la narrativa. Mundo inmenso. No se hace repetitivo. Grandes gráficos.
-
Algunos enemigos y personajes se comportan de forma extraña. Algunos defectos en la historia y la estructura de mundo abierto.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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