Análisis de The Walking Dead: Season Two

El estudio Telltale sorprendió a la industria de los videojuegos en 2012 con una aventura gráfica digital distribuida por episodios. El título no disponía de mucho presupuesto ni tenía una gran empresa detrás para publicitarlo; además, la calidad de los gráficos estaba por debajo de la media. Sin embargo, contra todo pronóstico, The Walking Dead ganó varios premios Juego del Año. Este título, con ese impresionante guion inspirado en los cómics de Robert Kirkman, ha conseguido cautivar y emocionar a miles de usuarios como pocos juegos lo han hecho antes.

Después de aquella primera temporada, que consistía en cinco episodios (seis si contamos el DLC 400 Days, que ahora se incluye en The Complete First Season), han salido otros cinco episodios completamente nuevos. Es decir, en total hay 11 episodios, divididos en dos temporadas, que acaban de salir para la nueva generación de consolas. Puedes hacerte con ellos a través de PSN y de Xbox Live, o en tiendas.

The Walking Dead: Season Two es una continuación directa de la primera temporada y, aunque se puede jugar sin saber lo que ha pasado antes, te recomendamos encarecidamente que sigas el hilo de las temporadas. Si has jugado a la primera temporada, en la segunda se te leerá el archivo guardado (antes de que lo preguntes, no se puede importar la versión de PS3 o Xbox 360), pero, si no lo tienes, el juego tomará elecciones aleatorias en lo relativo a la primera temporada. Quizás, para evitar este aspecto engorroso, podrían haber añadido un sistema parecido al de Mass Effect que combinara un resumen de los eventos anteriores para que el usuario pudiera tomar las decisiones que quisiera, pero el título no se corta a la hora de intentar venderte la primera temporada antes de que juegues la segunda.

En esta segunda temporada, te pones en la piel de Clementine, la niña que tenías que proteger en la primera temporada. Aunque no es mucho más mayor, todo lo que ha ido presenciando durante los últimos meses la ha obligado a madurar y ahora es consciente de la realidad de la situación, por lo que aprende a valerse por sí misma.

Su importancia en la historia es enorme; a veces, incluso excesiva. Por ejemplo, cuando el jugador se ve obligado a tomar alguna decisión importante, el grupo la mira a ella en busca de respuestas; y, francamente, no resulta muy creíble teniendo en cuenta su corta edad. De la misma forma, hay situaciones que parecen un tanto forzadas, como cuando los personajes exageran su actitud para crear tensión o sorpresa. Con todo, ninguno de estos dos aspectos consigue deslucir el impresionante guion y la tremenda historia de la que hace gala el juego.

La historia sigue un hilo argumental general, pero cada episodio se desarrolla en un lugar diferente y ocurren cosas concretas. Como te puedes imaginar, ya que hablamos de The Walking Dead, estos eventos suelen tener mucho que ver con los zombis, o Caminantes, como se llaman en el juego. No obstante, el hilo conductor entre el juego y la historia son las relaciones y los conflictos entre los seres humanos.

A pesar de que se trata de un título de aventura, The Walking Dead no va de resolver puzles, sino de participar en los diálogos y tomar decisiones. A veces, las consecuencias de una decisión no se hacen patentes inmediatamente, sino que regresan más tarde para perseguirte. Otras veces, te enfrentarás a elecciones imposibles y, sea cual sea tu decisión, el resultado será malo. Además, el título también crea tensión mediante la forma en la que presenta estas decisiones: en una conversación normal, tienes tiempo para pensar lo que vas a decir, pero, en situaciones de peligro, solo dispones de dos o tres segundos para tomar una decisión que puede tener repercusiones muy grandes en la historia.

The Walking Dead: Season Two, al igual que su predecesor, es una experiencia muy emotiva. A ello contribuyen unos personajes memorables, un guion sencillamente soberbio y un doblaje al inglés brillante. Al volver a jugarlo, nos apena comprobar que algunas de las decisiones no han tenido el impacto esperado en un principio. Hay algunas decisiones que tienen un gran impacto en la historia, pero otras tienen el mismo resultado independientemente de lo que escoja el jugador.

En cuanto a las adiciones específicas para la nueva generación, no hay mucho que decir. El título está más pulido, pero, como ya hemos comentado, este juego no es ninguna virguería en el aspecto técnico. Eso sí, cabe resaltar la buena calidad de la animación facial de los personajes y la eficacia de la banda sonora, que cumplen su cometido al ensalzar las emociones de forma ejemplar.

¿Cuál es mejor, la primera temporada o la segunda? Si tuviéramos que decidir, escogeríamos la primera, pero la segunda también es muy buena. No olvidemos que, en esta segunda temporada, vivimos la historia de uno de los personajes más queridos por los jugadores, Clementine, y representa, sin duda alguna, una de las experiencias más intensas de este año, con el valor añadido de que es interactiva. Si te gustan las buenas historias y el concepto de The Walking Dead, te recomendamos que juegues las dos temporadas seguidas. Podría ser fácilmente lo mejor que has jugado este año.