Análisis de DmC Devil May Cry: Definitive Edition

Los jugadores de Will U tuvieron mucha suerte en 2014 con Bayonetta y Bayonetta 2: un lanzamiento simultáneo que solucionó la ausencia de esta clase de títulos (acción frenética con combos, disparos y jefes finales), en la consola de Nintendo. Por desgracia, los usuarios de PS4 y Xbox One no recibieron la misma parte y por eso esta nueva versión de DMC: Devil May Cry es tan bienvenida. ¿Qué preferiríais? ¿Un juego nuevo? Hombre, y nosotros también, pero, por el momento, esta Edición Definitiva servirá.

DMC: Devil May Cry salió en 2013, en un proyecto que dividió a los fans y a la prensa y lo cierto es que el título era más bien un 'reboot' de Ninja Theory, que le dio un giro a Dante, el protagonista, y a su historia, pero manteniendo intacto el sistema de juego y sus clásicos combos. En general, la prensa especializada estuvo bastante contenta con el título, pero muchos fans mostraron su descontento con la dirección que había tomado la serie. Por nuestra parte, fue una buena forma de darle vida a la serie: una opinión que se mantiene también para esta versión.

Esta versión "Definitiva" para DmC: Devil May Cry proporciona la experiencia completa para las consolas de nueva generación y algo más. Nuevos aspectos o 'skins' para los personajes, gráficos mejorados, una experiencia de juego mucho más fluida y refinada y el DLC, La Caída de Vergil, son algunas de las buenas noticias de esta versión. En general, esta Edición Definitiva resulta ser una 'remasterización' muy competente.

Desde el punto de vista técnico, se observa clara mejoría. Todo está mucho más definido y pulido que la versión original para PS3 y Xbox 360, incluyendo los modelos de los personajes y las texturas. Es cierto que hay ciertas discrepancias en algunos detalles que muestran sus raíces de la anterior generación, pero esta Edición Definitiva es, en suma, una mejora en toda regla.

Más aún, funciona a 60 fps, en clara contraposición a los 30 fps de PS3 y Xbox 360 y con un título con acción tan trepidante como este, saltar de 30 a 60 fps (que ya se podía experimentar en la versión para PC con el equipamiento adecuado) marca una gran diferencia. De esta manera, podréis combinar ataques con una fluidez tremenda, lo que ha beneficiado sin duda alguna al sistema de juego. DMC estaba bien a 30 fps, pero a 60 es un gustazo.

Gameplay primera media hora en Xbox One:

Un bonus de esta versión es que contiene la Caída de Vergil, un DLC para el título original en el que podréis poneros en la piel del hermano de Dante. Por eso, además de la campaña original, del nuevo capítulo con Vergil, de los modos multijugador y de los niveles de dificultad, la Edición Definitiva tiene suficiente contenido como para entretener a los fans de Devil May Cry durante horas.

Por otro lado, el título incluye varios niveles de dificultad (algunos desbloqueables después de haber terminado los anteriores) e incluye un nivel único para veteranos, llamado Gods Must Die (Los dioses deben morir, en español). Este nivel presenta la mayor dificultad de todo el juego y, aunque no hemos tenido la oportunidad de probarlo, promete poner a prueba hasta a los jugadores más experimentados y obligarles a dar lo mejor de sí mismos. Y sin embargo, el tema no acaba ahí, hay más retos esperándoos.

Para empezar, hay un nuevo modo 'hardcore', compatible con todos los niveles de dificultad. Este modo ofrece una experiencia rediseñada que se acerca al toque clásico y redefine el sistema de niveles, el tiempo para algunas acciones y el daño infligido a los enemigos, entre otros aspectos. Y si os apetece meteros de lleno en la acción, también podéis activar la opción Turbo, que aumenta la velocidad del juego un 20%.

Y para los veteranos hay un desafío más: el modo Must Style. Con este modo, los jugadores solo podrán dañar a los enemigos estando en nivel S (o mayor) para los combos. Si de verdad creíais que habíais dominado DmC: Devil May Cry, esta la oportunidad de demostrarlo.

Por otra parte también están las Secret Missions (niveles secretos con objetivos específicos que desbloquearéis durante la campaña), algunos extras que incluyen material gráfico del título y el modo Bloody Palace (Palacio Sangriento, en español). Todo esto ya estaba en la versión original, pero la Edición Definitiva incluye una versión exclusiva del modo Bloody Palace dedicada a Vergil, con 60 niveles extra.

Además, hay varias opciones y funciones nuevas que os permitirán personalizar la experiencia. Entre ellas, están unos cuantos aspectos nuevos para Dante y Vergil, incluyendo las versiones Classic, Neo y Dark. Incluso hay un aspecto inspirado en el Dante original (aparte de la coña al principio del juego). La verdad es que a nosotros nos han gustado mucho la calidad de estas 'skins', pero hay un detalle que nos ha decepcionado: como las escenas de corte están 'prerrenderizadas', utilizan aspectos por defecto y eso rompe un poco la inmersión del jugador, sobre todo si estáis usando un aspecto diferente. Dicho esto, es un error comprensible y se perdona. No hemos venido a ver 'cutscenes', sino a rajar demonios y coserlos a tiros.

En fin, DmC: Devil May Cry fue una versión muy audaz del estudio Ninja Theory, incluso aunque tuviese unos cuantos fallos. Mientras que los clásicos DmC sobrepasaban la genialidad con facilidad, el título de Ninja Theory tiene ciertos momentos en los que intenta penosamente llegar a ser simplemente guay. De todas maneras, es un muy buen juego de acción frenética, un enfoque refrescante de la historia de Dante y un título fácilmente recomendable para cualquiera que se haya perdido el original o que simplemente quiera disfrutar de DmC a 60 fps. El título lo dice todo: esta es la versión definitiva de DmC: Devil May Cry