Análisis de LA Cops

Cuando pienso en los años 70, hay cuatro cosas que me vienen inmediatamente a la cabeza. Lo primero en lo que pienso es en la ropa y el look, con esos colores a lo filtro retro de Instagram. Casi puedo oír la música disco y ver esos peinados voluminosos. Por último, pero no por ello menos importante, me imagino a polis duros con armas grandes y bigotes aún más grandes. No les asusta recurrir a la violencia y la expresión "adicto al trabajo" no les suena de nada. Ellos son los tipos duros de la ley y tienen que hacer un montón de cosas de tipos duros. Estoy seguro de que los de Modern Dream y los de la distribuidora Team17 también estaban pensado en estas cosas cuando desarrollaron el juego de acción LA Cops.

Sobre el papel, LA Cops es una mezcla perfecta entre "Harry el sucio" y la acción desenfrenada de Hotline Miami. En el juego, manejamos a dos curtidos polis de los años 70 que deben desarticular las bandas de criminales que se ocultan en las tiendas de donuts, bancos y edificios de apartamentos repartidos por la ciudad de Los Ángeles. La verdad es que no importa demasiado si nos encargan destruir un laboratorio de metanfetaminas o rescatar a unos pobres rehenes, porque al final todo se reduce a borrar a los malos del mapa. Una vez nos hemos desecho de todos los criminales, el ciclo se repite una y otra vez hasta que aparecen los títulos de crédito. De todos modos, no es que esto lleve demasiado tiempo, ya que el juego contiene apenas ocho misiones y unos cuantos niveles extra para desbloquear.

LA Cops también cuenta con un atisbo de argumento. Voy a tratar de resumirlo en una frase o dos: la mujer de uno de los policías lo abandona porque está demasiado comprometido con su trabajo. Mientras tanto, sus compañeros de la comisaría comienzan a criticarlo a sus espaldas y luego le asignan una nueva compañera. Ya os imagináis por dónde va el asunto, ¿no? Lo que nos espera es, fundamentalmente, una ristra de chistes sobre donuts y sobre el consumo de dichos donuts. Por si no hubiera ya suficientes tópicos, la brigada está dirigida por un comisario gordo con problemas para controlar su ira llamado Mahoney. Lo extraño de la historia de LA Cops es que no tiene absolutamente nada que ver con los niveles que recorremos en el juego. Las secuencias de unos 30 segundos que aparecen antes de salir a la calle parecen más bien pequeños publirreportajes. ¿Que el jefe necesita llamar al fontanero para instalar un baño nuevo? ¡Guay, a matar malos!

Nada de esto tendría importancia si el sistema de juego compensase estas deficiencias, pero desgraciadamente no es el caso. Como ya he dicho, todo parece muy bonito sobre el papel: dos policías que se cubren uno a otro mientras van limpiando edificios asediados habitación por habitación. Cada bala es letal y un solo error puede provocar que perdamos la partida. Administrar bien la munición es imprescindible, pero lo más importante es prestar atención a lo que ocurre a nuestro alrededor y saber dónde se ocultan nuestros enemigos. También podemos situar a nuestros dos polis en una posición que les permita cubrirse el uno al otro por si aparece de repente un grupo de criminales. LA Cops es un título de acción en el que hay que pensar más de lo que algunos estarán acostumbrados y eso está muy bien. Sin embargo, a lo largo del juego nos encontramos con tantas dificultades que el resultado final es un caos frustrante.

Muchas veces tenemos la sensación de que todo es aleatorio. Nunca sabemos si nuestras balas atravesarán la puerta a la que estamos disparando o si el enemigo que está al otro lado de la ventana nos detectará. Tampoco hay forma de saber cuántas balas necesitaremos para matar a un malo ni hasta dónde llegará el ruido de los disparos. Básicamente, la misma acción puede tener diferentes resultados. Lo peor de todo es el sistema de juego por parejas del que os he hablado antes. Sí, es verdad que podemos trasladar a nuestro compañero para que nos cubra las espaldas, pero en realidad no importa demasiado porque en el 90% de los casos el enemigo dispara primero. Como no podemos planear nada con antelación, el sistema pierde su razón de ser. LA Cops intenta ser un juego de acción estratégica y no lo consigue. La mayor parte de las veces, la única recompensa por nuestra paciencia es mala suerte que, al final, acaba convirtiéndose en frustración y palabrotas. Si conseguís completar alguno de los últimos niveles, lo más seguro es que hayáis tenido un golpe de suerte.

LA Cops podría haber sido un juego genial si los desarrolladores hubiesen dedicado más tiempo a pulir su idea. Podrían haber incluido una historia de polis emocionante y extender la campaña para que durase más de una hora o dos, pero, como no lo han hecho, parece una versión beta rota. Es cierto que tiene un aspecto visual estupendo, pero todo lo demás deja mucho que desear.