Análisis de Not A Hero

Vota a BunnyLord. Al menos eso es lo que Roll7 quiere que hagáis. Su creación, un conejo antropomórfico, se presenta a candidato político y quieren que lo ayudéis. ¿Y cómo? Os preguntaréis, ¿desplegando una campaña por las calles y haciendo llamadas? No. En este plataformas 2D, vuestro trabajo consistirá en disparar a la gente. En repetidas ocasiones. Una y otra vez. En la cabeza, seguramente.

Roll7 es mejor conocido por su serie de adictivos juegos de monopatines o 'skating', OlliOlli. La esencia de esos juegos también se manifiesta en este, sobre todo hacía el final, cuando el reto es cada vez más sólido. Las misiones finales son duras como piedras y tendréis que recomenzar una y otra vez cada nivel para poder pasarlo (a menos que seáis unos cracks). Al igual que en las otras entregas de este estudio, en Not A Hero, tendréis que hacer gala de unos buenos reflejos y comprender cada nivel al máximo.

Controlaréis a un personaje de un plantel que va aumentando a medida que jugáis y tendréis que avanzar por los peligrosos niveles plagados de enemigos dispuestos a acabar con vosotros. Cada personaje tiene una habilidad diferente; por ejemplo, uno puede correr y recargar al mismo tiempo, y otro es capaz de disparar mientras se desliza. También hay variación en lo que a armas se refiere: un personaje lleva una escopeta, y otro lleva un subfusil de fuego rápido. Hacia el final del juego, os iréis encontrando con algunos personajes que son más efectivos y fiables a la hora de matar enemigos. Es cierto que para algunos niveles da igual el personaje que escojáis, pero a medida que se van complicando las cosas, es importante saber elegir la herramienta adecuada para cada trabajo.

Quedáis avisados: hay muchos tiroteos. Por otro lado, los enemigos caídos sueltan bonificaciones que pueden cambiar vuestra estrategia en cualquier momento y algunas mejoras son más efectivas que otras. Por ejemplo, hay un tipo de munición que hace arder a vuestros enemigos y hay balas que envían a los objetivos volando y los hacen explotar (hiriendo a todos los que estén a su alrededor). Asimismo, otros tipos de munición ampliarán vuestro cargador u os permitirán recargar más rápido y con otros podréis disparar a través de las coberturas. También hay armas secundarias que podréis coger, como granadas, una torreta, un gato explosivo, etc., así que si sabéis buscar bien, hay muchas formas de manteneros con vida.

Las coberturas son una parte fundamental del título. Gracias a ellas, podréis obtener momentos de descanso en el plano isométrico. Cuando el personaje se esconde, se vuelve más oscuro, y, en su mayor parte, nadie puede haceros daño (aunque algunos enemigos sí podrán si se acercan, así que tendréis que estar alerta y lidiar con cada tipo de enemigo de forma adecuada). En cuanto a los enemigos, hay diferentes tipos y, a medida que progreséis, irán desarrollando características adicionales o se volverán sencillamente más peligrosos. ¡Ah! ¡Que también aparecen más! Por lo general, os encontraréis con multitudes de enemigos y progresar en el juego puede llegar a ser algo impredecible.

Por otra parte, podréis escuchar la voz de los personajes a los que controléis y algunas de sus frases son muy divertidas. De hecho, para nosotros, es el elemento estrella del juego. Las coñas no paraban de sacarnos alguna sonrisa y hay algunas partes muy frustrantes que se salvan gracias al buen guion que tienen (que puede venir o bien de vuestro personaje o bien de los enemigos contra los que lucháis). La comedia que Roll7 ha añadido a la mezcla es, sin duda alguna, una ventaja; pero, en algunas partes, sobre todo en las escenas con BunnyLord o en los títulos de las misiones, nos quedaba la sensación de que habían intentado ser demasiado oscuros o absurdos.

BunnyLord os explica cada misión antes de que escojáis a vuestro personaje y os lancéis a la batalla, y después de cada baño de sangre, os hace un resumen tomando un café. Aquí también hay frases muy divertidas, pero, por desgracia, no hay opción para acelerar el texto. En vez de eso, tendréis que esperar a que el texto aparezca palabra por palabra (con el sonido de BunnyLord de fondo) o saltároslo entero. No tardaréis mucho en sentir que este sistema se hace un poco rollo, sobre todo cuando va acompañado del tiroteo frenético de las misiones. En sí, la historia es completamente surrealista y, por lo tanto, muchos de vosotros acabaréis saltándoosla para pasar a la siguiente misión y no esperar a ver con qué broma os pueden sorprender.

Como cabía esperar del estudio que hizo OlliOlli, la banda sonora es muy buena. El juego ofrece pistas de audio 'chiptune' y la música y las voces son de muy buen calidad. Por otro lado, el estilo artístico pixelado es muy atractivo para el usuario: hay animaciones muy simpáticasy la atención al detalle es muy agradable. En lo que a presentación se refiere, es sin duda alguna una buena alternativa al resto de títulos de Roll7, aunque no se aleje demasiado del corte distintivo del estudio.

Hay muchos niveles de los que disfrutar y, al igual que en el resto de juegos de este estudio, cada uno tiene retos adicionales que hay que completar (en este caso, mejorarán la nota de popularidad del usuario y eso os permitirá desbloquear más personajes). Hacia el final de un nivel, cometer un error puede ser muy frustrante, sobre todo cuando vuestro personaje se desliza un pelín más lejos o cuando no llega a una cobertura en el momento que querríais. No llega a ser injusto, pero en algunas partes no es tan preciso como OlliOlli, probablemente por el elemento aleatorio que añade el hecho de tener diferentes tipos de enemigos y una amplia gama de opciones entre las que elegir. Además, las fases son un poco largas, así que llegar al final del nivel y morir es algo pesado, porque tendréis que perder tiempo volviendo a pasarlo. Lo cierto es que nos quedamos con la sensación de que podrían haber añadido más mapas, pero más cortos.

Tras pasar varias horas a tiroteo limpio en Not A Hero, hemos llegado a la conclusión de que nos mola, aunque no llegue a impresionarnos y nos hayamos visto obligados a gritar en más de una ocasión. El título ofrece niveles decentes, algunos momentos muy divertidos y ciertas escenas vibrantes, pero, a pesar de todo eso, no creemos que alcance los estándares de calidad que ya había marcado el estudio. Después de la jornada electoral, BunnyLord se lleva nuestro voto, aunque no haya ganado por la mayoría absoluta que nos esperábamos ni haya cumplido todas sus promesas electorales jugables.