Análisis de Sunset

No cabe duda alguna de que la escena indie es la parte de la industria de los videojuegos más dada a experimentar y quizás por eso también es la más valiente en cuanto a esas historias que exploran temas intensos y profundos, de esas que dan qué pensar.

Y entre esas historias, podemos encontrar algunas con mecánicas más bien sencillas, cuyo único objetivo es sumergir al jugador en un mundo de intriga, con personajes igualmente fascinantes. Pues bien, ese es el caso de Sunset, el último trabajo del estudio belga Tale of Tales (responsables también de The Path), que representa una aventura tan bella como introspectiva. Además del ambicioso nombre que lleva el estudio (basado en la novela epónima de Giambattista Basile, y en la nueva película de Matteo Garrone que se acaba de estrenar en el Festival de Cannes... ¿Coincidencia?), el estudio ha puesto toda su experiencia al servicio de la trama de esta pequeña obra de arte. Sunset presenta una historia protagonizada por dos personajes tan profundos como diferentes y, a medida que juguéis, tendréis la oportunidad de reflexionar acerca de temas importantes, como la libertad de expresión, el valor del arte y la democracia, y de vuestro papel como ciudadanos en la sociedad contemporánea. Pero mejor empecemos por el principio.

En Sunset os pondréis en la piel de Angela Burnes, una joven turista americana que se queda atrapada en Anchuria, un país sudamericano ficticio, en medo de un importantísimo conflicto político y social a principios de la década de los 70. Puesto que no puede salir del país por culpa de la prohibición que ha impuesto el nuevo dictador local, Miraflores, un hombre que desprecia tanto el arte que sus tropas han ocupado los edificios culturales más importantes de la ciudad, Angela (que es ingeniera) se ve obligada a sobrevivir trabajando de ama de llaves para un hombre misterioso llamado Gabriel Ortega, presentándose para trabajar cada día una hora antes del ocaso.

Ortega, que es un hombre culto y apasionado por el arte, empieza a establecer una extraña amistad a distancia con la protagonista. Al principio del juego, Ortega solo deja instrucciones para Angela en el ascensor diciéndole cuáles son sus responsabilidades y tareas, pero, poco a poco, empieza a discutir con ella algunos temas que cada vez se hacen más profundos, y siempre a través de notas, algo que hace que Angela (y, por ende, nosotros), quiera descubrir más acerca de este hombre fascinante y de su historia personal.

En sí, la estructura de Sunset es muy simple: el escenario es el enorme apartamento de Gabriel Ortega y, con Angela, tendremos una hora (30 minutos reales) para llevar a cabo nuestras tareas e ir poquito a poco descubriendo las notas que Ortega deja para nosotros, a las que podemos elegir si responder o no. El título está pensado para ser una aventura gráfica point-and-click y casi todas nuestras acciones tendrán sus consecuencias en la historia y, evidentemente, en nuestra relación con Ortega. Básicamente tendremos dos opciones: si seleccionamos Y (o el botón rojo), la acción influirá en la historia y en la relación con Ortega; si no, al seleccionar N (o el botón azul), la acción no influirá en lo que ocurre en la trama.

En ese pequeño periodo de tiempo que tenemos disponible antes del ocaso, podremos explorar lo que nos rodea, admirar los cuadros del apartamento, encontrar fotografías que cuentan la historia de Ortega, leer los títulos de los libros que pueblan el apartamento y escuchar música (desde el jazz más sofisticado hasta verdaderas óperas). En pocas palabras, es importante para la experiencia que los usuarios entiendan la posición política y cultural de este hombre, comparada con el régimen opresivo que amenaza al país. Por otro lado, durante toda la experiencia nos acompañarán los pensamientos de Angela, que reflexionan sobre la situación política y cultural del país en el que está atrapada y sobre su implicación emocional, pero también sobre su misteriosa correspondencia con Ortega, un hombre por el que sus sentimientos cambian drásticamente.

Lo más interesante de Sunset es su trama fluida. Aunque tiene un ritmo más bien lento y reflexivo, acabaréis cayendo gradualmente en su intriga y querréis saber más acerca de los acontecimientos y los personajes. De hecho, con cada prueba que Angela descubría, iba creciendo nuestro deseo de saber más y, gracias a eso, hicimos las tareas que le mandaban en tiempo récord para poder tener tiempo suficiente y husmear en las fotos y los documentos que Ortega dejaba (deliberadamente) por la casa.

A modo de diario personal, Angela expone sus emociones y sentimientos acerca del conflicto que está poniendo patas arriba el país y Tale of Tales nos permite profundizar no solo en la psicología de los personajes, sino también en sus ideología y en sus puntos de vista acerca de los problemas sociales y políticos con los que lidia Anchuria. Lo cierto es que Angela (y también Ortega, a través de ella) se enfrenta a muchos problemas difíciles cuando habla del nuevo dictador Miraflores, un hombre que considera que el arte es algo desestabilizador y una amenaza para todos. Con esto, el estudio consigue una trama con un toque muy moderno y, desde luego, creemos que es un tema que se podría aplicar a la mayor parte de los conflictos (históricos y contemporáneos) que han dado y dan forma a la historia del ser humano.

Además, Sunset es suficientemente sutil como para tratar los problemas contemporáneos con mucha facilidad y consigue que no los veamos como clichés gastados. Está claro que la nueva entrega de Tale of Tales ha encontrado la fórmula ganadora, gracias a su sencillez. Tal y como ya habíamos visto con otros títulos profundos dedicados a la guerra y al conflicto, como This War of Mine y Valiant Hearts: The Great War, se puede lidiar con estos temas tan importantes y, en muchas ocasiones, complicados. Todo se reduce a la fuerza de la historia, sin trucos ni nada especial. Ahora bien, desde el punto de vista técnico, Sunset no es perfecto: hay algo de 'popping' y a los gráficos les falta un poco de pulido, pero nada que nos haya impedido disfrutar de la trama. Lo cierto es que tenemos que agradecerle todo esto al estudio, porque, actualmente, la industria de los videojuegos busca constantemente el fotorrealismo y, a veces, lo hace en detrimento de la calidad narrativa.

En definitiva, hemos disfrutado mucho de Sunset. La nueva aventura de Tale of Tales, con su poderosa narrativa, sus personajes fascinantes y sus conflictos, es una sorpresa más que bienvenida y representa una oferta cultural importantísima que sirve, de nuevo, para elevar al mundo de los videojuegos como una nueva y vital forma de arte contemporáneo.