Análisis de F1 2015

Confesamos que en más de una ocasión nos hemos dejado cegar por unos gráficos soberbios (al menos en las primeras horas de juego), pero es difícil no notar el sabor agridulce que deja un juego de carreras F1 con un aspecto visual tan bueno pero que se ha recortado al máximo respecto a las entregas anteriores. Es un trago incluso más amargo cuando el juego viene de un estudio que nos ha proporcionado algunos de nuestros momentos favoritos en el género de los juegos de carreras, en el pasado y en el presente.

Por ejemplo, Codemasters está trabajando en el simulador Dirt Rally, que actualmente está en Acceso Anticipado y cuya versión completa se lanzará a finales de año. Hemos pasado más de 50 horas con el juego en los últimos meses y lo hemos disfrutado mucho; el equipo se las está apañando para hacerlo todo bien con él.

Sin embargo, la calidad de los productos del estudio ha sufrido un desequilibrio últimamente. Tanto a Grid 2 como a Dirt Showdown y Grid: Autosport les faltaba ese toque especial, y el F1 del año pasado tampoco inspiraba confianza. Sin embargo, con un año todavía por delante, pensamos que el estudio tendría tiempo suficiente para solucionar los problemas del juego e introducir los elementos que faltaban la última vez. Por desgracia, no es el caso.

Falta la pantalla partida. Tampoco ha vuelto el modo Clásico. Además, la opción de crear tu propia Carrera, la opción de los Rivales, la de cambiar de equipo y algunas más tampoco están por ningún lado. Parece medio juego, incluso menos, si lo comparamos con lo que ofrecía F1 2013.

Quizá no te importen el número de modos de juego, es posible que te baste con sentarte en el asiento de fibra de carbono del Mercedes de Lewis Hamilton y disfrutar de la apabullante fuerza descendente de la curva Eau Rouge en Spa. Sin embargo, los 'glitches' de los gráficos también arruinan el impacto en este aspecto. Las físicas de los coches son geniales, pero el resto del juego se debería haber pulido más antes del lanzamiento.

Pero vamos a relajarnos un poco. Sabemos que parecemos increíblemente negativos, pero también hay cosas buenas que destacar de F1 2015. En lo que respecta a las simulaciones físicas de los coches, Codemasters sabe lo que hace. Normalmente buscamos un poco más de estimulación de la que ofrece la serie F1, pero comprendemos que, desde un punto de vista comercial, es una estrategia mucho mejor que el juego esté a medio camino entre simulación realista y carreras arcade. E igual que en los F1 anteriores, ahí es donde está F1 2015. Los coches se mueven y responden de una manera que recuerda a lo que es conducir un coche Fórmula (aunque reconocemos que solo hemos probado coches Fórmula Ford y Fórmula 3 en la vida real), sin ser tan implacable como, por ejemplo, las carreras de coches monoplaza en iRacing.

No obstante, no hay suficientes mejoras en cómo se mueven los coches y sobre todo en la forma en que los neumáticos reaccionan al calor, en base a lo que sabemos que pueden llegar a hacer las consolas nuevas. Nos habría gustado ver neumáticos con físicas mucho más detalladas, en comparación con lo que tuvimos en la versión de PS3/360 el año pasado, y un motor/modelo de físicas más personalizable, como el de Project CARS, en el que puedes activar ayudas y convertir la fantástica simulación de Slightly Mad en puras carreras arcade.

Para el próximo juego de rally de Codemasters, Dirt Rally, han contratado nuevo personal y se han hecho con nuevas competencias para ofrecer un motor nuevo, con cálculos más avanzados de las físicas de los neumáticos. Esto es algo que se debería haber adaptado y aplicado a F1 2015. La sensación que da es que los juegos de la serie F1 han estado parados mientras el género evolucionaba rápidamente en los últimos años.

Otra decepción es el modelo de daños que sufren los vehículos, que es muy pobre en carreras muy complicadas, como en el Autódromo de Dubai o el GP de Mónaco. Comparado con la mayoría de lo que el género ha ofrecido en los últimos años, Codemasters se ha quedado atrás y esto es algo que tiene que rehacer desde cero.

El sonido tampoco es impresionante, aunque apreciamos los efectos de ambiente. Con todo, Codemasters ha conseguido capturar decentemente los sonidos más bajos y sutiles de los motores V6 de este año.

El modo online es genial, una de las cosas más destacables del juego. Te permite crear tu propia experiencia y las salas están muy bien pulidas. Es un buen ejemplo de lo que podría ser el juego si el resto de la experiencia fuera igual de satisfactoria y estuviera construida con el mismo cuidado; pero tal y como está, no cumple con las expectativas que nos formamos con lo que la serie y el estudio mostraron en títulos anteriores. La falta de contenido y refinamiento es la razón de la baja valoración que le damos: hace falta mejorar y añadir cosas a la entrega del año que viene si la franquicia pretende recuperar su antigua gloria. Y esperamos que acelere y lo haga.