Análisis de Fallout 4: Far Harbor

Para muchos jugadores, existe una gran diferencia entre los términos DLC y expansión. Una expansión puede ser técnicamente un DLC, pero implica un paquete más completo. Far Harbor es una expansión en todos los sentidos, ya que amplia el contenido de prácticamente todos los aspectos del juego principal a la vez que ofrece una nueva misión bastante completa e interesante, muchos enemigos nuevos, equipamiento, recetas, ingredientes y, quizás lo más importante, un mundo abierto completamente nuevo que explorar.

Empieza de una forma bastante sencilla en la que se presenta un nuevo caso para la Agencia de Detectives de Valentine. En esta ocasión se trata de un caso de desaparición y tienes la tarea de encontrar a la chica desaparecida (Kasumi) que cree que es un synth y ha viajado hasta Far Harbor para unirse al refugio de synths que se encuentra en esa isla.

Far Harbor, cuya ambientación se ha inspirado en la turística localización estadounidense de Bar Harbor (Maine), se sitúa al norte del Commonwealth y añade un toque marinero a lo que ya ofrecía Fallout 4. La isla es bastante grande y sus habitantes se han visto obligados a evacuarla a causa de la propagación de niebla radiactiva. Esta niebla ha empeorado con el paso de los años y ahora únicamente se encuentra en la bahía gracias a unos dispositivos condensadores de niebla. La gente de Far Harbor se muestra como un grupo curtido, donde muchos han sufrido pérdidas a causa de la niebla y de la vida salvaje que esta acarrea (los 'Reptadores de la Niebla' o los 'Pejesapos' son algunas de las criaturas más sanguinarias en Fallout 4), y otros ven a la otra facción de la isla, los Hijos del Átomo, como la causa de la creciente expansión de la niebla. Por otra parte, a los Hijos del Átomo no les hacen ninguna gracia los condensadores de niebla porque los ven como una ofensa al Átomo y una blasfemia. Entre estas dos facciones que están al borde de la guerra, se encuentra el refugio de los synth en donde Dima (el perdido y olvidado compañero de Nick Valentine) ha intentado mantener al pueblo de Far Harvor vivo con la creación de condensadores de niebla al mismo tiempo que trataba de evitar que los Hijos del Átomo empezasen la guerra.

Ya mencionamos que Far Harbor se trata de una expansión en todos los sentidos y explorar las principales misiones junto con algún contenido adicional (una pequeña parte, no todo) nos ha llevado sobre unas quince horas. Si quieres exprimir todas las actividades y misiones específicas de las facciones, además de explorar por completo el lugar que tienes bajo tus pies, tienes mucho que hacer.

Un aspecto que hace que una expansión sea genial y que Far Harbor borda es el hecho de proporcionar a los jugadores un escenario diferente al del juego principal. Se agradece el descanso del Commonwealth por una isla plagada de niebla con sus múltiples áreas húmedas y la abrupta costa. Además, se trata de un entorno que encaja muy bien con las intensas temáticas que presentan las misiones principales. Como os podréis imaginar, la historia lleva a la elección entre el pueblo de Far Harbor y los Hijos del Átomo (existe una tercera opción, pero no queremos hacer 'spoilers') y tienes que decidirte entre aquellos que tienen las manos manchadas de sangre por un lado, o los fanáticos religiosos (que obviamente están mal de la cabeza) por el otro. La tercera opción quizás sea incluso más siniestra ya que pone en juego el concepto de la libertad de decisiones. Decidir quién tiene derecho a vivir en un lugar es algo que se puede aplicar perfectamente al mundo real y Bethesda ha hecho un buen trabajo creando una situación muy compleja donde no todo es tan simple como decidir entre lo bueno y lo malo.

En general, las misiones principales están perfectamente diseñadas y no solo está la ramificación de finales, sino que a lo largo de las misiones hay formas de influir en ellos y hacerlo tuyo. También nos ha gustado la forma en que puedes (si decides informar a una facción del Commonwealth sobre la localización del refugio synth) traer los argumentos de las facciones del juego principal a la Acadia de Far Harbor (el refugio synth).

Además, hay algunas nuevas herramientas y armas interesantes que probar. Sobre todo, muchas herramientas legendarias como recompensa en las misiones, pero también nuevas armas para usar en el combate cuerpo a cuerpo con temáticas marineras (¿te apetece usar un anzuelo?) y, no podía faltar, un arma arpón. Hablábamos también de los salvajes que viven en la niebla, pues hay multitud de criaturas bastantes complicadas. A algunos de estos enemigos como los Mirelurks o los Necrófagos ya te has enfrentado al Commonwealth, pero otros son criaturas completamente nuevas como los Tragadores, los Pejesapos o los Reptadores de la Niebla. Los Raiders se sustituyen por Trappers más mortales. También hay un nuevo compañero, el viejo y quejumbroso habitante de la isla conocido como 'Longfellow'.

Además de las misiones principales, también hay otras tareas secundarias que están bien. La mayoría de estas están relacionadas con las facciones y en ellas tienes que ayudar a los habitantes de Far Harbor, Acadia, o Nucleus (la base de los Hijos del Átomo), pero nuestra favorita no ha sido ninguna de esas. Nos ha contratado una unidad de Miss Nanny llamada Perla ('Pearl') para investigar un presunto asesinato en un hotel cercano. No queremos hacer 'spoilers' de los entresijos y vuelcos del misterio del asesinato, pero es suficiente con deciros que hemos estado sonriendo todo el tiempo gracias al impresionante guión y a la interpretación de las voces. Si estás interesando en ver algo de esta peculiar misión, échale un vistazo a esta partida que grabamos el otro día:

Siendo sinceros, Far Harbor (al menos en la versión para Xbox One a la que jugamos) ha funcionado sin grandes problemas técnicos. Hemos tenido algún problema con la interfaz de usuario (sobre todo con relación a la gestión del inventario de los compañeros) y en algún momento la pantalla se colgó durante un breve instante. La niebla, la iluminación y las ramas de los árboles contribuyen a una buena ambientación, aunque en ocasiones se hace evidente que el motor tiene ciertos problemas con estos efectos en la consola y el resultado es ligeramente menos impresionante de lo que podría haber sido. También tenemos entendido por parte de algunos compañeros que la versión para PS4 tiene problemas bastante graves con respecto al framerate. A veces contamos con algún problema menor en el lanzamiento de este tipo de productos que cuentan con una experiencia de un mundo abierto. Esperamos también que los que se han encontrado se solucionen con algún parche lo antes posible. Con todo, tenemos que mencionarlos.

Por otro lado, hubo una parte de las misiones principales que no hemos disfrutado tanto como esperábamos, la misión 'Best Left Forgotten' en concreto. En esta misión nos encomiendan la tarea de recuperar los antiguos recuerdos de Dima de la base de los Hijos del Átomo. Una parte de la misión implica conectarse a una terminal y acceder a los recuerdos a través de juego con puzles en el que guías a un rayo de luz a través de los cortafuegos para permitir la descarga de dichas memorias. Hay un total de cinco y la complejidad incrementa desde el más fácil a los más elaborados. No nos importa jugar a los puzles inteligentes en donde necesitas utilizar bloques para empujar el rayo de luz por los cortafuegos, pero la interfaz del taller de Fallout 4 no es tan divertida como para pasar mucho tiempo en ella (sobre todo en la consola). Durante los últimos dos niveles del puzle, sólo queríamos acabar y aunque existe cierta satisfacción al averiguar cómo pasar estos niveles, el hecho de que la ejecución sea tan incómoda es suficiente para embarrar la experiencia completa de este breve interludio.

En general, nos ha gustado mucho lo que ofrece Far Harbor. Sus misiones principales destacan con alguno del contenido mejor diseñado de todo el juego (excepto los puzles de la memoria) y la atmósfera de la isla es espléndida. Si has estado entre dos aguas acerca de invertir en el Pase de Temporada, o si te has estado aguantando, no hay ninguna razón para quedarse en tierra firme porque, desde luego, Far Harbor se merece una visita.