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Forza Motorsport 4

Análisis de Forza Motorsport 4

El reflejo en el asfalto te vuelve a deslumbrar, pero ya estás pensando en la siguiente curva y en un nuevo carrazo para tu colección. Vuelve Forza para adelantar a todos.

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Conduzco un Citroën ZX del 92. Le tengo mucho cariño, pero lo mantengo simplemente porque no necesito uno nuevo para conducir exclusivamente dentro de ciudad. Cuando me hice con él disfruté todas esas cosas de tu primer coche: recorrer distancias increíbles, ligar, planear constantes excursiones, tontear en pistas con el freno de mano... Imaginaba cómo sería mi cochazo "cuando tuviera dinero", como hacía cuando era un renacuajo.

Pero según pasan los años y uno va adquiriendo el llamado "modo padre", descubre que todos los sueños sobre coches que tenía de pequeño se quedarán en el sedán familiar o, con suerte, en algo un poco más deportivo, pero nunca en hacer realidad aquella colección de juguetes escala 1:72 y conducir muchos diferentes. El lema de Forza Motorsport 4 dice que "los sueños se conducen", lo que no entendíamos hasta ahora es que se conducían en un videojuego.

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En el futuro haré una compra lógica, disfrutaré de los trayectos y recordaré mi viejo ZX, pero desde hoy sé que puedo volver soñar con el mundo del automóvil como cuando era un crío, gracias al juego de Turn 10.

En mi nueva caja de juguetes he comenzado una colección que tendrá hasta 500 cochecitos, cochazos y bólidos. Y ya "me sé" casi todas las marcas. Aunque solo lleve unos días de juego, Forza 4 utiliza varias estrategias para conseguir pegarte aún más al sillón. Para que te vuelva a apetecer la larguísima carrera de piloto, subir de nivel y ponerte a jugar online. Sin parar.

No sólo se ve y se conduce mejor, sino que ha conseguido subir un escalón en el feeling con el jugador. Forza 4 es un juego que ‘cae' mejor, que apetece encender más veces y con el que pasas más horas, una cuestión que quizás no se pueda diseccionar. ¿Será la forma de presentar los modos y menús, ahora más cálida? ¿Será que Autovista consigue que te apasionen un poco más las cuatro ruedas y aumenta tu ‘mono' diario? ¿Será que hay muchos menos momentos aburridos, que el vértigo es superior? Podríamos seguir con los detalles de Kinect, con el tema visual o las físicas, pero al final no daríamos con la tecla. Turn 10 ha mejorado casi todos los aspectos del juego, pero no lo adviertes del todo cuando estás jugando, sino cuando te apartas y lo asimilas.

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Lo de la comunidad online es para vivir ahí. Para hacer esa otra vida que nunca vivirás en el mundo real. Es de esas experiencias por las que te sientes cómodo con tu suscripción al Xbox Live y pagarías el doble, como un club sin igual en el que todos los usuarios sonríen privilegiados, sabiendo que no hay otro. Es el lugar donde sentirás mayor satisfacción por frenar un pelín después en aquella curva, por desactivar el control de tracción. Hay encuentros, intercambios y todas las carreras que quieras. Con esta entrega, más que nunca, el estudio ha conseguido que este apartado multiplique el valor de lo que han alcanzado a nivel de contenido y simulación.

Autovista te saca del juego de carreras y te lleva al Primer Salón de tu Casa del Automóvil. Es la función que tienes que enseñar (con o sin Kinect) a los no-jugadores, de esas cosas que transcienden los videojuegos por su calidad y elegancia. Sobrecogedores modelos in-game que puedes rodear, abrir, pintar o subirte, recibiendo información de cada aspecto. Sin embargo, parece que, al tratarse de la primera edición del Salón, la muestra se te ha quedado un poco corta. No basta con las estupendas narraciones de Jeremy Clarkson. Es una novedad genial que tienen que completar en el futuro.

Los aportes de Clarkson no se limitan a este modo de visualización (también comparte su conocimiento en otros menús), al igual que Top Gear no se limita a su presencia. Si conoces el programa de televisión o te has enganchado ahora que lo echan por las mañanas en español, notarás el acuerdo con la BBC como una forma ideal de dar en el gusto tanto a los fanáticos de los coches como a los aficionados más casuales. Y si lo piensas, esa dualidad se repite en todo el juego: los conductores de ir al supermercado pueden aprender y alucinar con las ayudas activadas, mientras que los expertos reciben el mejor simulador. Todos tienen la sensación de premio. Sin este appeal, seríamos incapaces de considerar Forza Motorsport 4 un éxito asegurado.

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Nos dan una bonita novedad como Autovista y nos quejamos... parecemos el propio Clarkson. Pero ya que estamos, por mucho que el garaje de Forza 4 acabe alojando ese medio millar de máquinas, también podría equilibrar un poco más su oferta. Las ausencias extrañas no se limitan a Porsche. Hay cierto desequilibrio en la cantidad y calidad de los coches que aporta cada marca: no siempre encuentras los clásicos o los modernos de la misma clase que cabría esperar en cada una, y no lo digo por mi Citroën ZX (campeón de la Rally Raid y del Dakar...). Creemos que se le puede exigir un poco más al juego con más y mejores licencias.

Cuando sacas el carro a pasear, también todo es más agradable para los ojos. Como ocurre con el juego en general, muchas veces no puedes decir qué es lo que está mejorado en particular en los gráficos, pero sí percibes el avance. La unificación de los modelos de iluminación puede ser la culpable de una gran integración del conjunto visual, pero no es lo único: los vehículos, los detalles, los efectos, los falsos relieves, la sobrecogedora nueva sensación de velocidad... todo pone a la Xbox 360 a un límite inédito que ya no puede esconderse en algunas texturas y elementos del entorno (obviamente, tampoco a pantalla partida, modalidad que aun así parece más solvente que antes).

Se podrían haber mejorado los elementos por separado, pero como se ha hecho con el todo en mente, Forza Motorsport 4 convence desde el primer vistazo a la tele. Quizás te acuerdes otra vez de las carreras nocturnas de otro juego o de los cambios climatológicos del de más allá, y entendemos que es algo que ya hace falta. Pero por bella y realista, esta presentación excelsa vuelve a ser todo un despiste para tu rendimiento.

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Y por supuesto, todo lo que hemos dicho hasta aquí se quedaría en un puñado de fotos sin conexión aparente con una colección de juguetes. Lo que realmente hace más grande la serie Forza es que ha vuelto a superarse en sensaciones de conducción. El cómo conduces cada uno de esos preciosos modelos a través de esos alucinantes escenarios es lo que tenía que separar a Forza 4 de su aclamado predecesor y, con todo el descaro del mundo, lo ha conseguido.

Además de la mencionada sensación de velocidad, poco a poco vas notando una mejor simulación de los pesos, un contacto de las ruedas con el terreno mucho más realista. Tus frenazos, tus volantazos o tus ligeras actuaciones desde dentro de la cabina tienen una nueva reacción en pantalla. ¿Dónde lo notarás más? Pues en Forza 3, si quitabas todas las ayudas, quedaban ciertos retazos artificiales. Ahora lo confundirás un poco más con la realidad (con un buen volante, claro está).

La "calidez" de la presentación de los modos de juego que mencionábamos al principio es especialmente aparente en el modo Carrera. Olvídate del soso calendario, de los soniquetes y de los menús vacíos. Ahora los eventos están mucho más trabajados, con viajes por el globo en satélite, comentarios sobre cada parada y mucha más variedad. La progresión también se ha mejorado, así que volverás a pasar la Carrera encantado de la vida, y eso también es importante para que no te eche para atrás.

Forza Motorsport 4
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Como última pega mencionaremos el comportamiento de los coches rivales, y más si acostumbras a jugar online, por aquello de las comparaciones. Quizás es el apartado menos trabajado desde Forza 3, y aunque puedes notar algunas rutinas de IA que no estaban antes, estos pilotos virtuales pronto denotan unas reacciones torpes y ridículas, poco comprensibles, menos tratándose de la simulación de una rivalidad. Se intimidan, parecen bobos y aburren. Junto a una vista interior que debería haberse recolocado en algunos modelos para ver mejor, son quizás los únicos peros que consiguen estropear eventualmente una jugabilidad tan trabajada, capaz de ofrecer decenas de horas de juego sin que se resienta la variedad, la diversión o el realismo.

Hablando del interior, no pudimos probar el extra que emplea Kinect a tiempo para el análisis, pero hemos consultado a nuestros compañeros sueco e italiano y los resultados parecen óptimos. El head tracking se ha desarrollado con sutileza, procurando que los movimientos más instintivos del jugador se representen en pantalla con suavidad. Es un detalle, un ligero "truco" que puede hacer tus carreras más curiosas y, quizás, aportar un punto extra de inmersión (aunque realmente no mejore tus posibilidades en la competición). El tipo de uso útil que queremos ver de Kinect en los juegos que lo aprovechan como pequeño extra.

Este es el simulador de coches más fino, bello, completo y realista que puedes comprar hoy en día para cualquier plataforma. El mejor acabado, el más equilibrado en su oferta y el de funciones online más avanzadas. Con su erotismo de las cuatro ruedas llevado ahora a un nuevo nivel con Autovista, ya no hace falta que te guste conducir o jugar a correr: ¿te gustan los coches?

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09 Gamereactor España
9 / 10
+
La prueba de que se podía mejorar el aspecto y la sensación de velocidad. Reacciones mucho más realistas. Contenido, online y extras sobresalientes. Autovista es alucinante...
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... pero habría que hacerlo con más coches. Vista interior confusa. Sin cambios climáticos ni noche. Coches de la CPU tontos. Banda sonora irregular. Oferta de algunas marcas.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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ANÁLISIS. Autor: David Caballero

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