Análisis de Dance Central 2

"Cinco, seis, siete, ocho, abre, mano, lento" - Fallo. Repetir.

Para dominar Dance Central 2 relativamente pronto existen cuatro vías: haber bailado antes, haber seguido las temporadas de Fama: A Bailar, tener talento natural o haber jugado al primero unos buenos ratos. Pero lo bueno es que probar y probar demuestra que la fórmula sigue igual de divertida en la segunda entrega del mejor juego de baile.

Porque el que escribe tiene la flexibilidad de un ñu, la agilidad de un maniquí y la coordinación de Hernández y Fernández, y aun así he percibido en unas sesiones cómo puedo progresar y, lo más importante, que esto de bailar me va a apetecer cada día un poco más.

La culpa la tiene el Kinect, pero porque Harmonix le sigue dando el mejor y más avanzado uso. Si en un paso hay que flexionar las rodillas y tú lo haces estirado, te pilla. Si hay que picotear con las manos o girar la cabeza, mejor será que lo hagas. Si hay que mover la mano a la vez que la cadera, deberás hacerlo medianamente bien. Empezarás con movimientos simplones, pero ya verás cómo se pone la cosa en un momento.

Al contrario que Kinect Sports Season 2, Dance Central 2 es un juego que, a pesar de levantar la mano con tus torpezas (valga la redundancia), se basa en una detección de tal precisión que deja el desafío en manos del jugador. Toda la diversión que le falta al título de mini-juegos deportivos, en el que hay más de una trampa, se encuentra aquí, donde tu movimiento es el que vale.

Obviamente, no hay nada más festivo que la música bailable, por eso también es fácil que triunfe en tu salón. Aunque el tracklist no es de mi gusto (demasiado 'americanado' y pocos géneros de los míos), es innegable su amplitud y variedad, más si echas un ojo a los paquetes de contenido descargable (o si cuentas con las canciones de la primera entrega).

La mejor idea es empezar por el modo titulado "poco a poco", aunque parezca lento al principio. Si te lanzas a bailar el último éxito de Lady Gaga y eres un poco como yo, lo más probable es que te pierdas en el segundo compás y vayas a tu bola el resto de la canción, fracasando.

Como Dance Central 2 se disfruta mucho más si conoces los temas y las coreografías, esa modalidad "poco a poco" secciona cada uno de los temas en partes con varios pasos. Puedes practicarlos, intentar enlazarlos y luego probar con la canción entera, con opciones como ralentizar el ritmo hasta que te salga o grabarte a ti mismo para dejar de hacerlo así de mal. Sin duda, esta forma de juego es la mejor para principiantes y para descubrir lo que dará de sí el juego.

Unos menús bien estructurados y funcionales te sacarán de esa modalidad y te llevarán de paseo por las otras opciones de juego a lo Minority Report. Y como por desgracia no encontrarás un modo extenso e interesante para jugar en solitario más allá de aprender cada canción al dedillo (Crew Challenge no está a la altura, ¿cuándo imitarán los dramas de los musicales?), lo suyo es que pronto invites a casa a más gente y les demuestres lo que has aprendido. El año pasado lo hacías jugando en solitario mientras miraban, pero ahora puedes enfrentarte a otro bailarín en cualquier momento (incluso durante una canción).

Salvo alguna ocasión en la que nos dio la sensación de que Kinect no quería puntuar a uno de los dos bailarines (¿o es que lo estábamos haciendo realmente tan mal?), los enfrentamientos de uno contra otro son realmente divertidos y las modalidades están bien pensadas para que el duelo resulte emocionante. Sólo con esta inclusión, Dance Central 2 tiene muchísimo más sentido y atractivo como party game que su aclamadísimo predecesor. Ahí es nada.

Por otro lado, si usas el baile para descargar adrenalina y quemar grasas "casi sin enterarte" (aunque lo notarás por todo ese sudor), las opciones de fitness de este año pueden echarte un cable llevando las calorías o proponiendo sesiones mortales de casi una hora ‘non-stop'. Como extras, la estupenda (casi arriesgada) integración con las redes sociales y un control por voz que, de momento, se queda en la curiosidad.

A nivel de diseño y acabado, este juego vuelve a estar por encima de cualquier otra oferta similar. Harmonix consigue una enorme calidad de sonido (junto a la obligatoria opción de calibrado que muchos olvidan) y unas animaciones absolutamente útiles, que es de lo que se trata. Sus colorines e indicadores a cada paso bien o mal hecho son intuitivos y elegantes, sin molestar en unos excelentes escenarios que cambian de fondo y personajes según avanza la canción, cual videoclip.

Si te perdiste el primer Dance Central y te interesa la nueva generación de juegos de baile, compra Dance Central 2 porque es el mejor. Y si tienes Kinect, al menos pruébalo para descubrir un aprovechamiento fino, fino del periférico.