Análisis de Tales of Graces F

Sony tiene mucho que agradecer a Final Fantasy, franquicia crucial para que la compañía se situase en la cima del ocio electrónico con su primera incursión (PSX). Relevante fue también la oleada de RPGs japoneses que acompañó al sistema, incluso series como Tales of, que irrumpiese en Super Nintendo allá por 1995.

Mucho tiempo después, los JRPGs han perdido su posición dominante en el mercado europeo. Poco parece importar esto a Tales of Graces F, que desembarca fiel a sus raíces, especialmente durante sus primeras horas de juego, llegando a pensar que estamos ante un juego de los 90.

En menos de cinco minutos ya estarás controlando a tu primer grupo de personajes, compuesto por los hermanos Asbel y Hubert Lhant, Sophie y otros dignos de olvidar. Asbel es el típico joven valiente y aventurero, mucho más predecible que su cauto y nervioso hermano Hubert, mientras que Sophie no tiene la más ligera idea de quién es o de dónde procede.

El origen de la historia es un catastrófico suceso en que se implica el príncipe Richard, quien recluta a Asbel y el resto tras haberse ocultado del mundo la mayor parte de su vida. La aventura comience con un salto 7 años en el tiempo, una forma valiente de narración, aunque predecible.

La serie Tales siempre ha primado combates, historia y personajes a partes iguales, lo que pronto queda patente en Tales of Graces F. No toma más de unos segundos el enfrascarnos en la primera batalla, la cual nos resultará bastante sencilla, incitándonos al machaque de botones. No obstante, el sistema de combate gana en complejidad conforme progresamos en la aventura.

El combate en Tales of siempre ha diferido del resto de JPRGs, primando la acción, aunque con ciertos toques de estrategia inherente. Esta se implementa mediante los "Chain Capacity points", que decidirán el número de ataques que podemos encadenar por cada embestida. Los ataques más simples nos costarán escasos puntos CC, mientras que los de tipo mágico resultan más costosos, por lo que necesitamos considerar cuántos gastarás antes de cada enfrentamiento. Podría haberse optado por un sistema pasivo, que recompensase el juego conservador, pero en su lugar se nos premia en mayor medida por tomar riesgos.

La diversión comienza en cuanto reúnes unas cuantas habilidades para el combate. En lugar de ganarlas subiendo de nivel, las conseguimos equipándonos "títulos". Los títulos se adquieren progresivamente y permiten albergar hasta cinco habilidades que aprender permanentemente si ganamos los suficientes puntos SP en combate mientras las usamos. Solo podemos equipar un título a la vez, pudiendo cambiar de uno a otro en cualquier momento u optar por especializarnos en uno solo.

Además, podemos crear nuestras propias armas con un sistema tan sencillo como profundo, que parece inspirado en el Dark Chronicle de Level-5.

Siendo un juego tan excelso, es una pena que Namco Bandai no haya más por camuflar el que estemos ante la conversión de un juego de Wii. Desde el punto de vista técnico parece lanzado en PlayStation 2, sin que la mayor resolución case con el mejorable modelado de personajes o las deficitarias texturas. Tales of Vesperia (de 2008) fue un trabajo mucho más loable, al programarse exclusivamente para Xbox 360.

Pese a todo, Tales of Graces F es una aventura sólida, con un sistema de combate que nos recompensa sobradamente en cuanto se le ha cogido el truco.

Me hubiese gustado que la historia no tardase tanto en arrancar, una dificultad más equilibrada y un acabado gráfico acorde a PS3. Personalmente, me quedo con Tales of Vesperia, pero los fans de la serie ya tienen algo más que echarse a la boca.