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Worms WMD

Análisis de Worms WMD

La destrucción en masa ha vuelto siguiendo la fórmula clásica pero sin olvidarse de que hay que añadir novedades.

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Hace más de 20 años que esos pequeños gusanos que forman Worms sorprendieron al mundo y no han faltado a ninguna época desde entonces, pero los fans no han quedado muy satisfechos desde que se estrenó Worms 2: Armageddon. Ahora, con Worms WMD, el estudio Team17 parece haber retomado la senda que lo hizo popular si perder de vista que siempre hay que aportar algo nuevo. Y el resultado has sido muy positivo.

Aunque siempre ha tenido todo el aspecto de ser un título meramente multijugador, la IA y el carácter arcade de la serie han invitado a jugar en solitario desde los comienzos. En esta entrega no falta contenido, comenzando por un tutorial que al final se convierte en un reto y que no hay que pasar pantalla por pantalla, por lo que tiene mucha miga. También hay un modo campaña que balbucea una historia mediante vídeos, pero que despliega todo su potencial en el reto de completar las pantallas incluyendo los objetivos secundarios. Unos son directos, tan fácil como matar a tal gusano con tal arma, pero otros son cacerías a partir de carteles de Se busca que llevan al modo reto.

Es importante mencionar estas dinámicas, no solo para descubrir que esta entrega viene bien cargada de contenido con el que entretenerse en solitario, sino porque aportan un toque de intriga por su diseño fuera de lo tradicional. Por ejemplo, hay una que te obliga a matar a los enemigos solo con el jetpack; la solución es bastante sencilla pero no te la vamos a contar aquí.

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La mayoría está aquí por el multijugador, por esas batallas sobre todo con conocidos en las que liberar la rabia contenida. Hay un modo ranking pero solo es para 1 contra 1, lo que se antoja algo escaso. Para combatir contra más gente hay que ir al modo libre, a partidas con muchas más opciones de personalización. Se echa de menos que el primero también fuese más abierto.

Los enfrentamientos locales permiten que hasta seis jugadores se enfrenten respetando sus turnos e incluso compartiendo el sudor de sus dedos con un solo mando o teclado. También da libertad casi total para diseñar los combates, por lo que se puede decir que pone todos los mimbres necesarios para una buena carnicería.

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Solo nos faltan los equipos y aquí el gusto por lo clásico no ha faltado. La posibilidad de editar el nombre de los gusanos fue un añadido sorpresa que no puede faltar. Eso ha ido creciendo y ahora se les puede vestir, añadir frases, poner a bailar, diseñar su lápida y algo más para que casi sean comos tus mascotas de mecha corta. Pero estas opciones están bloqueadas hasta que consigues los puntos que necesitas, un pequeño incentivo para jugar más y más.

La apuesta por lo clásico implica especialmente el retorno de la jugabilidad de siempre. Batallas a campo abierto en entornos 2D, por turnos y a muerte o tiempo. Nada de escenario tridimensionales para estar a la moda poligonal. Eso no quiere decir que el aspecto visual sea malo o anticuado. Todo lo contrario, se aprecia un gran esfuerzo por lograr aportar algún distintivo a todos ellos, igual que a los escenarios y a los vehículos. La ambientación y las animaciones consiguen transmitir ese escenario de guerra abierta y de destrucción. Y es un gran detalle ese efecto granulado que han añadido al tutorial para que parezca anticuado. Por último, las voces temáticas recuerdan a cada instante que aquí estás para pasártelo bien, de lo mejor del título.

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Los vehículos son precisamente una de las grandes incorporaciones de Worms WMD. Hay helicópteros, tanques y mechas, además de torretas con francotiradores, morteros y ametralladoras. Aunque podría parecer que esto puede complicar su sencillo sistema de combate realmente encaja muy bien y no ha provocado grandes desequilibrios en las partidas. Los vehículos dan algo más de versatilidad y movimiento a los combates, que también es de agradecer.

No puede pasar por alto el sistema de crafteo de armas de destrucción masiva, que suena más imponente de lo que en realidad es. No te permite inventar como tal armas nuevas, tan solo tomar partes de algunas de las ya existentes y reconfigurarlas para hacer algo más gordo, como por ejemplo unas bombas de racimo banana. El menú es sencillo pero tosco, pero al menos te deja trastear en él durante el turno del enemigo para aprovechar mejor el tiempo. En conjunto, el armamento es tan divertido como nostálgico y va a seguir produciendo días de gloria y muerte.

Pero no todo son alabanzas y grandes decisiones. Team17 se ha dejado una cámara un poco distraída, especialmente cuando el gusano se mueve muy rápido hacia los extremos del marco y le pierde de vista. También tiene otros fallos técnicos, aunque de menor calado, como las voces del mando e incluso hay una falta de estabilidad de imagen general en el modo a un jugador que, por suerte, no aparece en el multijugador.

Worms WMD se presenta como una gran alternativa tanto para quienes echaban de menos un Worms clásico como para quienes van a iniciarse por primera vez en la saga. Ha sabido conservar toda la esencia y el carisma acumulado durante décadas, y su jugabilidad directa y precisa, con ciertos añadidos que obligan al jugador a reinventarse. Es un juego que va a satisfacer mucho a los fans aunque algunos sean un poco reticentes a probarlo. Dadle una oportunidad, veréis que merece la pena.

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08 Gamereactor España
8 / 10
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Muy intuitivo y cómodo. Los añadidos son simples pero tiene una gran variedad opciones. La vuelta al 2D le favorece. Un gran multijugador local y online.
-
No va siempre fluido, la cámara se descoloca en ocasiones y hay un problema de audio poco significativo. Necesita más modos online con ranking.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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