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Assassin's Creed: Revelations

Análisis de Assassin's Creed: Revelations

Desde que Ubisoft nos presentó a Ezio y la serie Assassin's Creed alcanzó todo su potencial, hemos escuchado leyendas del legendario Altaïr...

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Y aun así, aquellas historias no estaban a la altura de esos logros tan tontorrones que teníamos que hacer en el primer juego.

Como implica su título, en este juego esperamos algunas respuestas. Assassin's Creed: Revelations contesta muchas cuestiones, aunque es cierto que despierta otras tantas.

Ezio se encuentra en Constantinopla, donde busca las llaves que liberarán los secretos de la biblioteca de Altaïr en Masyaf, y como en los juegos anteriores, darás con personajes sacados directamente de los libros de historia. Pasan muchas cosas en esta trama, y a diferencia de juegos anteriores, este juego nunca da saltos adelante en el tiempo. Probablemente sea buena idea, teniendo en cuenta la edad avanzada de Ezio.

Desde Assassin's Creed II, Ubisoft ha demostrado que sabe cómo crear geniales personajes y confeccionar relaciones entre ellos. Aunque puede que haya menos personajes en esta ocasión, siguen estando representados perfectamente, por lo que es todo un placer verlos interactuar.

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Assassin's Creed: Revelations

Altaïr, el prota del primer juego, ha recuperado el primer plano, y también cuenta con una personalidad algo más interesante. Está bien volver a verle en acción, como joven o como maduro. No pasarás demasiado tiempo con él, pero ese tiempo vale su peso en oro y cubre agujeros en la historia, ayudando a completar el cuadro de una leyenda que está más en la línea con lo que has oído que el primer juego.

Lo único que se echa en falta en la historia es un villano en condiciones. Antes tuvimos a Rodrigo y César Borgia captando la atención, pero en esta ocasión está bien claro que falta un objetivo. En lugar de eso, se trata de una historia de dos caras: aliados, que comparten diálogos amistosos e interesantes con el héroe, y tipos malos, cuyos motivos y ambiciones se conocen justo antes de que otra amenaza aparezca en su lugar.

Los momentos tranquilos con los aliados son fascinantes y creíbles, un aspecto en el que la serie ha dado grandes zancadas desde la primera entrega. Suelo olvidarme de lo divertido que puede ser el diálogo, pero con un chiste friki durante los primeros diez minutos y las referencias a la edad de Ezio, Ubisoft dejó claro que había momentos para sonreírse.

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No hay demasiados cambios en el sistema de juego desde la Hermandad. Corres, escalas, luchas... todo se parece bastante. La novedad podría ser la hook blade, porque facilita la escalada y permite lanzarte en tirolina entre edificios.

Sin embargo, el cambio más notorio son las bombas. No pasa mucho tiempo hasta que Yusuf, líder de los asesinos de Constantinopla, enseña a Ezio el arte de su fabricación.

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No hay muchas limitaciones respecto al tipo de bombas que puedes hacer. Su carcasa decide si explotarán con el impacto, si están temporizadas mediante un plomo o si deberían pegarse a la superficie que golpeen. Su contenido dicta si servirán para distraer, mutilar o matar. Es un sistema robusto que aporta herramientas esenciales para tu arsenal, sobre todo si te pones a aprender y experimentar.

En su papel de mentor, Ezio se tomará un respiro y delegará algo de trabajo. Esto es cierto para la nueva "Den Defense", algo que se activa cada vez que los templarios intentan acceder al territorio de Ezio. Es como una modalidad de juego "Tower Defense" en la que más y más tropas de templarios bajan por un callejón en el que puedes poner barricadas de distintos tipos o tropas armadas en los tejados.

Estos ataques se dan cuando has llamado demasiado la atención respecto a tus operaciones. Virtualmente, todo lo que hagas en el juego que suponga una ventaja, ya sea hacerte con territorio, reclutar aliados o incluso renovar algunas de las tiendas, incrementa la vigilancia de los templarios, y sin duda puede ser bastante molesto tener que sobornar a la gente y deshacerse de los testigos sólo porque quieras invertir en un sastre. En varias ocasiones tuve que posponer la renovación de las tiendas, que es lo que genera ingresos, porque no tenía la paciencia necesaria para hacer la limpieza posterior, evitando tener un lío nuevo.

Pero hay un arreglo para esto. Como el caballero que es, Ezio recluta nuevos amigos constantemente para su causa. Estos reclutas consiguen experiencia tomando parte en el modo Den Defense y en las misiones a las que son enviados.

Assassin's Creed: Revelations

De esta forma, lo que solo era un respiro de tus tareas típicas en Assassin's Creed: La Hermandad, ahora se ha explotado a fondo, sacándole todo el jugo. Un buen número de ciudades en el Mediterráneo se pueden tomar mediante el envío de tropas en las misiones, y estas ciudades darán dinero y experiencia que se puede aprovechar posteriormente.

Finalmente, cuando los reclutas son poderosos, puedes fijarlos en una localización para que puedas despreocuparte por si te la quitan. Es una idea ingeniosa para solucionar la cantidad de trabajo que tiene Ezio, pero aun así lleva mucho tiempo.

Después de pasar varias décadas en Italia, Ezio no es el único que necesitaba un cambio de escenario. Constantinopla encaja perfectamente. La ciudad es enorme y no cuenta con aquellos espacios abiertos de Roma, convirtiéndose en una verdadera metrópolis del siglo XVI. El estudio ha conseguido crear un ambiente muy convincente y auténtico, así que me cuesta encontrar cosas que desentonen. No recibimos los mismos incentivos por la exploración en esta ocasión, pero hay datos del Animus escondidos que sirven para arrojar algo de luz sobre la situación de Desmond (es algo complicadillo seguir el hilo de tres historias paralelas entre los siglos).

Desmond, que en realidad se debería entender como el protagonista de la serie, está atrapado en el mundo del Animus, donde se encuentra con un personaje al que se ha hecho referencia en múltiples ocasiones, pero hasta ahora nunca visto. La llamada isla del Animus es uno de los lugares más oscuros del programa, y Desmond comenzará a recordar según encuentre los fragmentos. Las cosas no salen como esperas, derivando en uno de los momentos más extraños de la serie.

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Una vez más, a la batuta se encuentra Jesper Kyd, y lo cierto es que ha vuelto a hacer un trabajo excepcional. Hay hueco para melodías tranquilas de fondo o explosivas piezas que recuerdan a otros momentos de la serie. Es todo un placer para los oídos, probablemente la mejor música de Assassin's hasta la fecha.

Y es que casi todo lo que tiene que ver con el sonido se ha tratado con finura. No solo los programadores y diseñadores tienen la culpa de que los personajes sean tan memorables, pues la actuación de voz aporta lo suyo y las mejoradas animaciones faciales consiguen un conjunto superior.

Si sólo te interesa la historia principal, la acabarás en unas doce horas. Pero luego te queda el desarrollo de los reclutas y las misiones secundarias de varios tipos, lo que no es poco. Sin embargo, hay que decir que es una experiencia más corta que la última entrega.

El mayor problema que he encontrado en Assassin's Creed: Revelations es que no exista ese antagonista que apetece descubrir en estas aventuras. Casi hasta el final estás sin conocer un villano con toda la maldad esperada, demasiado tarde para hacerte a él.

Pero más allá de esta pequeña queja, es cierto que el sistema de juego nunca fue tan variado y el pulido que han recibido las mecánicas es realmente aparente. En una temporada hasta arriba de juegazos, me atrevo sin problemas a apostar por Revelations. Te cautivará durante horas con su música fenomenal y su historia bien contada (pese a no tener al malo de turno), mientras lo pasas genial controlando a tu asesino.

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09 Gamereactor España
9 / 10
+
Brillante actuación de voz, mucho gancho, conversaciones creíbles, muy buena música.
-
Le falta un malo malísimo en condiciones. Difícil pasar desapercibido.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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