Análisis de Urban Empire

A primera vista, Urban Empire ofrece bastante. Ofrece mecánicas de construcción parecidas a lo que puedes encontrar en Sim City o City Skylines. Además de eso, cuenta con un sistema político sorprendentemente profundo en el que tendrás que abrirte camino y defenderte para conseguir apoyo en tus decisiones en el parlamento. El juego cuenta con un árbol de tecnología que te dictará qué tipo de avances puedes hacer en tu ciudad. En general, es un buen conjunto y todo conecta perfectamente. La idea es que si mantienes a tus ciudadanos contentos, tus arcas llenas y a los policías felices, puedes hacer que evolucione rápidamente, desde sus orígenes durante la revolución industrial hasta transformarla en una utopía moderna.

Es posible que hayas supuesto que las cosas no van a ser tan fáciles. Todos los partidos políticos quieren cosas diferentes y cuando más los necesitas (cuando tu economía se desplome), es cuando menos dispuestos están a escuchar. En cierto sentido, esto es lo que hace a Urban Empire aun más interesante. Realmente, no se trata de establecer una ciudad eficiente satisfaciendo las necesidades de tus ciudadanos mientras que los provees con suficientes puntos científicos para poder avances tecnológicos, se trata de asegurarte de que puedes cambiar la ciudad. Cada nuevo edificio, cada cambio en un distrito requiere votar. A veces llega a ser frustrante, especialmente cuando empieza a ser un poco repetitivo, y te acostumbras a usar las amenazas, sobre todo porque la principal preocupación del Consejo es cómo avanza tu economía.

Por otra parte, la repetición es, quizá, el mayor de los problemas en Urban Empire. Después de haber jugado un par de partidas diferentes, sientes como si progresaras a través del mismo escenario (hay también escenarios específicos, además de los de la campaña principal). Un mal paso puede serte costoso, queriendo empezar de nuevo y modificar tus tácticas, pero como no es de esos juegos que cada jugada es diferente, no invita nada a reiniciarlo. Por lo tanto te toca cargar con una enorme deuda y poco a poco enderezar el barco. Da un poco de pena que el juego se vuelva más complejo a medida que avanzas en los años, ya que cada vez más tecnologías estaban disponibles. Pero habría que decir que un gran contra a esto es la facilidad con la que puedes subir los impuestos. Si necesitas dinero no tendrás problema en aumentar considerablemente los impuestos a través del Consejo (lo cual es un poco extraño, dado lo difícil que es a veces conseguir su aprobación para otras cosas). Parece que la economía no esté bien equilibrada.

Un aspecto interesante es cómo llegarás a un acuerdo con tus propias creencias políticas. La mayoría de nosotros seguramente seamos bastante progresista comparados con los cambios políticos del siglo IXI, pero desde una perspectiva pragmática puede pagar no intentar e impulsar el cambio social a mayores costos y fortaleciendo a los partidos políticos. Es un dilema interesante que enfrentar y, además, el juego te enseña cuánta energía política se va en cosas como luchar por los derechos de las mujeres y en la introducción en pensamientos más liberales como la sodomía (es decir, castigos menos duros).

A veces, tendrás oportunidades en la política, puedes llamar públicamente a una fiesta y quizás ganar el favor de otros. Aprender sobre los efectos de tus movimientos y administrar el fondo de comercio es importante ya que lo querrás tener en reserva cuando necesites impulsar una política. Simplemente, no parece que el equilibrio esté para hacerlo tan interesante como podría haber sido.
Además, hay eventos todo el rato. Algunos son relacionados con la
política, otros tienen que ver con tus barrios, otros con tu investigación. Algunos de ellos se repiten, otros son eventos únicos y más interesantes, y que te darán bonificaciones o que dañarán tu reputación dependiendo de cómo lidies con ellos.

Por otra parte, ha habido varias quejas on-line sobre los errores en Urban Empire, pero aparte de algunos efectos con mal aspecto, en su mayor parte, nos hemos salvado de sus fallos (aunque tuvimos que desenchufar nuestros mandos o la cámara a veces se ponía a girar sin parar). Además, el desarrollador ha sido proactivo en la eliminación de parches y revisiones durante la semana de su lanzamiento. Esperemos que ayuden pronto a los que experimenten problemas de rendimiento.

Aunque, más preocupante es la interfaz de usuario, ya que tiene algunos defectos. Hay algunas cosas que simplemente no son lógicas para el usuario, como tener que cerrar la ventana en la que apela a varios partidos en orden con el fin de ver una vez más la opción principal que te permite seguir adelante con la votación. Claro, es solo un paso de más, pero te tocará hacerlo miles y miles de veces durante una jugada normal. La creación de distritos es también complicada de manejar y esto hace incluso más doloroso que un proyecto sea rechazado en el parlamento.

Es lamentable, ya que este tipo de problemas podrían haber sido subsanados con más pruebas y con feedback antes de su lanzamiento. Lo mismo podría decirse de la economía ya que es un poco voluble. Sin embargo, aquí hay mucha profundidad, y no solo en el ámbito político, sino también cuando se trata la forma en la que puedes estructurar tu ciudad (incluso si no hay una gran cantidad de libertad creativa).

Al final, Urban Empire resulta ser una combinación muy interesante de elementos. Desafortunadamente, se vuelve repetitivo y no logra captar la alegría y la creatividad que se encuentra en los mejores simuladores de ciudades, mientras que también se atasca en una terrible interfaz de usuario y un montón de microgestión. Esto puede sonar demasiado negativo, pero repetimos que también hay algo de diversión y la verdad es que es adictivo. De hecho, el reto de navegar por el panorama político hace su progreso más satisfactorio una vez que se logra. Si te gusta la historia moderna desde la revolución industrial y no te importa que la gestión sea un poco defectuosa, entonces quizá te valga la pena echarle un vistazo.