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Ni no Kuni: la Ira de la Bruja Blanca

Análisis de Ni no Kuni: la Ira de la Bruja Blanca

Level 5 y Ghibli vierten sus considerables recursos y talento en una misma olla para cocinar un auténtico cuento de hadas al más puro estilo japonés. Sigue leyendo para descubrir por qué es indispensable para sus fans... y para otros como yo.

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Los que me conocen saben que no soy un gran seguidor de los juegos de rol japoneses. Por supuesto, siempre queda espacio para la excepción que confirme mi regla, y eso es lo que ha ocurrido con este juego. Ni no Kuni: la Ira de la Bruja Blanca es un encantador cuento de hadas cuyo protagonista debe superar penas y adversidades para crecer y convertirse en un mago, en un héroe.

El joven Oliver es un chico normal que vive en un pueblo corriente con su mamá. Pero le espera un gran destino, una consignación que al principio se materializa en la forma de tragedia familiar. Entonces, el chaval afligido se encuentra con un duende de lo más extraordinario, que le guía hacia un mundo completamente nuevo, sacado de las páginas de un libro de fantasía.

Ni no Kuni: la Ira de la Bruja Blanca

Pero de donde parece sacado el juego en sí es del manual del reconocido Studio Ghibli. El entorno del pueblecito existe en un plano paralelo al mundo fantástico del cuento de hadas, habitado por un gran elenco de peculiares criaturas. Como jugadores, saltamos de un mundo al otro constantemente, lo que enfatiza sus diferencias y dibuja inesperados paralelismos entre ambos. La familia es el tema principal en esta aventura, además de la amistad. Valores que parecen 'light' y para todos los públicos, pero ya durante la primera hora del juego acontece una escena que ningún crío debería vivir sin compañía. Los cuentos de hadas pueden ser en ocasiones muy crueles, y lo mismo pasa con Ni no Kuni.

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Aun así, en líneas generales este es un juego amable y moderado. El mundo de fantasía es un lugar vasto, colorido y emocionante, y el juego se toma su tiempo tranquilamente, como suele ser habitual en las producciones niponas del género. No recuerdo ahora mismo muchos títulos occidentales en los que el primer acompañante se una al protagonista alrededor de la octava hora, y mucho menos juegos en los que el sistema de magia aparezca a partir de la duodécima.

Aunque el ritmo es bastante 'relajado' como estamos señalando, también resulta ideal para la experiencia. Cada vez que sentía que la cosa se ponía un poco monótona o repetitiva, el juego se sacaba algo nuevo y diferente de la chistera. Sé que puedo ser un jugador impaciente con los juegos de este género, de modo que los que estén más acostumbrados a él probablemente no tendrán la más mínima oportunidad de aburrirse.

Ni no Kuni: la Ira de la Bruja BlancaNi no Kuni: la Ira de la Bruja Blanca

No solo por esto me ha conquistado Ni no Kuni. Se nota que el guión no procura por todos los medios complicarse en exceso (como otros), sino más bien relatar una historia clásica con temáticas que todo el mundo puede identificar. Hay un buen puñado de misiones secundarias, a explorar cuando te apetezca. Los personajes son entretenidos, y además no los han recocido como suelen hacer en los juegos asiáticos.

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Mi personaje favorito, sin duda alguna, es Mr. Drippy, el compañero-duende de Oliver y su guía en la aventura. Esta criatura pequeña, estrambótica, habla con un marcado acento galés que también han querido reflejar en los subtítulos a los demás idiomas (excelente localización, por cierto). Uno puede entender al animado y fogoso colega, al menos cuando haya tenido la oportunidad de acostumbrarse a su abundante balbuceo.

Suelo estar a favor de la pista de audio original cuando toca ver un anime, pero Ni no Kuni también es una excepción en este caso, quizás por culpa de (o gracias a) Mr. Drippy. Todos los personajes tienen acentos claros y variados en la pista en inglés, pero no estoy tan versado en el idioma nipón como para detectar acentos regionales. Por esto, la pista de las voces en inglés hace una experiencia mucho más rica para mí. La actuación vocal es muy buena, si bien la sincronización labial ha quedado un poco a medias.

Ni no Kuni: la Ira de la Bruja Blanca

Siguiendo por los oídos, la banda sonora, bastante emotiva, es una obra maravillosa en sí misma, con una orquestación a la altura. El problema aquí es que los temas básicos se repiten una hora sí y otra también, por lo que seguirán sonando en tu cabeza cuando apagues la consola. La música de combate concretamente podría hacer que uno se golpeara la cabeza contra la mesa, particularmente cuando las cosas no van tan bien en el terreno de batalla.

Por suerte los gráficos hacen de calmante para cualquier dolor de cabeza, porque son una gran combinación entre el estilo Ghibli marca de la casa y una estética más tradicional en consolas. Aunque los personajes están dibujados muy simples y casi sin sombreados, de alguna manera consiguen encajar en los detallados fondos. Dos estilos muy distintos fundidos en uno, consiguiendo que el jugador sienta parte de este mundo fantástico.

Por esto mismo, se hace mucho más extraño que, mientras que las escenas con el motor del juego y las animaciones del juego son suaves y expresivas, las secuencias de anime producidas por Ghibli son bastante erráticas. No se puede decir que sean tacañas o malas, porque todos los detalles y la belleza que cabría esperar están ahí, pero parece que a la animación le falta como la mitad de los frames habituales. Se trata de un tropiezo desconcertante en un juego que en todo lo demás es genial, y molesta como un padrastro en un dedo cada dos por tres.

Ni no Kuni: la Ira de la Bruja Blanca

Eso sí: no hay que obsesionarse con este detalle, porque estamos ante un todo maravilloso. Ni no Kuni se despliega como el típico J-RPG, en el que un gran mapa de mundo repleto de monstruos aleatorios conecta varias ciudades, mazmorras y demás. Pero a diferencia de, por ejemplo, Final Fantasy, las bestias no aparecen de la nada, sino que las ves y puedes esquivarlas en el mapa. A veces, puede ser una muy buena idea.

El sistema de combate también resultará familiar a los amantes del género. Es una mezcla un poco incómoda entre batalla en tiempo real y combate por turnos, lo que significa que hay que estar jugueteando con todo tipo de menús mientras mantienes vivo al mocoso. Al menos los hechizos y provisiones se pueden revisar y navegar con relativa tranquilidad. Las batallas con jefes son especialmente desafiantes, hasta el punto en el que hace falta bajar el nivel de dificultad para superarlas.

Por fortuna, Oliver no está solo contra los monstruos, y entre sus acompañantes cuenta con una selección de vasallos: los únimos. Son las mismas criaturas que se encuentra en el mundo salvaje, pero se pueden domesticar, alimentar, equipar y entrenar para subir de nivel y cambiar de forma ¿Te suena?

Ni no Kuni: la Ira de la Bruja Blanca

Pues de eso va Ni no Kuni en verdad. Es una combinación de muchos, muchísimos elementos familiares, mezclados de una forma amable y accesible para el jugador nunca vista. La mayoría de los problemas que he tenido con los juegos de rol japoneses se ven suavizados aquí. No introduce cambios revolucionarios, pero por una vez parece un juego mucho más progresivo, quizás algo occidentalizado a nivel de accesibilidad.

Para los que disfrutéis de la lectura, queda un montón de material adicional escondido en el "Vademécum del Mago". Se lo entregan a Oliver al principio del juego, con casi doscientas páginas de información extra. Por suerte algunas faltan al principio, pues se puede sufrir una sobrecarga de mitología solo con las que trae de serie.

Ni no Kuni: la Ira de la Bruja Blanca es un juego enorme, y sería muy fácil redactar una crítica igual de enorme. En un esfuerzo por ser conciso, déjame decir simplemente que se trata de una maravillosa aventura de cuento de hadas, con una interesante historia ligada a las convenciones habituales de los RPG nipones, y a la que le han pasado un buen plumero. Si te va este género y conoces el trabajo de Studio Ghibli, no hay forma de equivocarse. Y también recomendaría Ni no Kuni a aquellos que, como yo, tienen una actitud bastante reservada hacia las obras interactivas que nos llegan desde el país del sol naciente. Puede ser el más indicado para empezar a apreciarlas.

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09 Gamereactor España
9 / 10
+
Un gustazo para la vista y el oído. Un encantador relato tradicional. Fácil de usar y digerir para cualquier jugador, profunda táctica de combate, vasto mundo a descubrir.
-
Las escenas de anime son bruscas, una música de fondo que se te quedará metida en la cabeza por machacona.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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Ni no Kuni: la Ira de la Bruja BlancaScore

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ANÁLISIS. Autor: Mika Sorvari

Level 5 y Ghibli vierten sus considerables recursos y talento en una misma olla para cocinar un auténtico cuento de hadas al más puro estilo japonés.



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