Estoy cubierto de sangre y mis enemigos han caído a mis pies. La ira ocupa cada célula de mi cuerpo. Ni los dioses ni los titanes pueden poner freno a mi venganza, y cualquiera que lo intente sufrirá igual destino que los demonios que acabo de masacrar. Todos esperábamos estas fanfarronerías de Kratos al continuar su fiesta del destripe mitológico en God of War: Ascension, un predecesor de la serie original, ahora con multijugador como gran novedad.
Con sus decorados de belleza máxima, sus nítidas animaciones y un sistema de combate de relativa profundidad, Ascension continúa la tradición de God of War. La experiencia de Sony Santa Monica con el dios cabreado nos pone ahora a jugar a su experiencia más pulida hasta la fecha, por mucho que los gritos de furia de Kratos resulten ya un poco pasados.
La calidad de 'precuela' de Ascension implica un viaje atrás en el tiempo para conocer cómo Kratos adquiere su ya clásica expresión de mala leche. El director del juego Todd Papy asegura que este juego enseña el lado más humano del inhumano Kratos, permitiendo al jugador comprender por todo lo que había pasado antes de la trilogía original. Es una caracterización algo más profunda que está cerca de verse realizada durante el transcurso de la campaña del juego.
Kratos debe romper sus lazos con Ares, el dios de la guerra en la mitología griega, algo solo posible derrotando a las tres Furias. Es otro relato de venganza sanguinaria, pero al centrarse algo más en el asunto emocional, permite algunos respiros a la historia. Es toda una victoria para la serie pues, más allá de los grandes rasgos, la trama nunca había sido una prioridad. Kratos tiene mala reputación en el mundo de los videojuegos por ser un personaje parcial y cerrado de mollera, de modo que este es un paso en la dirección correcta, por fin aportando algo de profundidad y de significado a la acción frenética.
En su persecución sin descanso tras las tres Furias, Kratos viaja a diferentes localizaciones de la mitología griega -incluyendo el Oráculo de Delfos- y como antes el juego es capaz de añadir un toque de grandeza a las historias clásicas con el sabor God of War. Tampoco es que la historia sea algo demasiado sorprendente pese al enfoque más serio respecto al protagonista, mientras que la acción demencial siempre acaba minando el tono que el juego pretende alcanzar. Es encomiable que el estudio haya intentado crear una imagen más humana de Kratos, pero la verdad es que no es un personaje lo bastante fuerte (en término figurado) como para que quieras consumir demasiada energía en explorar su oscuro pasado.
La serie God of War ha sido, desde su nacimiento en 2005, una de las franquicias más impresionantes a nivel visual de todo el sector, con enormes y detalladísimos entornos y enemigos. Cada imagen de cada entrega de la serie rebosaba calidad. ¿Y cómo luce Ascension a este respecto? Pues a decir verdad, espléndidamente, pues God of War: Ascension se ha colocado sin duda entre los juegos más deslumbrantes que haya jugado jamás.
El tercer capítulo de la serie suele mencionarse como uno de los juegos con mejores gráficos de esta generación que se despide, pero Ascension no solo es capaz de producir un mejor resultado a nivel técnico, sino de generar una experiencia más expresiva y saturada, tanto con su rica paleta de colores como con su notable diseño de personajes y escenarios. Los gigantescos decorados vuelven con más descaro que nunca, para que puedas explorar enormes cordilleras montañosas o luchar en batallas épicas sobre descomunales estatuas o en el fondo del mar.
El juego también se echa a los hombros el estreno del modo multijugador, siguiendo la mecánica central, pero aportando la opción de caracterizar a tu propio guerrero o de entrar en un desafío completamente separado para probar tu espíritu de lucha online. Es algo que seguiremos investigando en las semanas posteriores al lanzamiento para ofrecer un veredicto más completo, así que te invitamos a volver a conectar a nuestro portal para saber cómo ha quedado el nuevo aspecto multiplayer.
God of War: Ascension tiene mucho que demostrar. Con PS4 llegando este mismo año, parece que este es el canto de cisne visual de PS3, además de plantear la cuestión sobre si esta 'precuela' es la mejor forma de despedir a Kratos de la generación. Por surte, la mezcla de magníficas batallas contra jefes, un contundente sistema de combate, un maravilloso estilo visual y un gran audio consigue que esta entrega siga la tradición de la serie, en lugar de echar a perder la leyenda. Una épica de 12 horas que vuelve a rugir de calidad.