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Real Racing 3

Análisis de Real Racing 3

Conductores reales, coches reales, circuitos reales. Y largas esperas a no ser que pagues con euros reales...

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Pocos juegos son capaces de hacerte pensar. No me refiero a los juegos de puzles o en los que tienes que devanarte los sesos, sino más bien a esos que te llevan a pensar en el mensaje que se transmite o en el medio videolúdico en general.

Real Racing 3, aunque no me ponga ante dilemas morales ni me cuente historias imbuidas de significados, es uno de estos juegos que me hacen pensar. Concretamente, Real Racing 3 me lleva a reflexionar sobre cómo ha cambiado este sector con la llegada de los juegos para dispositivos móviles y del modelo free-to-play.

Lo admito: es un sentimiento extraño, durante el que alterno momentos de euforia con otros de profunda tristeza. Vamos a empezar con la euforia.

La sensación que deja al tocar el icono de Real Racing 3 por vez primera es de profundo asombro y maravilla. Con un par de vueltas ya te lo crees: estás ante un juego extraordinariamente cuidado en un dispositivo portátil que no es una consola. Y lo que es más raro es que se distribuye de forma gratuita. He jugado decenas de juegos de carreras para consolas portátiles, pero Real Racing 3 es, por mucha distancia, la experiencia portable más cercana a Gran Turismo 5 que he tenido el placer de conducir. En cierto modo, se parece más al Gran Turismo principal que al Gran Turismo para PSP, que de GT sólo llevaba el nombre.

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Real Racing 3

Pero es que para identificar los circuitos no hace falta ni eso: en la primera curva ya sabrás que el trazado de introducción es Laguna Seca, con una recreación muy fidedigna del circuito original. La emoción de enfrentarse al famoso sacacorchos de la octava curva es considerable en la pequeña pantalla de mi iPad Mini. Una vez superada la carrera de presentación, comienza el juego en sí.

Nos encontramos con un menú repleto de eventos, cada uno conteniendo numerosas carreras. Compramos un coche, un Focus RS, y arranca la competición. No hace falta tocar la pantalla para acelerar, pues el coche corre solo y basta con inclinar la tableta/smartphone a izquierda o derecha para tomar las curvas. Deshabilitando la asistencia de frenado es necesario intervenir con el pedal de freno, ahora sí, tocando la pantalla táctil. El cambio también es automático, mientras que la asistencia de tracción y dirección están activadas por defecto.

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Las carreras son de varias clases. Están los circuitos habituales en los que hay que llegar primero a la meta, hay piques uno contra uno, rutas pasando por checkpoints o carreras en sectores particularmente complicados de un trazado. En todos los casos hay que correr más que los demás. La única variación en el sistema de control llega con las carreras de aceleración, pues hay que arrancar el coche pulsando un botón, mantener un ojo en las agujas y cambiar de marcha en el momento idóneo, como se vio en su día en Need for Speed: Underground.

Las carreras suceden contra oponentes reales, pero sin conexión online. Los tiempos de los rivales se descarga y se aplica a vehículos controlados por la inteligencia artificial. Por desgracia, no se descargan los "fantasmas" de los jugadores, sino únicamente sus registros. Como resultado, la trayectoria de los autos contrincantes es siempre muy limpia, y nunca podrá plasmar la emoción de luchar contra el piloto que juega sucio. Adelantar a los rivales, en la práctica, es muy sencillo: basta con inventar alguna trazada creativa y todo sale sobre ruedas.

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En ocasiones aparecen en plena carrera el apodo y los caretos de los amigos (tomados de las redes sociales). En caso de victoria contra un adversario conocido, el bono final se ve multiplicado. Cada carrera, de hecho, proporciona dinero virtual y puntos de experiencia, todo con el fin de pasar de nivel y sumar monedas de oro. De este modo, la economía del juego se basa en estos dos valores. Con el dinero se pueden comprar más coches, repararlos o cambiarlos por otros, mientras que las monedas de oro proporcionan acceso a las actualizaciones y a las opciones avanzadas de personalización, incluyendo la pintura del bólido.

Hasta ahora todo -o casi- parece perfecto. Pero es precisamente con el sistema económico del juego con el que empiezan los dolores de cabeza. Los coches, como en la vida 'Real', requieren un mantenimiento continuo, cambios de aceite o reparaciones en caso de accidente. Del mismo modo, con el fin de seguir siendo competitivos, es necesario incorporarles piezas que mejoren sus prestaciones. El problema no radica tanto en el coste de estas mejoras y reparaciones, sino en el tiempo necesario para poder instalarlas.

Cualquier modificación o sustitución tarda entre tres y diez minutos, tiempo que se va acumulando si decides efectuar varias compras al mismo tiempo. En estos momentos no es posible subirse al coche, así que toca esperar. He calculado que la relación entre juego y tiempo de espera sería de aproximadamente 1:1. Es decir, cada cuarto de hora de juego hace falta esperar otro cuarto de hora para completar las reparaciones.

Real Racing 3

La cosa mejora cuando se compran varios coches, pero el precio de cada vehículo es tan alto que hay que pasar varias horas de juego antes de contar con un garaje de tamaño decente. Aún peor: hasta la entrega de los nuevos coches tiene su gran demora, como en la vida 'Real'. En resumen, las primeras horas de juego se hacen ciertamente insoportables.

Por lo tanto, Real Racing 3 invita de una forma bastante evidente a rascarse el bolsillo, a gastar dinero real y pagar el peaje que cuesta desbloquear coches o reducir el tiempo de espera de las reparaciones. Cuando te encuentras con un rival que ha invertido unos cuantos euros en el juego, es prácticamente imposible competir con él. En pocas palabras, se activa el mecanismo tan odiado que transforma un juego free-to-play en pay-to-win. Correr un cara a cara contra un colega que lleva un BMW tuneado cuando estás atascado en tu Ford de serie resulta bastante frustrante.

Real Racing 3Real Racing 3
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En muchos sentidos, este es el mejor juego de carreras disponible para dispositivos móviles. A pesar de su multijugador online "en diferido", el nivel de desafío en algunos casos es realmente satisfactorio. Al mismo tiempo, sin embargo, carece de la fuerza de un verdadero multiplayer en el que jugadores reales se cruzan por el camino.

Pero, como mencionamos, ese no es el mayor defecto. El aspecto más grave se encuentra en el sistema que vincula cada acción del jugador a unos insoportables tiempos de espera y, básicamente, le obliga a invertir dinero para disfrutar de una experiencia de juego sin problemas.

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En cualquier caso, teniendo en cuenta que el acceso al juego en sí no cuesta nada, no hay razón para desaconsejar una descarga de prueba. Con toda probabilidad, te verás cautivado por los gráficos rimbombantes, el realismo de los circuitos y la presencia de jugadores en todas las carreras. Al mismo tiempo, no obstante, deberás armarte de paciencia al volante y no pretender echar una carrera rápida mientras esperas al tren: existe el riesgo de que llegue antes de que el juego haya cambiado los neumáticos a tu Ford.

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07 Gamereactor España
7 / 10
+
Gráficos espectaculares, divertida experiencia de conducción, muchísimas carreras.
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Cualquier modificación o reparación lleva unos minutos en los que no puedes usar el coche, el sistema económico es invasivo.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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