Que un juego de Capcom cuente con contenidos descargables ya no debería ser ninguna sorpresa a estas alturas, y una franquicia importante como Devil May Cry no iba a quedarse sin su dosis de contenido adicional. Afortunadamente para los aficionados, la oferta es mucho más atractiva que en otros títulos de la compañía, ya que La caída de Vergil es un capítulo adicional que resulta interesante y que añade cosas muy dignas al juego básico. Desgraciadamente, transmite un potencial latente que no termina de explotarse y el jugador se queda con esa sensación agridulce de que se podría haber llegado mucho más lejos con este capítulo extra de uno de los mejores juegos de lo que llevamos de año (aunque las ventas no le hayan acompañado tanto como se esperaba).
La acción nos pone en la piel de Vergil, el hermano de Dante, justo después de los acontecimientos narrados en el juego principal. Para no destripar la historia, no ahondaremos en los aspectos argumentales que puedan desvelar detalles del juego original. Vergil está lleno de ira y con ansias de venganza, deseando recuperar lo que es suyo, y nosotros nos pondremos en su piel para ayudarle a conseguirlo. La premisa es tan sencilla como la propia presentación del capítulo, que no se esfuerza en ofrecer algo muy inspirado ni especialmente novedoso, sino que peca de continuista con respecto al juego principal y no consigue destacar especialmente.
Tener a un protagonista como Vergil, con armas y movimientos distintos, con motivaciones y personalidad diferentes, debería haber dado pie a infinidad de situaciones personalizadas que explotasen al máximo la psique del personaje y le diesen más carisma del que tiene. Una pena que no sea así y que, lo que nos encontramos, es una revisión de varios de los escenarios ya conocidos por Dante, con pequeños retoques, y centrados en pequeñas secciones de plataformas y largas secuencias de combate en escenario cerrado. La dinámica se acaba antojando repetitiva y algo anodina, y aunque se mantiene la búsqueda de objetos en el escenario estos se han limitado a unas cuantas almas errantes y viales de vida. Algunos de estos objetos se han ocultado de forma casi ilógica, provocando que las puntuaciones de nivel más elevadas sean casi imposibles de alcanzar.
El aspecto diferenciador básico entre este DLC y el juego original radica en el propio personaje. Vergil es completamente distinto a Dante a nivel jugable, lo cual puede generar un cierto desconcierto en el jugador que reconoce escenarios y piensa en combinaciones de ataques de las que Vergil carece. Es mucho más limitado y tiene menos posibilidades que Dante: solo tiene su espada, sus combos son más escasos y lentos, carece de la profundidad de su hermano y acostumbrarse a él se hace mucho más complejo. Su principal particularidad es que, al ser medio demonio, puede controlar el cielo y el infierno, pero a diferencia de Dante no tiene armas distintas, sino que los aplica a su propia espada. De este modo, al usar el cielo sus ataques ganan velocidad, mientras que los golpes del infierno ganan contundencia y son ideales para dar el golpe de gracia. Aunque es digno de elogio que en Ninja Theory hayan sido capaces de crear un personaje completamente diferente en su estilo de juego, deja la impresión de que Vergil palidece mucho en comparación con Dante, con muchas menos posibilidades que provocan que el juego se haga demasiado repetitivo.
Aunque no es ninguna novedad que un contenido descargable recicle material del juego original o que se haga repetitivo, sigue siendo una lástima que una producción que gira en torno a las dos horas de juego caiga tan pronto en esa sensación de agotamiento. Es posible que la falta de ideas originales y el exceso de recuperación de material hayan lastrado un contenido descargable que tenía materia prima para haber llegado mucho más lejos. Los amantes del personaje y de la franquicia (aunque sea solo de la última entrega) querrán echarle un vistazo, ya que sobre todo a nivel de argumento ofrece algunos detalles interesantes que nos incitarán a volver al universo del juego aunque sea durante unas horas más; pero fuera de ese público potencial, La caída de Vergil es un simple añadido que hace muchas cosas bien y ayuda a potenciar la experiencia, pero se queda lejos de ser ese DLC inolvidable que merezca la pena por sí solo y que sea capaz de incitar a la compra del propio juego básico al que amplía (el cual es muy, muy superior a este contenido). Una nueva oportunidad perdida.