Español
Gamereactor
análisis
Rising Storm

Análisis de Rising Storm

El último shooter en primera persona de Tripwire, creado en colaboración con la comunidad de 'modders', nos vuelve a poner en las trincheras.

Suscríbete a nuestra newsletter

* Campo obligatorio
HQ

Rising Storm resulta tan familiar... como diferente. Muchos de nosotros hemos batallado virtualmente en los diversos escenarios de la Segunda Guerra Mundial, ya fuera en el Frente Oriental, las playas de Normandía o las islas del Pacífico. En ese aspecto, no hay nada original en Rising Storm.

Lo que es distinto del shooter WWII de Tripwire Interactive es su forma de ejecución. Hay muchas diferencias sutiles que separan este juego de todos sus camaradas, y lo que es más importante, son los matices lo que convierten a Rising Storn en una experiencia estimulante al jugar, y los que a fin de cuentas consiguen que se erija sobre la mayoría en un abarrotado sub-género de shooters de carácter bélico-histórico.

Rising Storm

Tras unas partidas de combate orientado a la acción, los jugadores podrán acceder al Modo Realismo. Es ahí donde Rising Storm se siente a gusto, y donde conduce a los jugadores a un mundo visceral, violento y sangriento de tácticas, tiroteos y desesperación entre coberturas.

Publicidad:

Las playlists de tipo Acción ofrecen una experiencia más en la línea de lo que acostumbran a jugar la mayoría de los fans de los FPS últimamente. En comparación sigue siendo algo más letal que el típico juego del género, pero sigue existiendo margen de maniobra en el campo de batalla. Un paso en falso no tiene que ser siempre un pasaporte a la pantalla de reaparición, pero cometer errores suele tener consecuencias fatales.

La falta de precaución deriva inevitablemente en una vida bastante corta, y esto empuja a los jugadores hacia un estilo de juego muy distinto a la norma. Puedes verlo en la forma en que tus camaradas se mueven por los mapas, y en cómo interactúan con el entorno que les rodea. Una carrera despreocupada por campo abierto se ve rara vez en los servidores de Rising Storm, y cuando ocurre se pueden ver los gruñidos de los jugadores más experimentados en la ventana de chat a la izquierda de la pantalla, chasqueando la lengua virtualmente a la vista de la inexperiencia de sus compañeros. Esto no es un clon de Call of Duty, y cualquier intento por jugarlo como tal está abocado al desastre.

La cobertura es casi tan importante como el rifle que llevas al hombro. Sin ella, las mirillas enemigas te encontrarán y te mandarán de vuelta a la pantalla de carga en un periquete (allí sueles tener que esperar a que se te unan los camaradas antes de volver a la acción, en un intento de simular refuerzos). En este sentido, es un juego sin remordimientos que castiga mucho más que otros títulos de corte similar. Pero mientras una mano te roba, la otra te va dando, pues Rising Storm propone un refrescante cambio de ritmo en lo que muchos perciben como un género estancado.

Rising StormRising StormRising Storm
Publicidad:

Riadas de tropas se apresuran a través de los escombros de los edificios. Los francotiradores se asoman un par de segundos desde sus lejanas ventanas para detectar víctimas potenciales. Las granadas de humo proporcionan unas coberturas salvavidas para que avancen las oleadas de solados con (relativa) tranquilidad. Cada bache o cráter irregular se convierte en un lugar ideal para ponerse bocabajo, ofreciendo un punto más seguro desde el que estudiar el campo de batalla y planear el siguiente movimiento. La cobertura, gloriosa cobertura, significa un respiro, un alivio, mientras los objetivos van quedando más cerca y va subiendo la ferocidad de los tiroteos.

Rising Storm incluye seis nuevos mapas, todos espaciosos y variados. Atractivos no es la palabra correcta: suelen ser demacrados y desolados adrede, pero existe cierta elegancia en su diseño que hace que explorarlos y conocerlos a fondo sea un placer. Todos son bastante grandes, lo que mantiene la frescura de las partidas incluso tras repetidas visitas a las mismas localizaciones.

Hanto es pantanoso, frío y húmedo, mientras que Guadalcanal deja una sensación familiar pero con un trasfondo de oscuridad. Pelelui es gris e industrial, con estructuras de hormigón reventadas. Saipan es un paisaje urbano, con los jugadores cargando desde una playa, pasando por un pueblo y hasta que la batalla se decide a través de una vía de ferrocarril. Kwajulein es polvoriento, con trincheras de madera grabadas por el escenario. Quizá el mapa más destacado sea Iwo Jima. Es una deprimente ladera que va subiendo, con ambos bandos luchando por búnkeres y estructuras derruidas en sus cuestas irregulares.

Rising Storm

No se encuentra una gran variedad en cuanto a modos de juego, pero los mapas se han diseñado específicamente para contener la oferta de opciones. Ambos equipos deben atacar y defender diversos objetivos desperdigados por los escenarios, algo que otorga dirección y zonas principales de acción a la batalla: no es una simple lluvia de plomo. Para vencer al rival, los equipos deben coordinarse, y la incapacidad de reconocer las acciones de tus compañeros de equipo entorpecerá los esfuerzos colectivos. Se pone algo más fácil cuando los bots entran en escena, que suelen venir en tropel. Cuando hay demasiados en un mismo mapa puede ser como robar un caramelo a un niño, así que siempre es mejor inclinarse hacia los servidores repletos de oponentes humanos.

El tamaño de los mapas y la forma en que se han construido centra el combate asimétrico de Rising Storm. Las fuerzas aliadas cuentan con un arsenal superior y con lanzallamas abrasa-tropas, mientras que las fuerzas del Eje preparan trampas explosivas, disparan morteros y cuentan con ataques Banzai que se pueden emplear para decantar la balanza en cualquier momento, permitiendo que corrientes de tropas con espada desciendan sobre los objetivos y arrinconen a las fuerzas americanas guarnecidas en su interior.

Rising StormRising StormRising Storm

El combate en sí resulta satisfactorio. Una vez le has cogido el tranquillo al estilo y ritmo de juego, sientes una inmensa satisfacción después de cada disparo acertado. La distancia entre ambos jugadores se registra para cada baja, para mayor disfrute de su destreza en el campo de batalla. Las armas están bastante bien equilibradas, y hay variedad en su manejo. Es algo que estimula la especialización: irás prefiriendo ciertas armas de fuego y te irás haciendo más eficiente con ellas. Hay huecos en cada equipo para distintos tipos de soldado, así que, por ejemplo, sólo habrá un par de francotiradores en cada nivel, lo que podría resultar frustrante si es como te gusta jugar, pero mantiene el equilibrio. El versátil rol del fusilero siempre abunda, de modo que puedes recurrir a él cuando no esté disponible tu clase favorita.

La puntería exigida a cada jugador deriva en una empinada curva de aprendizaje, y en los primeros encuentros casi siempre ganará el más experimentado, pero por terrible que sea la experiencia de perder, no puedes quejarte de la victoria del rival pues al final siempre gana quien mejores tácticas despliega. Estar en el bando perdedor significará por regla general que presenciarás grades raciones de brutalidad. Los morteros aterrizan y derriban las unidades en pleno avance, enviando a los soldados muertos haciendo piruetas por los aires, cayendo con las piernas ensangrentadas donde antes tenían los brazos. Los disparos desde lejos que impactan sobre los que se alejan de la cobertura invitan a seguir a los compañeros de equipo para aguantar en las posiciones defensivas, enviando un mensaje de calma y paciencia a los que acaban de ver a un camarada desmembrado en un lugar aparentemente seguro. Las explosiones cercanas hacen temblar la pantalla, drenando el color del HUD, indicando la cercanía de tu muerte, y ofreciendo un 'feedback' inmediato al jugador sobre la potencia bruta y extrema letalidad de las herramientas de guerra que emplea el rival. Es el shooter en primera persona más impactante del momento, y no se guarda nada en su representación de la guerra.

Rising Storm

Hay un par de problemas que impiden que el juego alcance calidad de grandioso. Ponerse a cubierto no siempre funciona como debería, y cuando resulta en una muerte innecesaria te pone de los nervios. El combate cuerpo a cuerpo tampoco es de primera. La detección de impactos en algunas ocasiones parece algo imprecisa, pero también podría deberse a la conexión a internet de otros jugadores. Aparte de esto, sólo quedan problemillas visuales que ocasionalmente estropean el nivel de inmersión; animaciones de soldados que a veces son p oco naturales o texturas no tan pulidas como se encuentran en otros shooters recientes. Pero son inconveniencias menores, fácilmente perdonables si miras el conjunto.

Rising Storm es una experiencia brutal e infernal, hasta el borde de violencia gráfica, con una aproximación sin igual a la inmersión y con una despiadada curva de dificultad. También es satisfactorio, distintivo y uno de los mejores FPS para ordenador del momento. Si te gusta el combate crudo y desalentador, no busques más y vuelve con Tripwire a los históricos campos de batalla de la Segunda Guerra Mundial.

Rising StormRising StormRising StormRising Storm
08 Gamereactor España
8 / 10
+
Gran inmersión. Muy táctico. Una cruda recreación de la guerra. Combate asimétrico.
-
Algunos detalles sin pulir. Falta de variedad en modos de juego.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

Contenido relacionado

0
Rising StormScore

Rising Storm

ANÁLISIS. Autor: Mike Holmes

El último shooter en primera persona de Tripwire, creado en colaboración con la comunidad de 'modders', nos vuelve a poner en las trincheras.

0
Rising Storm - impresiones

Rising Storm - impresiones

AVANCE. Autor: Adrian Berg

No hay nada gratuito en Rising Storm, la continuación de Tripwire Interactive del concepto de Red Orchestra.



Cargando más contenido