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Sonic Colours

Análisis de Sonic Colours

Muchos habían dejado de confiar en la leal mascota de Sega, pero aún queda esperanza y viene en forma de Wisps en el nuevo Sonic Colours.

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Hace mucho tiempo Sonic molaba. El puercoespín azul de Sega era una dinamo de diversión aerodinámica, y tenía todo (rápido, chulesco, y con carácter) lo que le faltaba al Mario de Nintendo. Sonic volaba a través de niveles repletos de saltos y loopings, y siempre le quedaba tiempo para dejarle al jugador un guiño de complicidad tras cada nivel.

Pero desde aquellos días, el comienzo de cualquier análisis de una aventura protagonizada por Sonic ha sido casi idéntico. Sega ha prometido, una y otra vez, que había reinventado al puercoespín y que había hecho lo necesario para que volviera a ser genial. El resultado siempre ha sido pobre y nos han ido cayendo encima amiguitos rollazo, minijuegos atroces y montajes horrendos.

Sonic Colours

Sonic Colours es un buen cambio de ritmo desde el principio, porque no es una aventura que se tome demasiado en serio a sí misma, pero que todavía tiene en cuenta los juegos originales. Como siempre, el Dr Eggman es el epicentro de los problemas, en esta ocasión tratando de construir el mayor parque de atracciones de la galaxia. Es un proyecto enorme donde cada planeta servirá para ambientar las secciones temáticas del parque. De ahí surge una trama para secuestrar a los habitantes procedentes de cada planeta, los wisps, y de ninguna manera se quedará Sonic con las manos cruzadas ante tal atrocidad.

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La historia es una buena muestra de que Sega está haciendo las cosas como se debe, y el arranque del juego también demuestra que Sega sabe cómo se debería jugar un juego de Sonic. Te colocan inmediatamente en un chaparrón de saltos y vueltas antes de que llegues a ver un mapa del mundo. No solo es una forma sorprendente y genial de comenzar, sino también un pedazo de lo que será el juego al completo.

Sonic Colours

La velocidad está de mi lado durante los primeros niveles reales, y lo mismo pasa con los sencillos controles. Sonic ya no se maneja con una cruceta digital y un botón, pero el esquema de manejo es a todas luces intuitivo y simple. Un sistema automático lanza a Sonic contra el siguiente enemigo cuando presiono el botón A, y si he reunido suficientes anillos dorados puedo activar el turbo adicional con el B, algo muy útil a la hora de buscar secretos.

La simplicidad también deriva de la decisión de los desarrolladores de mantener gran parte del juego en la perspectiva 2D. Aún así, parece que Sega ha podido prestar algo más de atención a las pocas secciones que recorremos en 3D, pues son los mejores momentos tridimensionales con Sonic hasta la fecha.

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Sonic Colours

Otro logro para el equipo es cómo han recreado la mezcla entre control manual y automático que fue tan importante en los primeros juegos de la serie. No hacías tanto para controlar lo que sucedía en el juego, y sin embargo te sentías como un experto en plataformas cuando alcanzabas el final del nivel, algo que se replica en Sonic Colours.

Sobre el papel, la inclusión de los "Wisps" podría sonar como un recurso débil y oportunista, al igual que ocurrió con las ideas que Sega introdujo en otros intentos fallidos por revitalizar al puercoespín corredor. Nada más lejos de la realidad, pues no tienen nada que ver con las secciones de Sonic lobo en Sonic Unleashed o las peleas de espadas de Sonic y el Caballero Negro, porque en esta ocasión sí que aportan algo significativo al juego.

A diferencia de los animales que va rescatando Sonic, los Wisps de diversos colores otorgan a Sonic habilidades especiales. El Wisp amarillo convierte a Sonic en un taladro que puede excavar un camino en ciertas zonas para alcanzar secretos; el Wisp naranja lo convierte en un cohete que alcanzará nuevas alturas, y así con los otros colores.

Sonic Colours

En total hay ocho tipos de Wisps que abren nuevas posibilidades para el diseño de niveles. Puedes repetir un nivel anterior cuando hayas liberado nuevos Wisps para descubrir secretos inaccesibles a priori. Es una buena inclusión, principalmente porque no reduce el ritmo de juego.

Sega también ha incluido la opción de jugar con un amigo en el Simulador de Sonic de Eggman. En este caso, sin embargo, los niveles son tan simples, aburridos y exigentes con la precisión en el control, que pronto te hartarás de probar. Hay diez niveles de este tipo de primeras, aunque puedes conseguir más encontrando iconos estrella especiales durante el juego principal.

Sonic Colours

Sonic Colours es una sorpresa bienvenida, pues parece que Sega y el Sonic Team han dado con lo que hace falta para hacer un juego de Sonic moderno y de calidad. Incluso tengo la sensación de que han conseguido por vez primera sumar algo a la fórmula que no parezca inapropiado o metido con calzador.

Por desgracia no se puede obviar la cierta falta de precisión de los controles, que provoca mucha frustración cuando la velocidad deja paso al plataformeo puro. Otra fuente de frustración es la calidad irregular del diseño de niveles. Cada vez que juegas un par de pantallas estupendas te topas con una que parece una trampa mortal que tienes que repetir una y otra vez.

Sonic Colours

Sonic Colours es, sin ninguna duda, la aventura nueva de Sonic más potente en mucho tiempo, y ofrece gráficos preciosos, mucha velocidad e ideas geniales. Sega ha vuelto a prometernos una aventura con el puercoespín azul que estuviera a la altura de su patrimonio, y por fin lo han conseguido.

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07 Gamereactor España
7 / 10
+
Los Wisps son una inclusión acertada, cantidad de secretos, jugabilidad Sonic clásica.
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Los controles son algo imprecisos, diseño de niveles irregular.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

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