Análisis de Broken Age, Acto 1

Al fin está aquí. La largamente esperada Double Fine Adventure, rebautizada como Broken Age. Bueno, al menos, el primer acto de este juego de dos partes financiado colectivamente. Fue el proyecto que provocó la fama de Kickstarter en el sector, el ejemplo para muchos desarrolladores. Y tiene una pinta estupenda, con unos gráficos de estilo fino y hermoso, tan distintivos como apropiados para la temática.

Probablemente cabría esperar que a Double Fine Productions se les ocurriría algo tan raro como Stacking al soltarles las riendas y darle el dinero de los fans, pero Broken Age es algo más que una estrafalaria y cómica montaña rusa. Se centra mucho en la familia y en la tradición, traspasando el límite de algunos asuntos serios de una forma desenfadada.

Puedes jugar como el chico, Shay, cuya aventura comienza en una nave espacial dominada por un ordenador sobreprotector, o como la chica, Vella, a quien están a punto de sacrificar con el fin de salvar su aldea (¿alguien ha jugado al último Profesor Layton?). Los días de Shay se malgastan salvando a pequeños coleguitas hechos de punto, ante avalanchas de helado o ataques de abrazos, mientras desayuna cada jornada los mismos cereales aburridos. Shay quiere aventura, y la encuentra cuando un misterioso polizón vestido de lobo le empieza a encargar misiones de rescate de verdad.

Shay se pasa casi toda su parte de la aventura a bordo de la nave espacial que tiene como hogar y que es lo único que conoce. Y si bien este personaje (cuya voz interpreta Elijah Wood) se está volviendo loco de aburrimiento, de hecho hasta tal punto que no tiene ningún problema en aceptar varias tendencias suicidas, el jugador sí que se divierte. Comparada con la parte (más ecléctica) de Vella de la aventura, te sientes bien encerrado dentro de un mundo en cierto modo cohesivo.

Eso nos lleva a Vella. La bella joven elegida por su pueblo para ofrecerse en sacrificio al espantoso Mog Chothra en el Festín de Solteras, con la intención de satisfacer el hambre de la bestia y que por tanto termine perdonando la vida a la aldea. Como imaginaréis, Vella no cree todavía que haya llegado su hora, y conforme intenta escapar a su destino fatal (con un poco de ayuda de un pájaro), viajará hasta las lunes y hablará con un gurú (cuya voz interpreta, cómo no, Jack Black) y con un árbol escupe-savia. Ya sabéis, el tipo de cosas que cabe esperar del estudio.

Lo que realmente eleva a Broken Age de su condición de buena historia con unas mecánicas sencillas de point-and-click de fórmula probada, es la presentación. En pocas palabras, es un festín para la vista mayor que el que se pretende dar la bestia con las solteras, y un estilo artístico absolutamente único en el sector. Parece como si un cuento para niños cobrara vida. Un cuento para niños algo maduritos. Las voces también ayudan a la inmersión del jugador, y os encontraréis probando todas las opciones erróneas en los diálogos antes de darle a la correcta, sólo para que no se os escape ningún chiste.

Kickstarter ha sufrido algo de reacción negativa últimamente. Juegos que no han estado a la altura o que no han cumplido con lo prometido. Juegos que han terminado cancelados. Campañas que tuvieron que volver a pedir dinero. En este sentido, Double Fine son dichosos por su paciente comunidad de fans, que se han tomado con filosofía los retrasos, y el estudio se las ha arreglado para inyectar más presupuesto al proyecto sin tener que pasar por el aro de una publicadora. El resultado final es un juego que hace que los donantes estén tan contentos como orgullosos. No sólo es precioso y cachondo, sino además un viaje increíblemente atmosférico que os llegará al corazón. También es una buena relación calidad precio al final, con los primeros donantes recibiendo un descuento sobre el precio de Steam para los dos actos (23 euros). No es un juego terriblemente desafiante, por lo que los veteranos de la vieja escuela de los point-and-click podrían encontrarlo un poco facilón. Pocos puzles son más complicados que escoger la frase correcta en una conversación o colocar un objeto en su lugar.

Pasamos unas cinco horas de juego con este primer acto. Sin embargo, eso incluye algo de repetición, al tener que volver a jugar los comienzos de cada personaje para hacer capturas de pantalla (1, 2). Si el segundo acto es similar en duración, en total las dos partes conformarían una aventura de tamaño decente.

Un giro muy bueno justo al final, como seguro esperaréis, enlaza las historias de Shay y Vella, en un 'cliffhanger' que nos deja en lo que va a ser una larga espera hasta la conclusión. Por ahora sólo tenemos un vago "más tarde este año" como fecha del Acto 2 de Broken Age. Para no estropear vuestra experiencia, nos hemos cuidado de no destripar ninguno de los puzles ni sucesos trascendentales del relato en este análisis, pues este es un juego que tenéis que disfrutar cuanto antes.