Español
Gamereactor
análisis
Dark Souls II

Análisis de Dark Souls II

En un mundo en el que conceptos como vivo o muerto dejan de tener sentido, toparse con la muerte (y más concretamente la nuestra) será un hecho constante.

Suscríbete a nuestra newsletter

* Campo obligatorio
HQ

Pero, lo que en cualquier otra aventura supondría desesperación absoluta, parece que aquí se perdona y se asume como un reto personal.

Con la dificultad por bandera

Ser "lo más" siempre ha sido una estrategia de marketing ganadora cuando está bien enfocada. El coche más rápido del mundo, el hotel más lujoso del continente, la ciudad más artística de un país... resultan conceptos muy atractivos. Pero, ¿y el juego más difícil? ¿No parece algo que más que atraer prefiera ahuyentar? Ciertamente, pero precisamente en ese concepto se basa Dark Souls, que vuelve con una segunda parte que promete seguir poniendo a prueba nuestra destreza con el mando.

Pero no nos olvidamos tampoco de Demon's Souls, de la que esta entrega es la segunda sucesora espiritual. Lanzada en 2009 por From Studios (el mismo estudio responsable de toda la saga Souls) en cooperación con SCE Japan Studios, supuso una puesta arriesgada y, a su vez, una cierta revolución en un mundo de los videojuegos al presentar un juego en el que la dificultad no sólo era elevada, sino que castigaba el más mínimo error del jugador de forma severa. ¿Cómo? ¿Un juego que osa a ir contra los deseos del todopoderoso jugador y le castiga con rigor? Lo que para muchos era una locura, terminó convirtiéndose en un juego de culto.

Publicidad:

Con semejante currículo a su espalda, ¿debemos prepararnos para un desafío todavía mayor? Así parece, pero antes de embarcarnos a descubrir qué nos espera, llega el clásico momento de crear y personalizar nuestro personaje a fondo. Pasaremos por las tradicionales pero completas opciones de personalización física del personaje: sexo, rasgos faciales, complexión y otros tantos detalles. Una vez terminamos con ella, pasamos a lo realmente interesante y que conseguirá robarnos un buen rato para meditarlo con calma: la selección de clase.

HQ
Dark Souls IIDark Souls II

Muriendo, pero con clase

Publicidad:

Dark Souls II nos da la opción de otorgar a nuestro recién creado personaje una de las ocho clases diferentes. Y, pese a ser dos menos que en el primer Dark Souls, el abanico de posibilidades que se abre frente a nosotros no es precisamente pequeño:

- Guerrero: Acostumbrado a las armas, fuerte y diestro.
- Caballero: Destaca por su resistencia y puntos de vida.
- Espadachín: Capaz de luchar con espadas a dos manos.
- Bandido: Gran destreza, el arco es su arma estrella.
- Clérigo: La fe y los milagros son su característica principal.
- Hechicero: Capaz de lanzar destructores conjuros.
- Explorador: No es especialmente fuerte, pero destaca por su adaptabilidad.
- Mendigo: No tiene ninguna cualidad en especial, pero te permite empezar tu propio personaje desde nivel 1 y, por tanto, desarrollarlo en los apartados claves que más se ajusten a tus necesidades.

Como vemos, tenemos una gran flexibilidad a la hora de crear nuestro personaje. No olvidemos que, como buen RPG, es muy importante continuar desarrollando las cualidades del mismo para poder hacer frente a los retos que tenemos frente a nosotros. ¿Y cómo se hace esto?, te preguntarás. Pues recogiendo almas, tan fácil como eso. Pero aquí lo complicado no es recogerlas, sino mantenerlas. Y pronto descubrirás por qué...

Dark Souls II

Un mundo maldito

Como en Dark Souls, y a diferencia de la linealidad de Demon's Souls, nuestra aventura en Dark Souls II tiene lugar en un mundo abierto. En el reino de Drangleic, para ser más exactos, donde una serie de eventos han condenado esta tierra a la decadencia, poblándola además de no muertos y peligrosos enemigos. Nosotros tampoco nos libramos ya que, además de perder nuestra familia, nos hemos convertido en portadores de la maldición.

En este despiadado mundo es en el que comienza nuestra aventura. Nos encontramos con que poco a poco nos convertimos en huecos, y nuestra principal necesidad es conseguir almas mientras intentamos mantener lo que nos queda de humanidad, recordando quiénes éramos antes de convertirnos en un mero muerto viviente incapaz de romper la maldición que pesa sobre nosotros. Otros lo han intentado antes, pero han decidido que el reto frente se hallaba frente a ellos era demasiado y han optado por retirarse a asentamientos más o menos pacíficos dentro de este mundo de locura, como el poblado de Majula.

Nosotros, en cambio, no tenemos esta opción. Debemos luchar por romper la maldición que pesa sobre nosotros, aunque no nos lo van a poner nada fácil.

Dark Souls II

Las almas... y la muerte

La esencia de todo, la moneda de cambio por así decirlo, son las almas. Necesitamos recogerlas si queremos avanzar, es algo imprescindible. Gracias a las almas podemos desarrollar nuestro personaje entregándoselas al Heraldo de la Esmeralda, que nos permitirá subir de nivel cada una de nuestras habilidades. También con ellas compramos armaduras, armas, itemes... y más de lo que vemos a primera vista. Una pieza clave, vaya.

Y, como comentábamos antes, lo más complicado de todo no es recogerlas, sino mantenerlas. No queremos decir que sea fácil conseguir almas; esto sucede cuando eliminamos a un enemigo, por lo que facilidad depende claramente del tipo de enemigo que tengamos delante. Pero, como venimos insistiendo desde el inicio de este análisis, la dificultad es la carta estrella de Dark Souls II, así que no tengas duda de que la vas a sufrir constantemente. Prueba de ello es que morir será una constante.. Y, con la muerte, perderemos todas las almas recogidas al momento.

Por suerte, nuestra muerte dejará un "charco de sangre", una marca en la zona donde perdimos la vida heroica o absurdamente que conserva las almas perdidas a la espera de que lleguemos a por ellas en una especie de segunda oportunidad. Pero no cuentes con una tercera, ya que si volvemos a morir sin haberlas recogidos, esas almas desaparecen y se pierden para siempre. Y, como verás, hablamos de morir y a la vez recoger las almas. ¿Cómo es posible? Te lo contamos.

Una segunda oportunidad

Por suerte, las hogueras presentes en el juego nos dan un pequeño respiro. Sí, morimos, pero ¿no hemos dicho que somos no-muertos, huecos? Cada vez que morimos, reaparecemos en una de las hogueras que hayamos encendido previamente. Estas hogueras no las creamos nosotros, sino que están localizadas en zonas muy específicas del enorme mapeado de Dark Souls II, y además nos permiten viajar entre ellas para ahorrarnos más de un largo paseo entre zonas con sus correspondientes enemigos.

Las hogueras no sólo son útiles para reaparecer o viajar entre puntos, sino que en ellas también podemos, por ejemplo, aprender nuevos hechizos y restaurar los usos disponibles o guardar los objetos de más que llevemos encima para acceder a ellos más adelante. En definitiva, las hogueras son unas de las pocas zonas que podemos considerar como seguras dentro de Drangleic.

Pero no es tan sencillo. Con cada muerte, nuestra barra de vida sufre también un recorte permanente como consecuencia de la misma. Es decir, cada vez tenemos menor capacidad de vida, lo que nos acerca más a convertirnos totalmente en hueco, en un no muerto. Si en algún momento nos quedamos totalmente sin barra de vida, estaremos frente al auténtico fin. Usar el objeto "Efigie Humana" nos ayuda a recordar quiénes somos, a recobrar nuestro estado humano y restaurar la barra de vida a la normalidad.

Dark Souls II

Un juego muy cruel

Como decíamos antes, morir es una constante. Durante el transcurso de nuestra partida moriremos, moriremos y moriremos más veces de las que seremos capaces de reconocer en público o simplemente recordar. Pero ahí no acaba la dureza con la que nos trata este RPG. En el vasto mundo ante el que nos encontramos, nadie nos dice nada concreto sobre qué debemos hacer, como sí ocurre en otros juegos del género.

No hay indicadores que nos lleven por el camino correcto, ni barreras físicas que eviten que nos lancemos de cabeza a por un enemigo ante el que, por el momento, no tenemos la más mínima posibilidad de vencer. Dark Souls II es un videojuego cruel, duro y sin miramientos, pero a la vez es tremendamente realista dentro de su ficción: como en la vida misma, nosotros somos responsables de nuestros actos y podemos vernos metidos en situaciones peliagudas que con un poco de observación y lógica podríamos haber evitado. En nuestra primera partida, por ejemplo, pasamos de largo el tutorial básico (al no haber nada que lo señalizara) y terminamos frente a un enemigo claramente superior, estrenando nuestro contador de muertes.

Así pues, antes de jugar tenemos que cambiar la mentalidad tradicional de jugador y optar por un perfil más prudente, más analítico frente a lo que nos encontramos. Y volver también a los orígenes del género, hablando con todos los personajes no agresivos que encontremos para así conseguir el mayor número posible de pistas sobre dónde debemos ir o qué objetos pueden ser necesarios para avanzar o conseguir nuevas mejoras. O armas.

Dark Souls II

Enfrentamientos a vida o muerte

Tomando en cuenta todo lo comentado anteriormente, la perspectiva de los combates de Dark Souls es totalmente diferente a la vista en otros juegos. Un enfrentamiento contra un único enemigo adopta un tono especialmente épico, muy similar al visto en las batallas contra jefes finales o intermedios en otros RPG con peleas en tiempo real. Porque, aunque el enemigo no sea especialmente poderoso, una mala decisión, un mal paso o un arma incorrecta puede terminar con nuestra muerte inmediata ya que la inteligencia artificial de los enemigos aprovechará cualquier debilidad que mostremos.

Por suerte, el sistema de control está perfectamente depurado para que las peleas en tiempo real sean ágiles y, a la vez, estratégicas. Todos los controles están a mano, y nuestro personaje responde lo suficientemente bien a nuestras órdenes como para que no podamos culpar al juego de nuestra muerte, lo que a su vez aumenta la presión. Golpear, cubrirnos, atacar desde lejos, esquivar... la profundidad del sistema de combate es otro de los puntos fuertes del juego, que lo dota de un nivel de estrategia que supera nuestras expectativas. Se nota que ha sido concebido para crear la mejor experiencia de juego posible. Y lo consigue.

Dark Souls II

Un mundo con más de lo que se ve a primera vista

El reino de Drangleic es enorme. Poblados, bosques, castillos, alcantarillas, catacumbas... Los lugares más pintorescos, de tonos cálidos y con preciosas puestas de sol tienen cabida en este mundo, al igual que las más oscuras mazmorras y cementerios. Todo ello, además, accesible a nuestras ansias de exploración, ya que no se nos pone ninguna cortapisa para acceder a la mayoría de las zonas sin requisitos previos.

No sólo eso, sino que las cargas entre zonas son inexistentes, apareciendo sólo en momentos puntuales como al desplazarnos rápidamente entre las diferentes hogueras o al reaparecer tras una muerte. Todo un punto a su favor que ayuda a que nos sumerjamos de lleno en la propuesta de Dark Souls II, nos olvidemos de lo que nos rodea y dediquemos toda nuestra atención al juego. La necesitaremos.

Funciones online

Durante nuestro análisis no hemos podido acceder de forma estable a los servidores online de Dark Souls II, por lo que próximamente actualizaremos este análisis con nuestras conclusiones sobre la interacción online.

Conclusiones

Obviando pequeños detalles, no cabe duda que estamos ante un juego diferente. Dark Souls II no busca agradar al jugador, hacerle sentir un héroe por solucionar una situación crítica y recompensarle por ello. Es el jugador el que tiene que ganárselo por la fuerza, porque el juego no lo pone precisamente fácil. Y eso si logra encontrar el camino necesario para ello.

Desafiante, sorprendente, recompensante, desalentador en ocasiones... La suma de todas esas sensaciones es Dark Souls II. Un desafío que todo jugador debe afrontar para vivir una experiencia única.

Dark Souls II
Dark Souls IIDark Souls IIDark Souls II
09 Gamereactor España
9 / 10
+
Aventura enorme. Difícil, muy difícil... todo un reto para nuestras habilidades. Sistema de combate espectacular.
-
Las penalizaciones que impone el juego pueden espantar a más de uno. Gráficamente no sorprende, hay texturas mejorables.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países

Contenido relacionado

0
Dark Souls IIScore

Dark Souls II

ANÁLISIS. Autor: Ernesto J. Pérez-Durias

En un mundo en el que conceptos como vivo o muerto dejan de tener sentido, toparse con la muerte (y más concretamente la nuestra) será un hecho constante.



Cargando más contenido