Análisis de Senran Kagura Burst

Senran Kagura es un título que generó incertidumbre desde su salida en Japón, por una hipotética llegada a tierras occidentales que por fin se ha producido. También ha estado en boca de muchos por su controvertido ambiente y la explicitud en lo que a las protagonistas respecta. Pero, ¿qué ocurre con el juego que hay tras tanto debate? ¿Merece la pena el desembolso y es divertido, o no es más que una excusa para ver ninjas adolescentes ligeras de ropa? Os invito a descubrirlo en este análisis.

Acción, ninjas y ropa interior

Senran Kagura Burst es un título con un estilo que se conocía en la época arcade como "uno contra el mundo". En otras palabras, un juego de acción en que el jugador se enfrenta a hordas de enemigos con sus reflejos y sus combos como principal recurso.

Los controles son sencillos pero eficaces. Dos botones para atacar, uno débil pero rápido y uno poderoso que está enfocado a finalizar combos y mandar enemigos volando. Si tras un combo pulsas en el momento oportuno el botón A, el personaje perseguirá de manera inmediata al enemigo pudiendo enlazar combinaciones de una manera mucho más fluida y acabando con los enemigos en grupos de varios a la vez.

Los encadenamientos son muy sencillos y aunque van mejorando conforme subes de nivel, no tienen tanta variedad como cabría esperar de un título de acción, cuestión que convierte al juego en repetitivo si le echas sesiones largas. La premisa principal se basa no en aprender numerosas combinaciones de botones, sino en posicionarse correctamente para impactar al máximo posible de enemigos a la vez, lanzándolos por los aires para así mantener una racha de golpes y tajos que abran el camino hacia el jefe o el final de cada fase. La variedad de misiones tampoco es nada del otro mundo, basada sólo en derrotar a todos los enemigos (a veces con tiempo límite), con la posibilidad de encontrar una batalla contra jefe al final del recorrido.

La auténtica 'chicha' en cuanto a jugabilidad viene de la mano de los poderes shinobi de las protagonistas. Un par de combos bien encajados y se llena la "barra ninja", ubicada bajo la vida. Desde ahí, pulsar el botón L da paso a una escena de vídeo al más puro estilo Sailor Moon en que la ninja en cuestión se cambia su uniforme de colegiala (luego tratamos estilo y narrativa) por su traje ninja, desbloqueando combos especiales y movimientos shinobi que se realizan volviendo a llenar la barra de poder y pulsando el botón L y el de ataque débil. Los nuevos combos son exponencialmente más poderosos, capaces de mandar a volar a múltiples enemigos a la vez, y los movimientos especiales son finalizadores potnetes y enfocados a salir de un apuro o acabar con los jefes. Un último movimiento cierra el árbol de poderes de las ninjas, destinado a eliminar la presión si el jugador está rodeado de enemigos, a costa de un 10% de la vitalidad de la protagonista.

Pero los poderes ninja tienen un precio, y es que el uniforme de shinobi no es demasiado resistente. Una nueva barra bajo la de vida y la de poderes representa la durabilidad del traje de ninja. Se divide en tres estados de desgaste, a saber: ropa nueva, rasgada o totalmente destruida. Cada vez que la ropa sufre el acoso de los enemigos una pequeña escena se encarga de mostrarlo al jugador en un voluminoso 3D. Cuando la "barra de ropa se ha vaciado" el personaje recibe más daño por cada golpe y lucha directamente en bragas y sujetador. También existe la posibilidad de, al comenzar una misión, entrar en "frenesí", estado en el que la ninja se arranca el uniforme combatiendo todo el tiempo en bikini, obteniendo un poderoso "bufo" o potenciación de ataque, pero la defensa se queda mucho más baja. Si se completan todas las misiones en modo frenesí se saca un premio adicional.

En cuanto al contenido desbloqueable, es ciertamente sorprendente la cantidad que Senran Kagura Burst oculta. Se divide en distintas categorías, principalmente trajes y accesorios para las protagonistas y piezas musicales (de una calidad más que buena, con toques muy de música tradicional japonesa que recuerdan a algunos animes como Naruto) e imágenes inéditas y vídeos que se ganan al ir avanzando en la historia. Con respecto a los mencionados vídeos también cabe destacar su formato al más puro estilo anime y su calidad. Finalmente cierran el contenido desbloqueable una serie de títulos que hacen las veces de logros, y aunque no aportan una recompensa ofrecen la posibilidad de ampliar las horas de juego para acabarlos todos.

Con respecto a la historia, hablamos del que sin duda es el aspecto más flojo de Senran Kagura. La justificación por la que los ninja se han convertido en colegialas semiadolescentes ligeras de ropa no esconde el más mínimo interés ni misterio. Un instituto de ninjas buenas y otro de malas que se enfrentan por motivos tan banales que cuesta hacerles el más mínimo caso. Esto hace de la experiencia algo más frío, pero la acción de cada partida lo complementa con creces.

¿Pasa el examen ninja?

Senran Kagura Burst es a grandes rasgos un buen título de acción, aunque no está falto de ciertos aspectos negativos que ya se han mencionado de pasada en este análisis. La escasa variedad de movimientos, sumada al también corto elenco de enemigos hace posible caer en el hastío y la repetitividad cuando se juega durante más de una hora y media seguida. El hecho de que sólo estén en 3D las escenas de corte de antes de cada misión y las secuencias de vídeo en las que se rasga la ropa hace pensar que no se aprovecha todo el potencial de Nintendo 3DS.

También se podría mencionar como aspecto negativo la banalidad de la historia, que incluso a veces se presenta en forma de enormes textos antes de jugar una fase que sólo dura entre 3 y 6 minutos, pasando más tiempo leyendo que jugando. No ocurre muy a menudo, pero pasa y en ocasiones pone de los nervios.

Finalmente merece mención lógica el concepto general que rodea al título. Desde una mentalidad occidental cuesta tragar el hecho de ver adolescentes de volúmenes exagerados vestidas de colegiala y rasgándose la ropa. No busco condenar al título por esto, pero desde luego requiere un ejercicio de inmersión catalogar como algo "normal" una premisa que es bastante sexista (si bien muy común en muchos lanzamientos nipones).

Más allá de estos aspectos negativos, Senran Kagura Burst es un juego muy completo, con dos campañas disponibles (una para las ninjas "legales" y otra desde el punto de vista de las malas) y más de 100 misiones que se pueden jugar con 5 personajes cada una. El amplio número de protagonistas (algunas se presentan en el primer tráiler de este análisis), así como su sistema de subida de nivel, los logros y contenidos desbloqueables, añaden muchas horas al título y un valor de rejugabilidad que apunta hasta el infinito, sobre todo en partidas cortas pero muy intensas.