Análisis de Wipeout 2048

Leftfield martillea nuestros tímpanos mientras lanzamos misiles hacia el flanco de nuestros rivales a una velocidad que quita el hipo. The Designers Republic proyectan un futuro inundado con iconos de marcas comerciales, repartidas entre vallas y señales de neón que dejamos atrás en un segundo. Controlando todo está Psygnosis, el estudio de Liverpool que marca el nuevo estándar para los juegos de velocidad.

Es 2012. La marca WipEout aún significa 'alta calidad', incluso después de numerosas entregas. Sin embargo, aquel impacto contagioso se ha perdido. Ya no se trata de un vistazo pionero a una realidad anti-grav.

Ahora: la PS Vita. Ver cómo corre un juego que es idéntico en muchas cosas a Wipeout HD en una pantalla pequeña y con ese frame rate tan sólido es una experiencia que se asemeja a probar Wipeout por vez primera una vez más.

Pero Wipeout 2048 es mucho más que un juego de WipEout. Es el climax de la serie. Ya durante la introducción, queda claro que debemos vivir la historia que hay detrás de esas nerviosas naves anti-gravitatorias, con la intro repasando la evolución desde las maravillas del motor hasta los deportivos de competición.

Nos llevan de vuelta desde el futuro lejano de 2097 hasta la tentadora cercanía del año 2048. AG Systems trabaja en una locura de prototipos para sus vehículos, mientras que la competencia habitual Feisar planta cara en la pista. Pero aún faltan piezas: las mega-ciudades se encuentran en plena construcción. En este panorama, las enormes rutas de colores de neón vuelan entre edificios de corte más clásico. Parques mezclados con andamiajes de tecnología puntera, e incluso estadios abandonados convertidos en círculos de velocidades del demonio.

Donde Wipeout HD ofreció la experiencia racionalizada, la evolución de la racing league, 2048 muestra la brutalidad de las primeras fases de Wipeout. Parece como una entrega de la historia de las carreras.

Lo más basto se reúne con la sensibilidad: la primera vez que subes un rascacielos usando una rampa -que parece sacada de una montaña rusa infernal y no del suave trazado de un circuito-, sientes cómo se te encoge la tripa al realizar la mareante maniobra. La sensación de velocidad no tiene parangón.

Como antes, evalúas los giros, memorizas las localizaciones de las zonas de impulso, haces 'barrel-roll' en el aire para conseguir velocidad extra, esquivas los ataques de las armas rivales. La única excepción, las carreras en solitario al estilo Tron en las que los únicos espectadores se sitúan en los mercados al lado de la pista.

Studio Liverpool ha re-ajustado las mecánicas de juego. Las pistas más lineales han sido reemplazadas con un rango más variado de circuitos con multitud de atajos que te pondrán a arriesgar tu velocidad máxima para conseguir una posible y arriesgada escalada en la clasificación.

Los trazados no sólo son aún más intricados, sino que ganan en anchura y se hacen mucho más interesantes que antes. Algo realmente impresionante, sobre todo considerando el formato.

El control funciona perfectamente con los dos sticks analógicos, mientras que la pantalla táctil se puede utilizar para las armas y los ajustes energéticos (de forma opcional). Sinceramente, como el control con las dos palancas es tan bueno, te pones a jugar instantáneamente como en los viejos tiempos.

El sistema de recolección de armas está dividido en marcadores verdes (defensivas) y amarillos (ofensivas). Como siempre, las recoges cuando pasas por los marcadores en la calzada, y las armas se pueden convertir en energía y absorberlas en la carcasa si necesitas reparación.

Todo sucede en una explosión de color, nubes de humo y explosiones. Las carreras se clasifican por clases de agilidad, velocidad y lucha, con una cuarta categoría dedicada a los prototipos. Aquí encuentras nuevas técnicas y diferentes ideas para las mecánicas, todo encajando perfectamente. Esto es como volver a contar WipEout de una forma que encaja de forma increíble con la consola portátil.

Cuando consigues XP para liberar nuevas carreras, aparece con el estilo habitual en el que las carreras se van enlazando entre sí y una nueva nave espera al final de cada rama, mientras que las distintas carreras de prototipos surgen en zonas ocultas en el menú.

A diferencia de la mayoría de los otros juegos de PS Vita que he podido probar, Wipeout no te deja tomar capturas durante las carreras, sólo en la siguiente repetición. Aquí puedes hacer zoom y añadir efectos de 'blur' sobre el circuito o sobre las naves, además de definir la profundidad de campo y los ángulos.

Wipeout es un estudio sobre velocidad y conflicto feroz, que puede celebrarse vía Wi-Fi o incluso contra jugadores de PS3. Da igual cómo quieras volver a la liga anti-grav, este es el mejor Wipeout desde hace mucho tiempo, y la mejor introducción a la serie que podría encontrar alguien que se apunte a estas alturas.