Análisis de Third Eye Crime: Act 1

Teniendo en cuenta que Third Eye Crime asomó la cabeza más o menos cuando Hitman GO, a nadie sorprende que no haya hecho tanto ruido como el diferente estreno del Agente 47 en el mundo de los dispositivos móviles. Y es una pena, porque Moonshot Games ha conseguido un buen jueguecillo de sigilo, uno que sin duda merece tu atención si buscas (más) incursiones sigilosas en cualquier lugar.

Tenemos que confesar que ya captaron toda nuestra atención en cuanto escuchamos la palabra 'noir' al lado del juego, y lo cierto es que el homenaje del estudio a todo un género y un período está bien medido. En realidad es más que simplemente un videojuego con temática 'noir', pues también añade un elemento paranormal a la propuesta; un giro que justifica el lenguaje visual del conjunto con un ingenioso aparato narrativo.

La premisa es bastante sencilla y directa. La historia de cine negro te pone en busca de ciertos 'ítemes', y te invita a atravesar sigilosamente los escenarios, desde la entrada hasta la salida, recogiendo objetos coleccionables por el camino y evitando el campo de visión y las balas de los guardias que patrullan cada zona.

Como puedes ver en las imágenes adjuntas, esa visión de los enemigos está representada mediante conos proyectados sobre los niveles. Los guardias te pueden pillar desde cualquier posición, y una vez activados desde su posición de patrulla o estacionaria, te perseguirán sin descanso. Por suerte, también son es fácil esquivarlos o ser más astutos que ellos, de modo que moverte por los niveles evitando patrullas activas no es misión imposible. Y para que sea todavía un poco más fácil, tu intuición de vidente/mentalista te permite ver puntos clave tintados de rojo en los que los guardias creen que te esconderás, una gran ventaja que te permite ir un paso por delante del juego. A veces incluso llegarás a revelar estratégicamente tu posición, todo para sacar a los guardias de su ruta, mandarlos hacia donde estabas y colarte hasta la meta.

Por si los conos claramente contrastados y estos puntos rojos no bastan para ayudarte a superar alguno de los muchos niveles, luego quedan otros trucos para hacerlo. En primer lugar están los modificadores que se pueden coger en la salida de cada nivel, como pequeños acelerones de velocidad o alarmas temporizadas diseñadas para distraer la atención de tu perseguidor. También puedes, si quieres, aprovechar otras ayudas, como congelar a todo el mundo en un nivel durante un rato, para pasar sin problemas. Estas habilidades extra a modo de bonus te pueden echar una mano en esos niveles que se atascan, pero no son para nada esenciales y todos los niveles se pueden completar sin usarlas, por lo que resultan un guiño para los jugadores casuales (además puedes saltarte un nivel si te atascas demasiado y lo dejas por imposible).

El juego también ofrece cierto grado de rejugabilidad con ciertos desafíos concretos, como por ejemplo marcas de tiempo por batir o pasar un escenario sin que te vean. En cada nivel aparecen desperdigados una serie de coleccionables, normalmente gemas, y recuperarlos puede cambiar drásticamente la composición y reto de un nivel. Intentar la partida perfecta, además con todas las joyas, multiplica la dificultad.

A nivel visual se trata de una obra bastante sencillita, con un estilo artístico simplón pero agradable. Entre misión y misión se va contando una historia como si fuera un cómic. Es una forma efectiva, acompañada acertadamente por unas notas de piano. Los seguidores de Raymond Chandler y compañía se sentirán casi como en casa.

El primer acto del juego se puede comprar ahora mismo muy barato (0,89€), y los dos siguientes desde dentro de la aplicación también por menos de lo que cuesta una caña. Aunque haya que pagar más para acceder al juego completo, está claro que la calidad y el contenido son muy decentes por ese precio, así que te lo recomendamos encarecidamente si quieres una experiencia de infiltración en tu iPad. Además, existe bastante diferencia entre este juego y Hitman GO como para que los fans del género estén contentos con ambos, y Third Eye Crime tiene la suficiente personalidad propia como para destacar por sus méritos.