De paseo por las instalaciones de Blizzard

Sin duda, están entre las cinco compañías más trascendentales de la industria. Además, se encuentran en un momento clave, captando toda la atención de sus legiones de fans ante el lanzamiento de la última expansión de World of Warcraft y, sobre todo, ante la inminente salida de Diablo III, uno de los juegos más esperados de la generación.

El mes pasado, los enviados de Gamereactor pudimos visitar el cuartel general de Blizzard en Irvine, California. Allí anotamos nuestras primeras impresiones con Mists of Pandaria. Naturalmente, también nos acompañaron en un tour por las instalaciones, aunque no nos dejaron fotografiar todas las áreas.

Sin embargo, sí que tomamos una buena galería de fotos de los lugares permitidos, y con ellas puedes venirte con nosotros ahora mismo y dar un paseo por el complejo de Blizzard.

Lo primero que te encuentras cuando entras en el campus de Blizzard es una monstruosa estatua que representa a un orco montando a un lobo gigante. La estatua fue diseñada en los Estados Unidos y fabricada posteriormente en China, enviada en dos partes debido a su tamaño y colocada en su lugar definitivo por medio de una grúa. La grúa era tan grande que tuvieron que derribar las puertas de Blizzard para que accediera al campus. Una decisión muy al estilo de la compañía: lo que haga falta para salvar a... los orcos gigantes.

La zona del vestíbulo también estaba engalanada. Bajo un logo resplandeciente aguardan estatuas de un enano de World of Warcraft y de Nova, del universo Starcraft. Junto a ellos, un par de peluches de un metro basados en grifos y jinetes del viento, también de World of Warcraft.

Los edificios están cubiertos con este tipo de pantallas, que muestran en todo momento cuántos jugadores están participando en World of Warcraft en tiempo real. ¿Quién es ese jugador de Madagascar? Bob, nuestro guía personal, confiesa que espera ver algún día un pequeño puntito brillante en la Antártica.

Cada año, Blizzard encarga una estatua que debe dar la bienvenida a los visitantes de su convención, la BlizzCon. El año pasado fue Tyrael, de la serie Diablo, el encargado de esperar en la entrada, mientras que Illidan, Jim Raynor o Kerrigan han recibido a los fans en el pasado. Todas las estatuas las diseña el mismo escultor. "No estoy muy seguro de qué es lo que sujeta a Tyrael", comenta nuestro guía Bob cuando pasamos por la estatua suspendida en el aire.

Junto al vestíbulo se encuentra el museo de Blizzard, repleto de ilustraciones conceptuales, prototipos de figuras y cantidad de material que volvería loco a cualquier aficionado. Por ejemplo, les dan una taza a los empleados de Blizzard que llevan en la compañía dos años. Cuando pasan cinco, reciben una espada, y cuando cumplen la década consiguen el escudo. Los empleados que llevan en Blizzard más de 15 años "desbloquean" el anillo.