Batman: Arkham Knight - impresiones E3

El juego ya nos sorprendió durante la conferencia de Sony, con esa espectacular perspectiva de una gigantesca Gotham. Cuando nos acercamos a verlo el último día del E3 para echar un vistazo a lo que había a puerta cerrada, estábamos algo desconcertados.

Sabíamos que Rocksteady estaría creando la tercera parte de su saga Arkham de una forma un poco diferente a lo que habían hecho antes, pero lo que ha hecho este estudio londinense ha excedido cualquier previsión que hubiera al respecto. Un Batmóvil que se convierte en una tanqueta con sólo presionar un botón y que puede ser controlado de forma remota para ayudar a resolver puzles o usado en un combate cuerpo a cuerpo para acabar de forma espectacular con los enemigos es un ejemplo de ello. Nos asombramos con el detalle con el que está reproducida Gotham y cómo ahora la ciudad es tres veces más alta de lo que habíamos visto en juegos anteriores. Absolutamente todos los elementos de la ciudad, los edificios, señales luminosas y el perfil de la ciudad, son ricos y vibrantes. Así es como debe verse un juego de nueva generación.

Incluso estando acostumbrados a la forma de hacer las cosas de Batman, nos quedamos asombrados unos breves instantes. Miramos por el rabillo del ojo a los desarrolladores de Rocksteady, que asentían, sabiendo cuál era nuestra reacción. De todos los increíbles juegos que hemos visto en el E3, este Batman Arkham Knight está en la élite gráfica.

La demostración consistía en Batman rescatando a un trabajador de una fábrica de ACE y combatiendo contra el Caballero de Arkham, un enemigo especialmente creado para la ocasión, que usa una armadura como la de Batman, pero mucho más beligerante. Después de una breve conversación, asistimos a un enfrentamiento con sus secuaces en el que vemos que el sistema de combate sigue intacto, aunque se ha ampliado con nuevas experiencias, como las intervenciones del Batmóvil al final de los combos. Batman libera al trabajador y lo introduce dentro de su coche, en un asiento especial para civiles, y lo comienza a llevar al otro lado de la ciudad. Esto nos dio la pista de que estas misiones de escolta serán habituales en la mecánica del juego.

Los coches y vehículos acorazados patrullan en las calles y los secuaces del Caballero de Arkham parecen poner al límite las capacidades ofensivas del Batmóvil, que todavía no estamos muy seguros de cómo encajan dentro de la práctica de fuerza no letal que caracteriza a Batman.

Los disparos de los adversarios tienen un breve momento de retraso y podemos ver dónde impactarán gracias a un rayo rojo, lo que permite que nos adelantemos y movamos para evitar el disparo, lo que podremos hacer ya que el Batmóvil tiene incorporados sistemas de esquiva rápida. En una zona un poco más abierta tenemos que movernos a través de una red de rayos ojos: incluso en medio de un combate, Rocksteady no puede evitar poner algún tipo de puzle.
El Batmóvil tiene tantos trucos como su dueño. Usando el gancho puedes tirar abajo muros enteros y, en esta demo, lo podemos usar para tirar de objetos y hacer funcionar un ascensor mientras El Caballero Oscuro está en su interior. Es de esperar que este tipo de acciones vaya ganando en complejidad y escala a medida que se avance en el juego.

Y si los momentos de acción al volante no son tan impresionantes como en el resto del juego es únicamente porque se trata de la primera vez que lo vemos, tiene muchas inspiraciones de otros géneros y Rocksteady todavía no ha tenido tiempo de darle su toque. Estamos seguros que, con el tiempo, veremos un mapa lleno de elementos secundarios y situaciones interesantes.

Lo único que eché de menos es la satisfacción de Arkham Asylum cuando limpiabas una zona de villanos. En Arkham City los adversarios vuelven a aparecer, y esto tenía sentido en su contexto, pero nos hacia sentir que éramos incapaces de tener impacto en el juego. Nos imaginamos que en Arkham Knight ocurrirá más o menos lo mismo, pero nos aseguraremos de fijarnos la próxima vez que lo veamos, a ver si lo han cambiado.

Dejando este punto a un lado, no tenemos dudas sobre si Arkham Knight llegará a decepcionar o no. Rocksteady se ha ganado nuestra confianza con dos juegos brillantes. Si acaso, el hecho de que Arkham Origins fuera desarrollado por otro equipo de desarrollo ha servido para que los creadores de Arkham Knight tengan tres años para marcar un nuevo rumbo en la franquicia. Mucho tiempo para afinar (y olvidar distracciones como el multijugador, que no va a volver) y llenar a una Gotham lo suficiente para mantenernos pegados a este Batman hasta bien entrado el 2015.