Bayonetta 2 - impresión final

¡Ay Bayonetta, Cereza, querida, qué bueno que viniste! Aún no podemos hablar mucho de nuestro reencuentro, pero sigues igual de espectacular que siempre, y más con ese nuevo corte de pelo que te sienta tan bien.

Me permito este inicio ñoño y tontorrón, porque Platinum y Bayonetta son así. O los odias o los amas; si los amas, lo haces con pasión y, como podéis ver, yo soy de éstos últimos. Volver a Bayonetta en Bayonetta 2 ha sido como, yo qué sé, quedar por segunda vez con esa chica que revolucionó tu mundo. Ya sabes lo que hay, te gusta lo que hay y, maldita sea, quieres más cantidad de lo que hay. Y hasta que llega la cita, estás pensando en el momento del reencuentro, de cómo será, de qué harás... y si seguirá enamorándote tanto tiempo después. Y lo hace.. ¡Vaya si lo hace!

De una breve intro, muy inspirada en la primera parte salida en Xbox 360 y PS3 en 2009, el juego nos planta de repente en la perversa versión de Platinum Games de Desayuno con Diamantes, gamberra y desenfadada, con una Bayonetta muy poco Audrey Hepburn (pero igualmente deseable) de compras navideñas, un Enzo que no es George Peppard precisamente y unos aviones cayendo del cielo, que desde luego no es la lluvia de la escena final.

De cero a cien, el juego te escupe sin miramientos en la demo ya vista por casi todos que lleva rulando en todas las ferias desde su primer E3: Cereza defendiéndose entre aviones, la semimuerte de Jeane y la pelea contra Gomorrah subiendo volando edificio arriba cual King Kong. Buen provecho, bienvenido a Bayonetta 2 y esta es solo la cañita con las aceitunas que precede a los entrantes de la cena de nuestra segunda cita.

En ese momento a nosotros ya nos tiembla el pulso. Con un inicio así, uno se hace excita pensando cómo va ir la cita y dónde va a acabar, pero mejor no hacerse ilusiones. Lo que las manos sienten cuando caen sobre Bayonetta 2 es locura, frenesí, casi un instinto animal por esquivar ataques y combinar combos que bailan a un son en sincronía y que se traducen en la pantalla a través de nuestras pulsaciones en el mando. Cereza también entra por los ojos: los gráficos no son lo más puntero que vais a ver, pero la fluidez, los elementos y efectos de pantalla convierten cada instante de Bayonetta 2 en una orgía no sólo visual, sino sensorial (ojito con los sentidos del gusto... y del olfato).

Como toda gran mujer, su gran atractivo se encuentra sobre todo en esos detalles nuevos. Ese modo online de Clímax Múltiple en el que jugar cooperativo con otro jugador, pequeñas dosis de adrenalina con las que ganar unos halos extra, la moneda del juego. O ese nuevo modo Clímax Umbra, que permite repartir de forma devastadora en medio de un combate rellenando un indicador con combos y ataques varios.

Nuestra primera impresión de nuestra nueva cita con Bayonetta 2 antes de pasar a la tercera base: nos encanta, nos enamora, contamos las horas para volver a verla. Está claro que en gustos sobre mujeres no hay nada escrito y que el atractivo llega desde muchas fuentes. Pero Bayonetta 2 es pura dinamita, videojuego en estado puro y adrenalina a raudales. El resto de esta historia de amor, os la contamos en nuestro análisis, porque esta historia tiene pinta de las de durar. Ay Bayonetta, Cereza, querida, qué bueno que viniste...

Para estas impresiones hemos jugado las primeras horas de Bayonetta 2 y ya estamos preparando nuestro análisis. Si quieres hacerte una ligerísima idea de por qué hablamos de cosas tan raras y con este tono tan sensorial, descarga ya la demo del juego que salió ayer mismo.