This War Of Mine - impresiones

Pasa un poco de la una del mediodía, alguien llama a la puerta. De repente, el silencio cae sobre todos nosotros en el refugio. Nadie se atreve a mover un músculo. Todos miramos al suelo y vuelven a llamar a la puerta. Alguien quiere entrar y, quien quiera que sea, no para de llamar. Katia se levanta y mira por el ojo de la cerradura. Se trata de un hombre mayor que, de repente, empieza a hablar. Seguramente haya notado movimiento al otro lado de la puerta. No obstante, nadie contesta y vuelve a llamar. No podemos abrir la puerta o puede que entre el peligro. ¿Y si ese hombre mayor es la vanguardia de un grupo de ladrones que quiere robarnos? ¿O incluso matarnos? Lo único que tenemos que hacer es abrir la puerta y entonces lo sabremos.

This War Of Mine es un juego oscuro, duro y cruel, demasiado como para describirlo bien. La aventura se desarrolla en una guerra que llega directamente hasta nuestra puerta. Los francotiradores se esconden en los tejados y disparan a todo lo que se mueve, por lo que solo podemos salir de casa por las noches para buscar suministros, pero incluso arropados por la oscuridad, los peligros acechan. En sí, el punto central del título son las elecciones morales que tenemos que tomar para asegurar la supervivencia de nuestra comunidad.

En This War of Mine, controlamos a un grupo de supervivientes y cada uno de ellos tiene sus propias habilidades: Katia, por ejemplo, fue periodista; Pavel era un jugador de fútbol que iba para estrella, por lo que puede correr muy rápido si hiciese falta; y nuestro tercer personaje, Bruno, tenía su propio programa de cocina en la televisión. Bruno puede crear los platos más deliciosos con todo tipo de ingredientes.

Sin embargo, estos personajes ya no son los que eran y los tiempos en los que tenían esas profesiones ya pasaron: ahora todo es diferente. Por desgracia, estalló la guerra y les robó a nuestros personajes todo lo que tenían y por lo que merecía la pena vivir. Estos supervivientes viven en un edificio medio en ruinas y lo único que hacen es resistir, rodeados de basura y suciedad, compartiendo habitación con las ratas. Las ventanas y las puertas están tapiadas y por buenos motivos. Algunos pisos están completamente destruidos y no son accesibles para la perspectiva 2D que ofrece este juego, aunque, gracias a ella, sí tenemos una buena vista de lo que es nuestro 'hogar'. Si se le puede llamar a así, porque no es un sitio agradable en el que vivir. El panorama es desalentador y muy deprimente. Con todos estos elementos, This War of Mine nos muestra un trasfondo propio de una distopía.

Poco después, nos encontramos en un lugar diferente con uno solo de nuestros supervivientes y miramos, de nuevo, por el agujero de la cerradura, esta vez intentando ver lo que hay en la cocina. Casi hasta podemos escuchar el gruñido de hambre de las tripas de Bruno, pero debemos ser pacientes. Sabemos que hay algo de comer en la cocina: dentro está una mujer buscando algo, por lo que nos escondemos en un pasillo. Después de lo que parece una verdadera eternidad, la mujer se marcha y nosotros nos lanzamos como perros famélicos a la nevera a rapiñar lo que quede y nos marchamos rápidamente con la mochila repleta hasta los topes. Gracias a estos suministros, nuestra comunidad sobrevivirá un día más, pero, de vuelta a casa, nos atormenta la culpa. ¿De verdad hemos caído tan bajo? ¿Qué le ocurrirá a la gente a la que le hemos robado? Mordemos una manzana arrugada y de pronto nuestras preocupaciones desaparecen.

Mientras jugamos a This War Of Mine nos tuvimos que enfrentar a varias decisiones igual de difíciles. Nos fuerzan a evaluar las diferentes necesidades de nuestro grupo y equilibrarlas con las habilidades de nuestros personajes, usando sus fortalezas para conseguir lo que podamos en un mundo dominado por la pobreza. Nunca hay suficiente y lo que encuentras se acaba pronto. De hecho, al principio es posible satisfacer las necesidades básicas de los supervivientes, pero a medida que avanza el juego cada vez hay más: tu gente se acostumbra a pasar hambre y se dan cuenta de cuándo van a morir; escuchan la radio, tocan la guitarra, leen libros o se sientan, una vez a la semana, en frente del radiador. Todos echamos de menos los días anteriores a la guerra, pero sabemos que no volverán.

Este título te obliga a reforzar la gestión de recursos: es importante echarle un ojo a los niveles de alimentos, suministros médicos y materiales de construcción, porque siempre, siempre hay poco. Al principio, escarbamos alrededor de nuestra vivienda buscando comida, agua y otros artículos. No obstante, pronto te das cuenta de que no hay mucho más que buscar y que no será suficiente para mantenernos, por lo que hay que hacer asaltos nocturnos y saquear otros hogares. Algo que no es tan fácil, porque los asaltos hay que planearlos bien.

This War of Mine alcanza su punto de mayor intensidad cuando uno de los personajes se oculta y se infiltra en un edificio. Más que nada, porque tenemos que prestar atención a las cosas que pueden producir ruido y también debemos recordar que los otros supervivientes pueden vernos o escucharnos, si no tenemos cuidado. Si los residentes dan la voz de alerta, buscarán al intruso y defenderán su propiedad, usando la fuerza si es preciso. En esa clase de momentos, lo mejor es huir y correr como alma lleva el diablo, a menos que quieras que te maten, porque si un personaje no consigue volver de la misión, el resto del grupo pasará hambre y perderán a algunos miembros de la comunidad. Tenemos que aprender que la muerte, en este juego, es algo permanente.

No obstante, mientras uno de los personajes busca suministros y asalta las otras casas, los otros deben vigilar su propia casa y defenderse contra posibles enemigos. El tercero de nuestros personajes (o cuarto, si se une alguien a nuestro grupo) puede descansar, durmiendo durante la noche mientras los demás montan guardia. El control de los personajes se hace por separado, es decir, individualmente, y no tardan en convertirse en una máquina bien engrasada, cambiando entre acción y descanso. Gracias a los esfuerzos de todos, la casa está limpia y podemos empezar a equiparla con artículos hechos con los materiales que encontramos en nuestros viajecitos. Nosotros construimos dos camas, un fogón para cocinar y un radiador para el crudo invierno, mientras que la radio nos da información del mundo exterior. Todos estos objetos son susceptibles de mejora y podemos construir nuevos objetos durante el día.

Para aquellos que van más allá de las consecuencias de la guerra y de la lucha por la supervivencia, el juego tiene una mezcla muy sólida de elementos de estrategia. En cada partida, la gestión de tu inventario es algo clave para sobrevivir y esto se equilibra con un punto de vista profundamente táctico, ya que por el día construimos y por la noche asaltamos para conseguir cosas. Nosotros nos hemos terminado la demo y, curiosamente, no hay función de guardado. Quizás esto solo sea así en la versión que hemos probado y puede que en el juego completo sí se pueda guardar, o no. Si no la hay, esto provocará consecuencias en la forma en la que la gente juega y se convertirá en algo frustrante para aquellos que tienen poco tiempo libre.

Y de esta manera llegamos al final de la demo. El hombre del principio del texto sigue llamando a la puerta y acabamos dejándole entrar. Durante dos horas nos hemos quedado mirando a la puerta, esperando y sin saber qué hacer: dos horas de golpeteos incesantes. ¿Acaso nos trajo a un montón de asaltantes y mató a nuestros supervivientes? ¿Acaso quería comerciar e intercambiar algunos materiales? No, solo quería tener un lugar caliente en el que descansar, un techo sobre su cabeza y un poco de buena compañía. Cuando por fin sucumbimos a la presión y abrimos la puerta, no estábamos pensando en Katia, Bruno o Pavel, sino en nosotros mismos. Básicamente nos preguntábamos: si estuviésemos en su lugar, ¿abriríamos la puerta o no? ¿Arriesgaríamos nuestra seguridad? Ahora ya no estamos tan seguros.