N++ - impresiones

Aunque en su día nos perdimos el primer N, sí le dedicamos una buena cantidad de horas al N+ para la antigua Xbox 360. N+ fue uno de los primeros juegos que consiguió introducirnos en la mentalidad de Xbox Live Arcade. Además, también nos mantuvo ocupados con su mezcla de acción y plataformas en una época en la que nuestro disco duro estaba algo inestable y tuvimos que alimentarnos a base de descargas digitales en vez de optar por juegos en formato físico, que entonces eran más tradicionales.

N+ era un ejemplo casi perfecto de lo que debe ser un buen juego de plataformas. Sí, era muy básico, pero también resultaba tremendamente adictivo. Su estética bien definida, el equilibrio de los controles, su gran dificultad y el endiablado diseño de los niveles se complementaban a la perfección.

Teniendo en cuenta lo mucho que disfrutamos del juego anterior, no es de extrañar que estemos deseando echarle el guante a la versión definitiva de la nueva entrega de la serie, que lleva por nombre N++ (ingenioso, ¿verdad?). Si habéis jugado a alguno de sus predecesores, ya sabréis qué os podéis esperar exactamente de esta tercera parte. Básicamente, N++ es más de lo mismo, pero aporta algunas ideas novedosas y se saca un par de trucos nuevos de la manga. Hace poco pudimos probar la última versión del juego, y aunque solo pudimos recorrer unos pocos niveles, hay que decir que la experiencia nos dejó satisfechos, ya que el título ofrece justo lo que nos esperábamos de él.

En realidad, la única razón por la que nos fuimos tan pronto de la sesión de prueba fue que el botón X del mando DualShock4 se quedaba bloqueado. Los que estéis familiarizados con las anteriores entregas sabréis que para avanzar por los niveles (que, por cierto, son MUCHÍSIMOS) es necesario saltar y rebotar contra las paredes con una gran precisión, así que entenderéis perfectamente que un botón X atascado echa a perder por completo la experiencia.

A pesar de todo, antes de dejar del mando hicimos el esfuerzo de recorrer una selección de niveles, que enseguida nos recordaron por qué nos gustó tanto N+ y alimentaron aún más nuestras expectativas de cara al lanzamiento de la nueva entrega. Los mismos movimientos cuidadosamente equilibrados, la maravillosa física del juego, su elegante aspecto visual, los peligros ambientales y el fuego enemigo se mezclan con gran acierto para crear una serie de traicioneras pistas de obstáculos que piden a gritos que las superemos.

La mayor parte del tiempo saltamos y nos deslizamos a toda velocidad por los escenarios, pero aun así hubo momentos que nos permitieron gozar de un desafío que creíamos olvidado, pero que enseguida volvimos a recordar. Al igual que en los títulos anteriores, nuestro ninja explota cada vez que es alcanzado por el fuego enemigo (láseres, misiles, robots que se activan con el movimiento, etc.), lo que hace que vuestros miembros salgan volando por todo el nivel y activen a su vez más y más minas hasta que ocurre la explosión final. Desde luego, las muertes en este juego suelen ser bastante espectaculares y gratificantes.

N++ también incluye unas cuantas novedades interesantes. Nuestra favorita quizá sean los ninjas malvados, que aparecen un par de segundos después de que pasemos por determinadas zonas. Estos clones nos persiguen copiando al milímetro nuestros movimientos y pueden matarnos si los tocamos. Además, en algunos niveles también tendremos que sortear minas que se activan cuando las pisamos, lo que significa que el viaje de vuelta suele ser mucho más peligroso que el de ida. Como podéis imaginaros, todos estos peligros hacen que sea bastante difícil moverse por los escenarios.

Más allá de las novedades que hemos mencionado, la estructura básica del juego sigue siendo la misma. Una vez más, tendremos que recoger las pepitas de oro que nos conceden una ventaja de tiempo en los siguientes niveles. Nuestro objetivo es llegar a la salida, y la mayor parte de las veces tendremos que pasar por un punto de control para que se abra. Dicho así puede parecer fácil, pero si a esto le añadís las trampas y peligros que ya hemos mencionado, el asunto se complica bastante, así que no nos va a quedar más remedio que repetir e intentarlo una y otra vez, pero no os preocupéis porque la practica hace al maestro. Por otra parte, la física vuelve a ser el punto fuerte del juego, y una vez más nos encontraremos con movimientos ligeros y podremos corregir errores en pleno salto. Debido a esta flexibilidad, contamos con un gran número de formas de superar los desafíos que se nos plantean. Además, N++ nos ofrece una mayor capacidad de decisión dentro de unos niveles con un diseño que parece algo limitado, sobre todo si lo comparamos con otros títulos de plataformas con un grado de dificultad similar.

Dicho esto, hemos disfrutado mucho del reto que supone este juego, y nos morimos de ganas por analizarlo con más detalle cuando por fin vea la luz como título exclusivo para PS4. El apartado visual es igual de cuadriculado y espartano que el de sus predecesores, aunque parece un poco más colorido, y su tasa de 60 fotogramas por segundo fluye suave como la seda.

N++ contará con un enorme número de niveles (nos han dicho que miles) y varios modos de juego. De momento, sabemos que habrá un modo cooperativo, un modo carrera y combates a muerte multijugador, además, por supuesto, de un editor de niveles integrado que será una fuente casi infinita de contenidos generados por el propio jugador. Si mezclamos todos estos elementos, podríamos estar ante la mejor entrega de la serie, y esa es, desde luego, una propuesta muy tentadora.