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Boid - impresiones

Hemos probado la guerra a escala microscópica.

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Boid es un juego de estrategia en tiempo real con una característica muy particular. Bueno, en realidad hay un montón de cosas que lo distinguen de otros títulos del género, como sus gráficos coloridos y los combates constantes, que tienen lugar en mapas muy definidos. Los de Mokus están creando un juego que suple una carencia muy concreta. Si andabais buscando un RTS en el que prime la simplicidad y la inmediatez por encima de todo, seguid leyendo.

El tema acuático encaja perfectamente con el concepto. En el juego, controlamos a unos organismos microscópicos que se han estrellado en un planeta y luchan por el poder y la supervivencia en una serie de sistemas de cuevas submarinas. En Boid nos encontramos con los carriles típicos de los MOBA y con puntos de generación que producen un gran número de unidades automáticamente. Se trata de un juego en el que adoptar una buena posición y ejercer presión es vital para cumplir con nuestra misión: borrar del mapa al enemigo. Para hacerlo, podemos reunir a un enorme ejército o atacarle con un gran número de unidades cuando esté desprevenido. Todo dependerá de la estructura del nivel y del enfoque particular de cada jugador.

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El diseño de los escenarios favorece que la acción de los combates se desarrolle en zonas concretas, aunque hay tantas rutas que es difícil predecir por dónde va a atacar exactamente el enemigo. En cada mapa se encuentran repartidos varios objetivos estratégicos que debemos capturar. Estos objetivos pueden ser de varios tipos. Así, tenemos, por ejemplo, puntos de generación que nos proporcionan unidades o bases que, cuando las tomamos, convierten a estas unidades en tropas especializadas.

Precisamente, son los diferentes tipos de tropas lo que le otorga a Boid un enfoque similar al juego de piedra, papel, tijera. Algunas son más lentas pero más poderosas, mientras que los 'scout', por ejemplo, pueden trasladarse por el mapa a toda velocidad; ciertas unidades disparan proyectiles, otras inyectan veneno que mata a la víctima con el paso del tiempo y, por supuesto, también hay una clase que cura al resto de unidades. Esto significa que cada vez que nos enfrentemos a una ola de enemigos tendremos que tener en cuenta diferentes factores, por lo que puede llevarnos un tiempo aprender a interpretar los encuentros y actuar en consecuencia. Quizá si las unidades se diferenciasen un poco más sería más fácil hacernos una idea de a qué nos enfrentamos, aunque, en general, no cuesta demasiado hacerse con las mecánicas básicas del juego y entender los encuentros.

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Actualmente, Boid cuenta con una selección de niveles predeterminados, todos ellos bien abastecidos de bases que transforman a nuestras unidades. Los carriles en los que se desarrolla la acción le proporcionan a los combates una estructura de la que de otro modo sospechamos que habrían carecido. Las unidades que surgen en los puntos de generación son tropas estándar, es decir, no pertenecen a ninguna clase, por lo que tendremos que moverlas hasta alguna de las bases para transformarlas. Esto, junto con la necesidad de tomar las bases enemigas, provoca que haya un movimiento constante en el campo de batalla y que ocurran un montón de cosas a la vez. Debido a esto, tendremos que pasar bastante tiempo corriendo por el mapa para solucionar problemas. Boid es un juego muy inmediato pero, al mismo tiempo, también puede resultar bastante estresante, ya que la acción no para nunca.

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Un problema que hemos encontrado es que en ningún momento se nos explican los controles más avanzados, así que nos llevó un rato descubrir cómo dejar puntos de ruta, por ejemplo. Podemos agrupar unidades de un mismo tipo siempre que estén en la misma sección de la pantalla, pero, hasta donde nosotros sabemos, no se pueden juntar si pertenecen clases distintas. Por esta razón, gestionar nuestras tropas puede resultar un tanto complicado si estamos intentando llevar a cabo acciones muy especificas, aunque también podemos dejarnos de matices y lanzarnos contra el enemigo con todos los recursos que tengamos a mano.

El modo multijugador tiene un importante espacio reservado en el menú principal. Es evidente que Boid fue concebido para ser un juego online uno contra uno rápido y limpio. Actualmente, ya están disponibles las tablas de clasificación, aunque en el momento en el que se escribió este artículo el número de jugadores era aún bastante bajo. Debido a esta falta de jugadores, hay muchas probabilidades de acabar enfrentándose a un bot en algún momento, pero esto no supone un gran problema porque la IA es bastante solida, incluso se podría decir que agresiva. Las tácticas del enemigo son tan implacables que consiguen ponernos de los nervios durante toda la partida. También existe un editor de niveles que nos permite experimentar con la estructura de los escenarios y construir nuestros propios campos de batalla, en los que podemos enfrentarnos a 'bots' y a otros jugadores online.

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Aunque los aspectos más básicos ya están listos, Boid se encuentra todavía en la fase de pruebas en Acceso Anticipado, por lo que aún puede mejorar considerablemente. Los gráficos son geniales y el tema acuático encaja a la perfección con el concepto. De momento se nota bastante que se trata de un juego creado por un estudio que está dando el salto de los móviles a PC. Está claro que los desarrolladores de Mokus todavía tienen mucho que hacer si pretenden optimizar la experiencia de sus jugadores en esta plataforma, pero, si lo consiguen, no hay razón para que este título no evolucione hasta convertirse en un juego de estrategia muy competente.

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