Rock Band 4 - primeras impresiones

Estoy en el rincón más iluminado de un bar 'underground' bastante decente, dando golpecitos en el suelo con el pie al ritmo de la música que sale a todo volumen de los altavoces que hay en la esquina más oscura de la sala. Recorro con la mirada el sótano, lleno de gente que mueve la cabeza al son de las torpes hazañas del grupo de amateurs del escenario.

Hay una nota fallida aquí, un silencio al volver a empezar allá, y un canto en serio que se aproxima a la pista vocal que suena por debajo. Los del grupo son periodistas que han venido a cubrir el evento de hoy, y todos están intentando aprender de nuevo cómo hacer rock mientras miran fijamente la serie de notas que van pasando por la pantalla que hay junto al escenario.

Le dirijo una mueca a un amigo mientras los altavoces graznan un solo de guitarra desmañado, y a la vez me imagino la adulación si fuera yo el que estuviera ahí arriba, clavando cada nota conforme apareciera en el juego. Uno no puede escuchar la energía de Buddy Holly de Weezer, o el ritmo de Just a Girl de No Doubt al llegar al estribillo, sin imaginarse a uno mismo tocando también. Es música demasiado pegadiza como para ignorarla.

Esa imagen mental mía es mentira, por supuesto. Mi amigo y yo lo discutimos, acompañados de una bebida. Estamos intentando rehidratarnos porque el aire acondicionado del bar no da para combatir la masa de cuerpos apelotonados. Ambos admitimos que nuestra habilidad para la guitarra está oxidada, que ya hace demasiado tiempo de la última vez que pusimos a trabajar los dedos con esta serie de juegos de ritmo para hacer una actuación decente dependiendo sólo de nuestra memoria muscular, con una dificultad que esté por encima de la normal. Sabemos que nuestra actuación sería mediocre o mala; que la oscuridad de la sala, que oculta las caras que te observan, es bienvenida.

Hablamos un poco del auge del género (de ese recuerdo que no guardo con mucho cariño, de cuando me tiraron una lata de cerveza llena de meados a la cabeza cuando estaba tocando The Trooper, de Iron Maiden, en el escenario del Download justo después de que los mismos Maiden cerraran el festival en el escenario grande, al otro lado del campo), y también de su muerte. Guitar Hero se perdió en complejidades innecesarias con sus nuevos instrumentos. Rock Band se durmió en los laureles, sacando DLC sin parar. Ya no tenían gancho, ya no inspiraban entusiasmo alguno. Aparte de algunos ávidos jugadores, las bandas virtuales de todo el mundo se separaron.

Aun así, igual que el karaoke, lo único que los separa de volver a ser buenas ideas es una sugerencia, una tentación hecha en el momento oportuno.

Para el director de proyecto, Dan Sussman (considerado el hombre que empezó el fenómeno original al crear Guitar Hero), el momento del retorno de Rock Band llegó cuando Harmonix jugueteaba con otro concepto, uno de los muchos en los que el estudio trabajó tras Rock Band en un intento de que los engranajes de su creatividad se pusieran en movimiento otra vez.

Hasta en la tranquila habitación del piso de arriba donde se está haciendo la entrevista, lejos del sonido atronador de guitarras quejumbrosas y golpes de batería, el bajo resuena contra el suelo. No puedo evitar que se me acelere el pulso. Pero no hace mucho, a Harmonix, esos sonidos sólo los llevaban a chocar contra otro muro creativo.

"[Con Guitar Hero y Rock Band], hemos estado haciendo juegos de ritmo durante siete años", dice sobre las series. "Acabó siendo monótono. Tomarnos un tiempo para centrarnos en algunos proyectos muy creativos nos vino muy bien."

Estirar ese músculo creativo dio resultado, obviamente. En algún momento del año pasado, la pieza que faltara encajó ("estamos en nuestro mejor momento creativo", dice Dan). El nuevo concepto era "algo de rock and roll", pero no era Rock Band. Aunque de forma casi inevitable, mientras discutíamos cómo encauzar la idea, surgió Rock Band. Había mucho en el nuevo concepto que reflejaba lo que el equipo había querido conseguir con esa franquicia más antigua, ahora difunta. El entusiasmo de uno se filtró hasta el otro, pero teníamos una gran preocupación. Mejor dicho, dos.

"Nos preguntamos: '¿Estamos hartos de este juego o no?". Esto dio pie a un recorrido rápido por los tres Rock Band anteriores, y la empresa contesta: no, no lo están. La segunda preocupación, '¿le prestaría atención la gente?', sólo la contestaría el tiempo. De momento, la banda estaba volviendo a reunirse.

Este lugar agobiante y con olor a sudor parece apropiado para la resurrección de Rock Band, y también es un reflejo del modo Carrera, que te hace empezar en antros de mala muerte hasta conseguir llegar a salas de calidad y estadios. Sé el dueño de una banda, toca con tus amigos o consígueles distintos trabajos a músicos de estudio. Se hace más hincapié en la narrativa del tour, insiste Sussman. "Estamos intentando que les sea más fácil estructurar su noche de Rock Band semanal, que se introduzcan en sesiones de juego extensas."

Hoy, sin embargo, se trata de partidas cortas, breves; una canción por banda, con jugadores que rotan al acercarse el final de la canción.

Dejando aparte la batería, los instrumentos no tienen ni un momento de reposo sobre el escenario, ya que hay un flujo constante de jugadores que se pasan guitarras y micrófonos para darle su repaso a una sola canción. Por desgracia, por un problema con la mensajera, las nuevas versiones de los periféricos, todas inalámbricas, no llegan al sitio a tiempo de probarlas. Nos dicen que los instrumentos antiguos también funcionarán con el juego nuevo, sólo tienen que enchufarlos para PS4, o hacerse con un 'dongle', un dispositivo de protección que se vende por separado para Xbox One. El contenido descargable anterior se podrá transferir a las consolas nuevas en el mismo formato. Vuelvo a maravillarme brevemente por mi espléndido sentido de la oportunidad, porque me deshice de todas mis ediciones previas y de mis guitarras apenas semanas antes de que se anunciara Rock Band 4.

Esta última versión se vende como una plataforma para "esta generación de consolas", una insinuación implícita de que, tras comprar el juego base, sólo tendremos que preocuparnos de los paquetes de DLC y de los instrumentos extra. Le pregunto a Sussman por qué no se han limitado a llamarlo "Rock Band" sin el número al final, si el juego va a funcionar así.

"Quería que la gente comprendiera que este juego supone un paso adelante desde Rock Band 3. Y no un paso pequeño, sino un paso de gigante. Es una auténtica 'secuela' de Rock Band 3, en muchos sentidos; con respecto a lo que estamos haciendo y también a lo que no. Es un juego distinto. Quería que no hubiera ninguna confusión al respecto. Y Rock Band 4 implica un paso real hacia adelante." Se calla un momento, y se ríe. "Aunque que haya un Rock Band 4 implicaría que habrá Rock Band 5 y 6. Pero queremos alejarnos de eso, asegurarnos de que la gente entiende que nuestra ambición es que Rock Band 4 sea el juego de esta generación. Y con el tiempo, evolucionará. Lo que veáis en 2018 será diferente a lo que veréis este año."

Una simple mirada a la pantalla enfocada hacia la multitud durante el concierto prueba que este juego sigue pareciéndose mucho al Rock Band de antes. Una banda animada y un público diseñados con el estilo particular de la serie, aunque más pulido. Las pistas para los instrumentos individuales ocupan el tercio inferior de la pantalla, y las voces van de izquierda a derecha en la parte superior. Nos dicen que ahora las voces serán mucho más flexibles; mientras te mantengas afinado, eres libre de cambiar la letra.

Aunque aún no estamos muy seguros de la 'charla de calentamiento' pre-concierto, que obliga al vocalista a animar al público antes de que se empiece a tocar una sola nota, el sistema de votación ha mejorado mucho. Evita todo lo posible que los jugadores se retiren de la partida y vuelvan al sistema de menú. La selección de la siguiente canción, así como algunos otros parámetros seleccionables, aparecen en la pantalla, y los miembros del grupo votan con presionar un botón. Lo que elija la mayoría es lo que se hace.

En su presentación, Sussman comenta que este sistema de votación te permitiría seleccionar, por ejemplo, batería en modo experto en la siguiente canción. Eso me lleva a preguntar si esa elección se puede usar como venganza por tocar mal. Es decir, ¿si el baterista fastidia a tu grupo en una actuación, tú puedes joder al batera en la siguiente?

"Lo cierto es que ahí es donde entra en juego la mecánica de los votos," contesta Dan. "Porque si la banda quiere hacer eso, pueden votar por una canción con una batería muy difícil. Entonces el percusionista tendrá que bajar un nivel de dificultad o simplemente pasar la canción como pueda. Pero ese tipo de dinámica es lo que resulta divertido de verdad. Que haya equipos dentro de los equipos, o algo así."

Aún no se ha hablado de la estructura multijugador más amplia, con sus marcadores y su naturaleza competitiva. Eso, la jugabilidad y los modos que evidentemente se detallarán en algún momento entre ahora y el lanzamiento del juego a finales de este año, son lo que decidirá si Rock Band 4 es una simple reunión para sacar dinero o si se trata del verdadero renacer del género. Tal y como está en estos momentos, parece que pisamos terreno muy conocido.

Por ahora, escuchar a grupos de periodistas tocando Tribute de Tenacious D y I Believe In A Thing Called Love de The Darkness es suficiente para que me ponga a hacer 'air guitar' y a plantearme una reaparición, 'sólo por una noche'. Mi colega va a poner una cámara para grabar su retorno a los escenarios. Yo tengo la garganta seca de cantar a coro durante toda la tarde, así que voy a por otra bebida, y a prepararme para el mío.