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Victory Command

Victory Command - impresiones

¿MOBA o RTS? Hemos probado el nuevo juego de Petroglyph para averiguarlo.

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MOBA: donde hay héroes que combaten a villanos y magos que se enfrentan a demonios. Solo eso ya es suficiente para echaros a algunos para atrás. Si no sois aficionados a hechiceros y superpoderes, no hay muchas más razones para dedicarse a jugar este género. De entrada, es súper complicado y el camino hasta que llegas a ser experto es largo y está lleno de fracasos. Se basa en equipos (normalmente de cinco) que recorren los caminos eliminando torres y esbirros, y todos los jugadores tienen que estar atentos y bien informados para evitar ser una carga que arrastre al resto del equipo al abismo de la derrota.

Victory Command es, a todos los efectos, un MOBA. Hay cinco jugadores en cada equipo, un mapa simétrico (al menos en el que jugamos nosotros lo era, quizá haya otros decorados de otras formas) donde los jugadores pelean por la victoria. Sin embargo, hay muchas cosas que lo diferencian de los títulos más conocidos del género.

El juego lo ha creado Petroglyph Games, un estudio de desarrollo nacido de las cenizas de Westwood Studios y que lanzó el notable Grey Goo a principios de este año, un RTS de ciencia ficción muy sólido. Es esta herencia de estrategia en tiempo real del estudio lo que nos muestra los cambios que separan Victory Command del resto y le dan un toque único.

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Para empezar, y quizá es lo más significativo, no hay reapariciones. Cuando tus unidades quedan fuera de juego, se quedan fuera del juego. Esto es importante, porque promueve un juego en el que hay que pensar más, pero también acelera las cosas. Las partidas suelen durar entre diez y quince minutos, mucho más cortas que una partida normal de Dota 2, por ejemplo.

En lugar de controlar un personaje, los jugadores toman las riendas de un pequeño escuadrón de unidades militares. Ya se ofrece un amplio abanico donde elegir, y cada uno de ellos se puede mejorar con el tiempo, mediante lo que parece un árbol de habilidades bastante extenso. Cada unidad tiene puntos fuertes y débiles, y Petroglyph deja bastante claro a qué unidades deberías atacar y a cuáles debes evitar como la peste.

Victory Command

Algunas unidades se componen de tres recios tanques, mientras que otras pueden consistir en doce soldades que llevan cohetes anti-tanque. Bajo la superficie se intuye un elaborado juego de piedra, papel o tijeras; y hay mucho que asimilar mientras le coges el tranquillo al juego (en ese sentido, es muy MOBA).

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Como descubrimos en nuestra primera partida, tampoco es particularmente intuitivo, desde una perspectiva realista. A medida que vayas aprendiendo te darás cuenta de que algunos grupos de soldados son mucho más fuertes que ciertas unidades de tanques, pero al principio (igual que nosotros) pensarás que tus tanques acabarán enseguida con un grupo de soldados pillados al descubierto. Simplemente, no es el caso.

Ver cómo un pequeño grupo de soldados machaca tus vehículos acorazados te puede cortar mucho el rollo. Nos imaginábamos que las tropas serían mucho más frágiles, que el equilibrio estaría en que son más numerosas. Pero no es así, y la jugabilidad resultante lo sitúa con firmeza en el territorio MOBA. Puede que haya tanques, lanzallamas y soldados que lanzan cohetes, pero sigue teniendo un elemento de fantasía.

Los jugadores también tienen otras opciones. Antes de que empiece el juego, puedes seleccionar un 'drone' que llevarte a la batalla, así como una ventaja que puede ayudar a tu equipo hasta bastante entrada la partida. Los jugadores eligen sus unidades antes de unirse a la partida, así que existe la posibilidad de que haya equipos reunidos aleatoriamente, con habilidades que no encajan entre sí. Con suerte, cuando se añadan mejores características de comunidad (como listas de amigos) habrá más posibilidades de reunir ejércitos más significativos.

Victory Command es visualmente genial. Ya no parece casi grumoso, sino que tiene colores brillantes y una paleta muy vívida. Esta elección de diseño se extiende al estilo de juego, porque una estética más realista habría creado sin duda una división incluso mayor entre lo que ocurre en la pantalla y lo que ocurriría en la vida real, si algunas de estas unidades se enfrentaran en un campo de batalla.

Tiene algunas características de RTS agradables, como los objetivos secundarios esparcidos por el mapa para que los equipos los capturen, pero que nadie se equivoque, en esencia, es un MOBA. Hay suficientes similitudes para los fans de la estrategia en tiempo real que buscan expandir horizontes y encontrar algo a lo que jugar, pero igualmente los fans de los MOBA enseguida se darán cuenta de qué ocurre, y cambiarán su héroe solitario por el trío de tanques o la docena de soldados que ofrece Victory Command.

Petroglyph siguen trabajando en él, pero el juego ya parece pulido, solo a falta de los últimos retoques. Se puede comprar una cuenta premium que durará lo mismo que el periodo de Acceso Anticipado y que te garantiza un aumento de XP; pero el juego base es gratis, y hay una selección decente de tipos de unidad con los que experimentar, así que en ese sentido es un juego que se venderá con facilidad. Si has estado esperando un MOBA con un toque militar, este es el tuyo: es de buena calidad, y probarlo es gratis.

Victory Command

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