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Worms WMD

Worms WMD - impresiones

Team 17 vuelve con un nuevo Worms, y esta vez traen consigo armas de destrucción masiva. Más.

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Cuando preguntamos al líder creativo Kevin Carthew si es WMD o Weapons of Mass Destruction (armas de destrucción masiva), lo dice abiertamente, es solo un acrónimo; este nuevo juego de Team 17 se llama Worms WMD, ya está. En esta ocasión, el estudio está intentando canalizar el espíritu de Worms Armageddon, que cumple 20 años, porque se identifica a aquella entrega como el punto álgido de la saga y la entrega favorita de los fans a la que parecerse.

Worms ha vivido una evolución continua con el paso de los años, y ha salido en la mayoría de las consolas, ya sea de una forma o de otra. Cada uno conservamos nuestra pequeña historia sobre cómo nos metimos en estas guerras de gusanos, relatos que generalmente tienen algo que ver con amigos y compañeros, el arquetipo de un party game. De hecho, cuando nos pusimos a jugar la nueva versión de WMD en la oficina de Wakefield de Team 17, entre burros de cemento y ovejas explosivas, nos contamos unos a otros nuestras historias con el juego, que si uno que colecciona las cajas viejas de PC, otro que rulaba el mando de PSOne entre varias personas delante de una tele de 12 pulgadas... Es un clásico en términos que pocos juegos pueden proclamarse, al borde de ser una institución de los videojuegos.

Aunque hubo muchas risas, muña coña y más turnos desperdiciados de los que nos gustaría admitir, en nuestra prueba con la demo no pudimos ver demasiada variedad. Por ejemplo, aun no funciona el sistema de generación aleatoria de los escenario, un clásico de esta saga, así que nos pasamos todo el tiempo en el mismo mapa. Tampoco pudimos ver el nuevo trabajo artístico y ahí nos quedamos con muchas ganas porque nos han dicho que cambia mucho la forma en la que se construyen los escenarios para poder ajustarse a este nuevo estilo. Habrá más variedad de entornos y también de estructuras como forma de modificar el tipo de guerra. Para decirlo de forma simplificada, es el juego que mejor se ve en la historia de esta saga, con un diseño totalmente nuevo de los gusanos (el primero desde hace años) inspirado en personajes de dibujos animados anárquicos como Ren & Stimpy.

Lo que antes era el fondo de la tierra y no tenía nada más que un trozo de tierra coloreada de una forma u otra ahora hay una parte más del nivel construida a base de dibujos a mano. Es un cambio menor y quizá no altera las partidas per se, pero contribuye a que todo se vea mejor, a que sea más estimulante. Aunque no probamos el sistema de creación de escenarios procedural sí pudimos verlo en un vídeo, aunque en él solo estuvieran los mismos elementos que teníamos ya en frente (edificios destruidos, cemento resquebrajado, ruinas). Fue suficiente para comprobar que los elementos se distribuyen en pantalla de forma apropiada para que pueda desatarse el caos.

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Después, el resto es más o menos lo que os podríais imaginar porque alejarse mucho de sus raíces es el equivalente a utilizar el kamikaze en el juego, malo para todos. Worms WMD está completamente en dos dimensiones, sin complejos. Es una vuelta a los orígenes construida sobre un motor nuevo, con un puñado de cambios que esperemos que acentúen las sensaciones y que no provoquen un desequilibrio para los más veteranos.

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Hay otra función que puede cambiar las cosas ligeramente, los tanques y las torretas. Quizá haya más vehículos en esta entrega, pero esto es lo único que vimos nosotros y no nos contaron más. Y esperamos que se quede ahí, punto. Los tanques te ofrecen una buena capa de protección pero también te convierten en un blanco fácil para el enemigo. Además, tampoco son demasiado fuertes por lo que tampoco te garantizan la victoria. Con las torretas pasa lo mismo, pero con la diferencia de que están fijas en el suelo y por tanto son menos interesantes para la batalla.

Quizá el cambio más atrevido sean los edificios, y en el multijugador online, van a marcar mucho las diferencias. Se puede entrar dentro y solo quienes acceden a ellos pueden ver cómo es su estructura. Por eso en una partida local tampoco ganas demasiado ya que el que está al lado va a ver lo mismo que tú. En el online, sin embargo, dará lugar a situaciones de mayor tensión, a emboscadas, asaltos y técnicas de guerrilla.

Entre tanto, en este acercamiento solo pudimos echar el ojo a un set de armas de los que están en desarrollo pero Team 17 insistió mucho en un objeto, la cuerda ninja. Nos dio la impresión de que la van a renovar para esta ocasión. También pudimos trastear un rato con otros clásicos de Worms como los viejos pedorros, las granadas banana, los misiles teledirigidos, la escopeta, la súper oveja, etc.

Porque WMD es un título muy familiar, que va a traer muchos recuerdos a los viejos fans de la franquicia. Norma, porque Team 17 no ha querido desviarse demasiado de lo que ya está probado como un éxito más allá de ese par de ideas nuevas que hemos comentado. Por su bien, esos cambios parece que no han afectado en exceso a la experiencia principal ni han dejado algún cabo suelto, porque al menos a nosotros nos dio la sensación de estar jugando simple y llanamente a un Worms. Las novedades son divertidas pero tampoco son la bomba, y el estilo artístico y gráfico nuevo sí hacen que se vea mejor que nunca, más moderno. Nos quedamos a la espera de comprobar cómo conjuga con la generación de escenarios aleatorios. El resto, todo bien, no han roto nada.

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