Animal Crossing: Happy Home Designer - impresiones

Cuando vimos Animal Crossing: Happy Home Designer por primera vez nos pareció un título menor. Un derivado rápido de la serie principal para explotar el encanto de sus personajes y probar el terreno con las nuevas cartas Amiibo. Sin embargo, tras jugar las primeras horas (y sin perder de vista el éxito que está teniendo en Japón), hemos de reconocer que estamos bastante equivocados. Esta nueva entrega no sólo tiene mucha chicha por sí misma: también se puede entender como, por fin, una evolución de la raída fórmula original.

Para facilitar el tema a los que no sepan nada del juego, vamos a dejar claras en primer lugar las principales diferencias de Happy Home Designer frente a un Animal Crossing tradicional.

Diferencias y novedades respecto a Animal Crossing

Aquí no hay pueblo. No eres un nuevo vecino (de hecho, ¡ni siquiera tienes casa pese a ser un diseñador de casas!). Eliminadas estas premisas, tampoco tienes que buscarte la vida. No hay que ahorrar para ir mejorando tu hogar o tu colección de artículos. El objetivo no es ampliar tus estancias y posesiones, y por tanto también evitas el fastidio de tener que ir a mendigar a Tom Nook, hacer trueques con los vecinos o tener que buscar trabajo.

Efectivamente, en Happy Home Designer empiezas con trabajo; no tienes ni que pensar en tus cuentas, porque no existen. Te han contratado como un... ehm, diseñador de felices interiores (y algunos exteriores) que tiene el cometido de satisfacer las necesidades del pueblo mediante nuevas (y muy monas) infraestructuras, hogares para los vecinos y edificios de servicios. En el juego, cada 'misión' se denomina proyecto municipal.

Entonces, sin la búsqueda de la vivienda soñada y de una colección de objetos que sea la envidia del pueblo y de otros jugadores, ¿dónde está el gancho? ¿Por qué hay que seguir jugando a Happy Home Designer?

Es una cuestión de posibilidades y curiosidad. De adquirir poder en las acciones urbanísticas e inmobiliarias. De demostración de talento y, quizá, de repartir y provocar emociones entre los otros animales. Al principio empiezas creando un par de interiores sencillos basados en una selección limitada de elementos, por lo que el gancho principal es ir desbloqueando elementos y temáticas. La casa que necesita Nuria es el tutorial, pero enseguida haces un diseño en blanco y negro para otro vecino, un piso de estudiantes, una casa de madera rústica, un hogar con estilo invernal...

El hecho de que no sea tu propia casa con distintas estancias tematizadas, sino un encargo personalizado, permite quizá diseñar con más libertad y diferente expresividad, porque los gustos te vienen dados con los encargos. Es una forma distinta de crear con los elementos Animal Crossing.

Cuando parecía que nos íbamos a aburrir tras hacer tres casas para los vecinos, el juego se fue abriendo para multiplicar las opciones. Se pueden seguir lecciones de 'cursos online' (sólo uno al día, se pagan con monedas de juego) que desbloquean nuevas colecciones de objetos decorativos, y lo mismo hace cada proyecto municipal dedicado.

Estamos hablando en el primer caso de grupos como cuadros, insectos, lámparas, fósiles, sonidos, giroides... En cuanto a los proyectos municipales, imagina obras como una escuela, una tienda, un hospital, una cafetería... A su vez, pasado un tiempo, las creaciones también se pueden modificar y ampliar.

Dado que este juego se centra en el diseño y no en las otras tantas actividades de los juegos clásicos, también han cambiado los menús y herramientas para crear y editar. Ahora hay un bienvenido editor táctil esquemático, muy útil para mover, copiar, rotar y demás desde la perspectiva cenital. Además, tras aprender un par de cursos puedes colocar una cámara libre para tomar fotos más creativas o incluso editar ítemes concretos con colores a tu gusto.

El factor social

Para bien o para mal, este es el aspecto tradicional que más se ve afectado. Los personajes que tanto quieren los fans están ahí, con protagonismo, pero pierden gran parte de su personalidad al quedar eliminadas las relaciones sociales. Los diálogos tan elaborados y graciosos -aunque la localización al español sigue siendo de primera- se reducen ahora a los breves intercambios antes y después de los encargos, o a la visita eventual a casas y edificios ya creados, y no da tanta sensación de amistad al no compartir vivencias juntos; es una relación cordial profesional.

Aun así, el juego sigue consistiendo en satisfacer las necesidades de estos animales, y cuando entregas el trabajo te expresan esa satisfacción con una emoción (de ahí el título). En ese momento también se pone en marcha un tour por tu nueva obra, ya con personajes en su interior, y puedes sacar fotos desde diversos ángulos.

Y esta gente son los mismos, con sus cosas. Tom Nook es ahora tu jefe, su secretaria es la nueva nutria Nuria, Canela sigue en el ayuntamiento (y te marca los requisitos de los proyectos), su hermano Candrés te ayuda en las modificaciones, Sisebuto se encarga de la novedad Amiibo... No creemos que vayas a perder familiaridad o conexión con los personajes, simplemente que el lazo será más frío.

Las tarjetas Amiibo

Respecto al tema de las cartas Amiibo, todavía no hemos probado el juego con ellas. Sirven para incorporar (invitar) a nuevos vecinos con sus correspondientes casas a diseñar y nuevo mobiliario. Sisebuto y su teléfono son el punto de conexión con el mundo físico y real. Nintendo lanzará más de 400 cartas, por lo que tenemos ganas de ver cómo y cuánto amplia la experiencia cada una.

Del mismo modo, de aquí al lanzamiento también nos interesa comprobar cuánto da de sí el juego tal cual. De momento, el ritmo de contenido es bueno y el interés se mantiene bastante bien. El sistema de guardado es un poco pesado (sobre todo con las modificaciones) y parece que los cursos online se acaban enseguida, pero esto son dos pegas provisionales y estamos bastante picados.

Animal Crossing: Happy Home Designer llega a España el próximo 2 de octubre, en exclusiva para Nintendo 3DS. Algo antes esperamos ofrecerte nuestro análisis con un veredicto final.