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      Splinter Cell: Blacklist

      Splinter Cell: Blacklist - impresión final

      Sam Fisher estuvo hace poco en Londres, así que nos hemos desplazado hasta allí para ver qué tal iba su nueva aventura.

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      Antes de poder probar Splinter Cell: Blacklist, el director creativo Maxime Béland empezó la sesión con una pequeña charla. Fue una rápida presentación de las ideas del juego, en la que hablamos de los temas, la historia y cómo se iba a presentar todo. "Estamos intentando hacer las líneas lo más difusas posibles", nos comentó mientras describía lo bien que se fusionarían las campañas cooperativa y de un solo jugador para crear una experiencia coherente.

      En el último número de Gamereactor Magazine le echamos un vistazo al juego en su totalidad, desde la captura de movimiento hasta la campaña cooperativa. Esta sesión con el juego se centró exclusivamente en el modo para un jugador. Había la posibilidad de jugar a Espías contra Mercenarios, pero debido a problemas técnicos se nos acabó el tiempo (aquí podréis leer nuestras impresiones anteriores con el regreso de este modo de juego online). Pero no pasa nada, el multijugador tiene muy buen aspecto y no había nada realmente nuevo de lo que informar.

      Todo lo nuevo se presentaba en el modo campaña para un jugador. Tuvimos la posibilidad de jugar dos niveles y medio y experimentar una gran variedad de escenarios diferentes. Como en todos los Splinter Cell, el sigilo fue lo más importante de nuestra experiencia, aunque había muchas más cosas a las que hincarle el diente.

      El primer nivel es perfecto para ponernos en situación y te explica claramente qué tipo de juego es Blacklist. Sin preámbulos, sin menús, nada. Estamos metidos directamente en la acción, con tropas que asaltan una base y acaban con todos los enemigos mientras avanzan meticulosamente por sus oscuros pasillos. Un oficial de alto rango, que está de rodillas en una sala de control mientras observa el cañón de un arma, dice algo como "América te encontrará" antes de que los responsables del acto terrorista le metan una bala entre ceja y ceja.

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      Splinter Cell: Blacklist

      A juzgar por todo lo que hemos visto del juego hasta la fecha, el acento de los terroristas es sorprendente. No os destriparé nada, pero es obvio que están pasando más cosas de lo que podría parecer a juzgar por los niveles que ya habíamos jugado, ambientados en Iraq y Libia. Este nuevo enemigo se conoce como los Ingenieros y es una organización que quiere que Norteamérica saque sus tropas de todos los países del mundo; si no se cumplen sus exigencias, habrá ataques terroristas cuyo objetivo será desgarrar el mismísimo tejido de la sociedad norteamericana. Cada siete días, si Estados Unidos sigue teniendo presencia militar en otros países del mundo, se producirá un ataque. El asalto a la base que estamos presenciando es el primero de todos ellos, una declaración de intenciones que, al mismo tiempo, da sentido a la lista negra.

      Pero además (por pura coincidencia, claro está), resulta que Sam Fisher y su compañero de armas Victor Coste estaban allí. Ni se enteran del ataque; estaban subiendo a un helicóptero para irse a casa cuando, nada más despegar, una serie de explosiones destroza la base y provoca que el helicóptero se estrelle no muy lejos del perímetro de la base. Es aquí cuando nos unimos a la acción.

      Sam y Vic regresan rápidamente a la base, evitando ser vistos por los enemigos que están patrullando la zona; allí son testigos de cómo las tropas amigas caen ante el fuego terrorista. La siguiente escena, en la que buscamos y desactivamos un inhibidor de señales de radio que estaban usando para bloquear las comunicaciones, sirve de tutorial para los nuevos jugadores, pero también de calentamiento para los jugadores familiarizados con la franquicia. Acabamos sigilosamente con un guardia distraído en la periferia de la base y desbloqueamos la mecánica mejorada "marcar y matar", que es la que definirá este renacer de la franquicia Splinter Cell (puedes marcar a los enemigos de antemano y luego eliminarlos pulsando un botón cuando se te indique). Todavía no la hemos usado, dado que preferimos usar el sigilo y el cerebro.

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      Un pequeño paseo después, nos encontramos una gran cantidad de enemigos. Los viejos hábitos nunca se pierden y acabo reiniciando desde el último punto de control cada vez que descubren a Sam. Lo repito, avanzo un poco más, veo todo el entorno y por fin puedo planificar mi próximo movimiento con mayor efectividad mientras me muevo por el escenario sin ser visto. Tras un par de intentos más, en los que Fisher acabó hecho un colador, opto por seguir una ruta diferente. Esta resultó ser mucho más fructífera: la cobertura me ofreció un lugar desde el que estudiar la zona: a la izquierda, dos soldados disparando a tropas norteamericanas desde lejos; a la derecha, una patrulla y varios soldados más que estaban buscando algo que hacer. Voy hacia la izquierda, acabo con los soldados (que estaban distraídos) y luego acabo con las patrullas cuando se acercan a mi trampa.

      Splinter Cell: Blacklist

      Continúo hasta llegar al final del nivel y rápidamente me encuentro en la siguiente fase, Bengasi. Ya estaba familiarizado con este contenido, así que sé cuál es la ruta más rápida para superar este nivel. Pero lo que desconocía en mi otra partida era el motivo de esta misión. No os lo voy a destripar, tan solo os diré que regresa un personaje de un Splinter Cell anterior y no se alegra mucho de ver a Sam.

      Los polvorientos entornos vuelven a impresionar. Sigue siendo una versión antigua del juego, pero me cuesta imaginar cómo se pueden mejorar aún más. Los enemigos que te encuentras actúan de forma realista, las animaciones están a muy alto nivel, la IA parece buena y los entornos están detallados. Hay diferentes rutas a través de las diversas partes del nivel, y siempre que puedo uso esos caminos alternativos para ver cómo varía la experiencia. Cabe la posibilidad de disfrutar de muchos combates cuerpo a cuerpo, así como de ocasiones tiroteos; además, distraer a los guardias y atraerlos a tus trampas sigue siendo tan satisfactorio como siempre.

      Tras rescatar a una persona importante al final de la misión, nos escapamos usando una tirolina. Aparecen los créditos y se me presentan unas estadísticas que muestran cómo he progresado. Béland, quien había estado sentado a mi lado durante la parte final de la misión, me comentó cómo las acciones afectan a tu puntuación. He alcanzado el nivel Maestría en Pantera, aunque las partidas posteriores permitieron a los jugadores alcanzar niveles similares jugando en los estilos Fantasma y Asalto. El director creativo del juego quiere que los usuarios "caigan" en otras zonas del juego, que jueguen de formas que no se les ocurran a bote pronto.

      A tenor de mi actuación, Maxime Béland me describió como la quintaesencia de los jugadores de Pantera. Priorizo el sigilo agresivo, mientras que otros jugadores optan por los otros dos estilos de juego: Fantasma y Asalto. Fantasma es la expresión más pura de Splinter Cell: usar el sigilo y el cerebro para evitar ser descubiertos a toda costa. Por su parte, los jugadores de Asalto prefieren disparar. Yo estoy a medio camino de ambos, pero no soy el único.

      Splinter Cell: Blacklist

      Béland también me explicó el sistema económico del juego. Yo estaba ocupado disparando e infiltrándome, así que no tomé muchas notas, pero la idea era que los créditos que consigues en cualquier parte del juego, sea en el modo para un solo jugador o en el cooperativo (que todas las misiones, menos cuatro, se pueden jugar en solitario), se pueden gastar para mejorar la experiencia en otros aspectos del juego. También hemos hablado sobre Shadownet, donde se ofrecen desafíos diarios y semanales a los jugadores y se les ofrece la posibilidad de conseguir aún más créditos para invertirlos mejorando sus armas, objetos y el avión Paladin, que es la fortaleza móvil de Sam y el nexo central que une todas las posibles ramas de Blacklsit.

      Tuve tiempo para quedarme atascado al inicio del siguiente nivel, este ambientado en Mirawa, Iraq. Empezaba con una secuencia de francotirador, con el jugador controlando a Isaac Briggs, el compañero de Sam en el multijugador, con el objetivo de ofrecer cobertura a Fisher en su infiltración. Tuve que reiniciar un par de veces para hacerlo bien, pero fue un cambio de ritmo satisfactorio. Estaba jugando en normal, así que será interesante descubrir cómo afectará un cambio de dificultad en momentos como este, que se alejan tanto de la experiencia central del juego.

      En cuanto me he librado de los guardias que patrullan por el cañón, Fisher debe abrirse camino a través de otro conjunto de tropas, esta vez bien ocultas dentro o por los alrededores de unas chozas de madera. Opté por el sigilo para pasar de largo, pero hay opciones de sobra para los jugadores que prefieran un acercamiento más directo. Tras infiltrarme, subí a otro edificio por una escalera de piedra, esta vez usando el dron trirotor para colarme en la estructura fortificada e identificar al objetivo del interior. Luego, escalé por el lateral del edificio y avancé para intentar conseguir el ordenador con la información que necesitaba Sam.

      Desgraciadamente, nunca conseguí hacerme con él. Un guarda vigilaba la sala en la que estaba el portátil y se encargó de hacerme sufrir un par de muertes, además de un par de momentos en los que el enemigo vio a Fisher y acabé volviendo a la pantalla de carga. Lo que sí conseguí llevarme fue una buena idea de lo que podemos esperarnos para la versión final del juego. Los aficionados a la franquicia pueden estar tranquilos: los cambios realizados por Ubisoft Toronto solo deben ser cosméticos, ya que el aumento de la verticalidad y las rutas alternativas hace posible ofrecer una auténtica experiencia Splinter Cell cuando el juego salga a la venta. Los que estén menos interesados en un juego basado únicamente en el sigilo también podrán echarle el guante a Blacklist, ya que hay opciones para todos los diferentes estilos de juego, se han pulido elementos de juego, se ofrece una historia que promete ser envolvente e interesante, así como una experiencia general muy completa que une las distintas ramificaciones del juego. Estamos deseando ver si el juego final está a la altura de nuestras altas expectativas.

      Splinter Cell: Blacklist

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