The Settlers Online

Me solía gustar The Settlers. Lo jugaba en PC hace muchos años (creo que sobre todo durante The Settlers II & III). Es un juego tradicionalmente lento, una experiencia para saborear durante largas partidas. No es un juego sobre explosiones y acción; The Settlers va más de ocuparte de tu comunidad, nutriéndola y alentando su crecimiento. Es cuestión de tomarte tu tiempo.

Podrías discutir si The Settlers ha dado forma al panorama actual de los RTS más que todas las demás ofertas del género. Las ideas implementadas por Blue Byte en los primeros juegos han seguido usándose en casi todos los juegos de construcción de mundos desde entonces. No es una sorpresa, por lo tanto, que en el panorama actual, siempre cambiante, alguien en Ubisoft Blue Byte sumara dos y dos y se diera cuenta de lo bueno que sería The Settlers para la generación del videojuego en navegadores web.

Juegos como CityVille y Farmville han demostrado su enorme popularidad en Facebook. Aunque puede que no sean lo mío, las cifras no se pueden ignorar (CitiVille tiene actualmente más de 49 millones de usuarios). Al conocer que The Settlers Online tendría inclinaciones similares, no estaba seguro inicialmente si disfrutaría el juego. Por suerte, se disiparon las dudas.

En primer lugar: sin duda es un juego de Settlers. Las animaciones son simplistas, pero detalladas y reminiscentes de los juegos que me encantaban hace tanto tiempo. La vida sigue su propio ritmo y cuando las cosas pasan eventualmente, nunca te atropellan.

Tres velocidades

Hay tres velocidades con las que jugar a TSO: muy lento, lento o medio. No encontrarás una configuración rápida, así que los jugadores que prefieran su dosis instantánea de acción probablemente se subirán por las paredes. Aunque es totalmente posible jugar a TSO sin pagar ni un céntimo, hacerlo sin ninguna inversión resultaría en una experiencia demasiado lenta. El tiempo requerido para que se construyan los edificios o para que las unidades realicen sus tareas puede resultar insoportable al principio, especialmente cuando intentas establecerte.

Pronto lo puse en "lento" y comencé a usar algunos de mis créditos para acelerar la creación de algunas edificaciones elementales. No era realmente consciente del coste financiero de estas acciones, simplemente quería empezar a jugar. Poco a poco, los edificios comenzaron a aparecer por aquí y por allá: mi asentamiento comenzaba a tomar forma.

De todos modos, no pasó mucho hasta que se agitó la cosa. Está muy bien eso de jugar un tutorial alargado, pero había estado invirtiendo mis créditos y quería seguir adelante con más cosas. Fue en este punto cuando comencé a echar algo de dinero en serio sobre la marcha. Construí un cuartel y comencé el proceso de reclutamiento de soldados (y para cada soldado necesitas birra, así que monté una cervecería). No había pasado demasiado y ya me había gastado el 40% de mis créditos, pero al menos las cosas habían tomado la dirección correcta.

Escupiendo la pasta

Habiendo gastado tal cantidad de fondos, ya era hora de comprobar cuánto valían mis créditos realmente. Había gastado bastante parte de mi asignación y quería saber en qué dinero se convertiría. Dejé esto para después adrede, pues quería comprobar cómo cambiaría mi actitud respecto al juego cuando pudiera realizar una valoración monetaria respecto al coste real de cada acción.

El sistema de dinero in-game se presenta en forma de gemas azules. Las compras en diversas cantidades y las inviertes para acelerar la acción, comprar unidades y subir el stock de tus recursos. Puedes comprar diferentes cantidades de crédito, pero 5600 gemas te costarán unos 30 euros. Resultó que en mi espiral de inversión había echado unos 12 euros en mi pequeña aldea. Me sorprendí un poco.

En ese momento comencé a tomármelo con algo más de cuidado. Había tenido una corriente constante de recursos, pero quería guardar los créditos que me quedaban para cuando entrara en el juego como es debido. Comencé el proceso de limpiar los campamentos bandidos de los alrededores y expandir mis fronteras, pero lo hice despacito, controlando el presupuesto, guardando el resto de mis joyas azules para después.

Hay otras formas de conseguir los materiales que necesitas para construir un imperio: haciendo trueque con los recursos con otros jugadores pude deshacerme de algunas reservas de tablones de abeto, cambiándolos por mármol y cobre, que me venía mucho mejor. Estas transacciones in-game seguramente se hagan populares entre los jugadores y deberían ofrecer el tipo de juego cooperativo que este tipo de juegos para navegador web necesitan para sobrevivir.

Haciendo incursiones

En algún momento, tras unas cinco o seis horas, comencé a preocuparme realmente por mi pequeña comunidad. No lo esperaba, si soy sincero. Me fastidió cuando mataron a mis pequeños reclutas en una batalla con los bandidos locales, y me enfadaba si mis molinos no funcionaban porque se habían quedado sin grano. Rectificar los problemas se convirtió en algo compulsivo, y con tantas cosas pasando a la vez, siempre hay algo que va mal.

Entonces descubrí los caminos. No me había preocupado de ellos al principio, simplemente me centraba en los edificios, las unidades y los recursos. De hecho, no sé cómo los advertí. Al principio puse una plaza alrededor del molino y la enlacé a la casa del alcalde: el 'hub' central de mi pueblo. De repente me apeteció un montón establecer una red completa de rutas, enlazando todos mis edificios entre sí. Como son gratis, puedes hacer todos los caminos que te apetezca. Me llevó un rato, pero fue una obra de amor que mereció la pena. Mi pueblo se estaba convirtiendo en una pequeña ciudad.

Levantándose

¿Merece la pena echar un ojo a la beta? Esa es la pregunta principal. Y si lo merece, ¿merece la pena invertir algo de dinero en el juego? Encontré la prestación que me dieron muy útil a la hora de acelerar partes del juego que habrían requerido un montón de tiempo y de paciencia de otra forma. Pero una vez pasé ese escalón inicial, cuando todo estaba listo y funcionando, descubrí que me lo estaba pasando en grande haciendo crecer mi comunidad. Es mucho más fácil hacerlo orgánicamente cuando existe una infraestructura sólida, y eso lleva o tiempo o dinero (o una cuidadosa mezcla de ambos).

Normalmente, cuando compras un juego, pones la pasta y te dan tu disco o descarga. TSO tiene una forma muy diferente de cobrarte. Al principio me resistía a su método, pero habiendo jugado unas cuantas horas me he ido haciendo a la idea. No es la copia barata que esperaba en un principio, es simplemente una forma diferente de jugar. Con la dura competencia que hay en el mercado, ¿quién puede culpar a Ubisoft y Blue Byte por buscar una fuente alternativa de ingresos?

Al final, un juego sólo va a atraer a una gran comunidad de seguidores dedicados si es sólido. En ese respecto, TSO es una experiencia divertida y debería encontrar su camino hasta los navegadores web de muchos jugadores casuales. La jugabilidad adictiva y la posibilidad de hacer trueque con los recursos con otros jugadores online puede dotarle de un gran seguimiento.

Una vez arranca, The Settlers Online es un juego apasionante. Me absorbió y de repente me preocupaban todas esas cosas de mi aldea. Pasó casi sin darme cuenta y, de ahora en adelante, seguiré vigilando a mis settlers a ver cómo les va y si necesitan algo de mi parte. Ubisoft Blue Byte me ha enganchado totalmente.