Diablo III: Reaper of Souls - impresiones beta

Esto sí que es un Diablo. Vale que es una beta muy temprana, la llamada "Family and Friends" o "Amigos y Familiares", pero si es un punto de partida, es uno realmente magnífico. Es muy pronto para juzgar el impacto que tendrán todos los cambios que Blizzard ha proyectado, sobre todo en un título de tanta escala como Diablo III, con más de 10 millones de jugadores, pero las sensaciones son que por fin este proyecto está encauzado por el buen camino y que el juego puede comenzar. Sólo les ha llevado siete años y un lanzamiento decepcionante (lee aquí mi análisis del Diablo III original).

Diablo III: Reaper of Souls tiene el objetivo de acabar con todo lo que era malo en Diablo III, comenzando con la subasta de objetos, principal responsable de que todo el juego se convirtiera en una tienda online y el juego en sus fases finales se encontrara con una alarmante falta de contenido. La supresión de la subasta tiene como efecto más inmediato la reconstrucción de todo el sistema de recompensas, el llamado Loot 2.0.

En las horas que hemos podido pasar al teclado y al ratón hemos notado ya los efectos de este nuevo sistema de recompensas. Por un lado, los objetos que caen son mucho más apropiados para la clase que controlamos, con menos azar en sus estadísticas y poderes. En segundo lugar, a medida que nos vamos internando en el capítulo nuevo, vemos cómo caen muchos más objetos mágicos, y de más calidad. Incluso nos llego a caer un Legendario, no muy potente, pero sí con un DPS superior a todos los objetos que hubiéramos podido ver hasta ahora en el juego. Más importante que esto es la reivindicación de los Legendarios, ahora mucho más poderosos. Por lo que pudimos ver de los objetos que se mostraban en el chat de la beta, son objetos realmente potentes y, además, cada uno tiene un poder único.

Junto a este cambio hay que destacar que ahora las posibilidades de personalización en Diablo III: Reaper of Souls son mucho mayores gracias a la Mística y a las nuevas gemas disponibles. Con la Mística seremos capaces de eliminar un poder de un objeto y sustituirlo por otro, que será aleatorio: una oportunidad de rescatar un objeto potencialmente útil del herrero para convertirlo en materias primas. También tendremos disponibles una herramienta de Transmutación, con la que cambiar el aspecto de los objetos, a fin de ir conjuntados y tener el aspecto que queramos, independientemente de los objetos que tuviéramos equipados.

Pero hay muchos más cambios, y no nos referimos a la remodelación de muchos de los poderes de los personajes, o de los nuevos que se han incluido en el camino al nivel 70. Para paliar la falta de avance en los niveles más altos, Blizzard se sacó de la manga los niveles Paragón. En Diablo III: Reaper of Souls tendremos un sistema Paragón 2.0, que permite personalizar mucho más al personaje. No habrá límite a la cantidad de estos niveles que podremos adquirir (se respetarán los que ya se tengan y se podrán volver a subir en cuanto lleguemos a nivel 70) y cada nivel nos dará un punto que podremos gastar en diferentes bloques de estadísticas.

Podremos influir en la Fuerza, la Vitalidad, la Destreza, el porcentaje de caída de tesoro, la velocidad de ataque, el daño crítico... Todos estos puntos pueden ser reiniciados siempre que queramos, a fin de adecuar el perfil del personaje a lo que queramos hacer ese momento, si conseguir más tesoros o afrontar retos del juego.

La tercera novedad más potente de Diablo III: Reaper of Souls será la nueva clase de personaje: el Cruzado. Este recuerda mucho al Paladín de Diablo II, pero con un toque de Guerrero del World of Warcraft. Usa Ira para ejecutar sus golpes más potentes, mientras alterna otras habilidades para ganarla. Su rol es muy variable, ya que puede ser un personaje capaz de hacer un daño terrible, llegando incluso a usar armas de dos manos a una, o ser un personaje muy defensivo, capaz de aguantar muchísimo daño gracias a sus habilidades que usan el escudo y a su posibilidad e usar armaduras muy pesadas. Es una clase divertida, algo sobrealimentada, pero que supone un contrapunto y una nueva forma de jugar. Eso si, ¿será suficiente sólo una?

Pero, posiblemente, el mayor acierto que he podido ver en toda la beta haya sido el modo Aventura. Olvidad la historia, olvidad revivir los mismos eventos una y otra vez. Con este modo vamos a una localización y cumplimos misiones sueltas a cambio de jugosas recompensas en dinero y experiencia, además de optar a una nueva moneda, las Esquirlas de Sangre, con las que conseguir objetos al azar, más poderosos de lo normal. Es una excelente forma de conseguir objetos más allá del nivel 70 o de subir rápidamente a un personaje de nivel, ya que las recompensas son más grandes. Es, también, la forma de conseguir las Llaves de Falla para entrar en mazmorras especiales, con objetos aún más poderosos.

Como podéis ver, muchísimos cambios y muy poco espacio para describirlos, pero sí un sentimiento muy satisfactorio después de probarlos. Del nuevo capítulo sólo diré que tiene, por fin, unos escenarios realmente memorables, con un par de momentos magníficos, y se nota la enorme mejora en temas artísticos y, sobre todo, musicales. Vale, sabemos que es una beta, un pequeño atisbo de un trabajo inacabado, pero he vuelto a tener la sensación de jugar a Diablo y los cambios son todos acertados. Sigue habiendo cosas que me disgustan, desde luego (ese juego offline ausente, por ejemplo), pero, sin duda, Reaper of Souls es lo que Diablo III necesitaba.

Esta es la entrevista que realizamos en la reciente BlizzCon 2013 en California sobre el juego (aquí con citas en español). Si eres fan de Blizzard, accede a toda nuestra cobertura de la convención aquí.