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Fotos: ¡Las primeras atracciones de Mario y Nintendo!

Fotos: ¡Las primeras atracciones de Mario y Nintendo!

Vale, están lejos de ser oficiales. Muy lejos. De hecho, son piratas. Muy piratas. Pero son un curioso indicador... Las ferias locales veraniegas en ciudades y pueblos de España no sólo son un emocionante (¿agobiante?) conglomerado de gente, puestos de berenjenas, gofres, patatas, helados y churros, niños perdidos, chiringuitos de botellines, pollos asados y pinchos de morcilla, coches de choque, casetas de escopetillas, bingo y otros timos, barras de resacoso vino dulce, bolas de algodón aún más dulce, mercadillo artesanal subsahariano y atracciones de todo tipo montadas en tiempo récord y con algún tornillo a medio apretar. Contempladas desde una perspectiva comercial -e invito a los comerciales a hacer este ejercicio para adelantar mucho trabajo para la campaña navideña-, estas ferias son uno de los pocos medidores precisos e inmediatos sobre las franquicias de fantasía que son tendencia entre chicos, chicas y sobre todo los consumidores en masa: niños y niñas. Y si Disney y Pixar reinaban con sus personajes hace una década, en los últimos lustros los globos, los premios e incluso las atracciones de estas ferias se han visto protagonizados por personajes de toda índole procedentes de otros sellos... e incluso medios. Así, Bob Esponja, los Minions, Pocoyó o Pepa Pig se han hecho un hueco importante entre tanta princesa de Frozen y tanto coche de Cars. Un caso especialmente curioso es el de Nintendo y los personajes del universo Mario. Su popularidad entre los chavales (y a estas alturas entre muchos que ya no lo somos) ha sido siempre muy alta, quizá sin alcanzar las cotas de cuando superó a Mickey Mouse, pero sí muy constante durante nada menos que 30 años. Y en estas ferias, aunque siempre se ha visto una seta de una vida 1-up por aquí, un goomba por allá, un cabezón de Mario por acullá, lo que me sorprende es el gran boom de los últimos dos-tres veranos. Las fotos que acompañan a estas líneas las tomé hace unos días, en la feria local de mi ciudad. De los globos y muñecajos hemos pasado a castillos hinchables tematizados e incluso completos niveles-casas de Mario, con recorrido de pruebas, habitaciones secretas, plataformas para saltar y diversas pruebas. Vale, no son nuestras atracciones soñadas (esa pedazo de boca de Mario en el hinchable da más miedo que la morena de Mario 64), pero el caso es que estos montajes no se veían en pleno climax del fenómeno Mariano, ya fuera hace veinte años o hace menos de diez. Y a los niños ya les encantaba saltar por entonces. La fiebre provocada por el relanzamiento de los juegos de plataformas laterales con la subserie New Super Mario Bros. tiempo ha que se calmó (no hay nuevas entregas desde 2011 y la próxima en esta línea, Super Mario Maker, aún no ha salido; sin contar con que Wii U no llega a la suela del fenómeno que fue Wii), y aunque los Mario 3D y Mario Kart arrasan y son de gran calidad, no son esos títulos que activan el contagio social. Entonces, ¿qué pasa aquí? ¿Sabían secretamente los feriantes del acuerdo entre Nintendo y Universal para hacer parques de atracciones? ¿Han comprado estos feriantes acciones y licencias de explotación? ¿Han sido capaces los muñecos Amiibo ellos solitos de multiplicar la popularidad de Mario, Luigi y demás entre los críos? ¿De verdad son capaces los feriantes de adelantarse al éxito que tendrá el merchandise nintendero cuando se estrene la película de Super Mario? ¿Habrán consultado a la pitonisa-bruja-vidente de la caseta del ocultismo? ¿Habrán engañado a alguien con una escopetilla de feria Zapper-Nintendo Scope? Recuerda: el feriante siempre gana. En fin, si han apostado tan fuerte en las ferias por Mario cuando no hay un activador evidente entre el público de masas, algo gordo se cuece. Y no creo que Nintendo y Universal vayan a perseguir estos montajes locales furtivos mientras los chavales sigan encandilados con el Reino Champiñón otros 30 años más.

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