Desilets lleva a Ubisoft a los tribunales

Ya adelantábamos que este Gamelab 2013 iba a tener un morbo especial con la presencia de Patrice Desilets, pero esa sensación acaba de multiplicarse.

El canadiense, quien el mes pasado salió del gigante galo Ubisoft por segunda vez (en esta ocasión escoltado hasta la puerta), interpone una demanda a la compañía con el objetivo de ingresar 400.000 dólares y recuperar el control de la nueva franquicia 1666.

El título, originalmente en desarrollo en THQ antes de la bancarrota de la compañía, cayó en manos de Ubisoft, últimos jefes de Desilets, hace unos meses. A través de ciertos documentos del caso obtenidos por gameinformer.com, se sabe que Desilets exige una compensación de unos 400.000 dólares. La suma incluye 100.000 dólares por la malinterpretación de los hechos que rodean la ruptura de contrato con su última compañía: Ubisoft aseguró que la había abandonado, Desilets que le habían echado de malas maneras.

El juego, referido en los documentos del juzgado como 1666: Amsterdam, también forma parte de la disputa. Desilets tiene intención de aprovechar la cláusula de "derecho de vuelco" que le otorgaría los derechos del juego en caso de resultar cancelado. Esta posibilidad se acordó cuando firmó el contrato inicial con THQ, aunque Ubisoft probablemente argumentará que esa cláusula ya no tiene relevancia alegando que los eventos habrán vencido por entonces y alegando también que el juego ha sido "congelado o detenido" en lugar de cancelado definitivamente.

La formulación detalla el deterioro de la relación entre Desilets y Ubisoft Montreal, con el estudio al parecer declarando que THQ había dado demasiada libertad creativa al canadiense, esto después de una solicitud de revisión de contrato sobre la que un abogado de la compañía informó a Desilets: "Ubisoft puede desarrollar y publicar 1666 con Patrice Desilets o sin él".

En este enlace puedes ponerte al día sobre el culebrón. Patrice Desilets sigue figurando como uno de los ponentes estelares de Gamelab 2013. Gamereactor intentará ponerle el micro en Barcelona.