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Sekiro: Shadows Die Twice

Sekiro: Guía completa de combate

Enfundamos la katana y te damos siete consejos clave para estar a la altura de Sekiro: Shadows Die Twice.

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FromSoftware ha renunciado a las raíces RPG del género Soulsborne con Sekiro: Shadows Die Twice, un juego que ya es suficientemente desafiante, incluso para los estándares de un estudio japonés conocido por confeccionar unas mecánicas de juego difíciles (algo de lo que hablamos en nuestro análisis de Sekiro). Es imperativo que domines las mecánicas, porque no hay triquiñuelas que valgan en esta odisea oriental. Subir niveles y estadísticas con la esperanza de usar un equipo más fuerte para plantar cara a los próximos jefes no es una opción cuando te conviertes en Lobo, y tampoco hay jugadores online que puedan echarte un cable.

Son tus habilidades, tu maestría con la katana y tu capacidad para observar al enemigo lo que te permitirá no superar, sino sobrevivir a la última obra de FromSoftware. Por eso, en este artículo, vamos a explicarte algunas de las mecánicas, trucos, consejos y reglas clave para que tengas una pequeña gran ayuda. Si quieres estar a la altura de un buen shinobi, sigue leyendo nuestra Guía para principiantes de Sekiro: Shadows Die Twice. Para vosotros, que vais a morir:

Mantén la calma

Aquellos que ya tengan algo de experiencia con juegos anteriores de FromSoftware, deberían conocer ya algunas de las tácticas de combate básicas. Sin embargo, en Sekiro se juega con mayor celeridad, y la agresividad es la nota dominante, de hecho, es lo que hace que muchos combates de los anteriores Soulborne parezcan mucho más tranquilos si comparamos.

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A la hora de luchar, tu objetivo es romper la postura de tu oponente para encontrar el punto débil perfecto y asestar un golpe mortal. Para conseguirlo, puedes abrumarlo a base de golpes rápidos o desviar sus ataques a base de 'parries'. Los shinobi más poderosos bloquearán la mayoría de nuestros ataques sin apenas esfuerzo y darán pocas oportunidades para devolver golpes (ocasión indicada con el sonido de una espada y chispas que salen volando). Debes aclimatarte a esta tensión, defender y esquivar cuando corresponda mientras encuentras tu propio ritmo a la hora de marcar cuándo atacar en los cortos intervalos que hay entre las acciones del enemigo.

No los dejes respirar

Sekiro establece una fuerte interdependencia entre la postura de un luchador y la resistencia que le queda (o su vida). Cuanto mejor sea la condición física del adversario, más rápido se regenerará su postura. Cuando tu enemigo tiene una cantidad de vida elevada, te verás forzado a cancelar y bloquear todos sus sablazos antes de que se vuelvan especialmente peligrosos y, si te detienes para curarte o usar otro objeto, básicamente será como reiniciar la pelea, ya que la postura rival se regenerará rápidamente.

Por suerte, la resistencia de la mayoría de enemigos se puede ir mermando poco a poco a base de aguijonazos con tu espada tras cada esquiva bien ejecutada, rompiendo lentamente su postura hasta que, por fin, podamos imponernos a nuestro rival.

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Sekiro: Shadows Die Twice

Aprende a leer a tus oponentes

Durante el combate, recibirás multitud de ataques que se inician con la aparición de un kanji de color rojo. Tienes que leer esos ataques, dado que no se pueden desviar, y aprender a usar esta situación para sacar ventaja, no te queda otra. Intentos de agarre, barridos de suelo y estocadas con lanza son la clase de ataques que infligen un daño enorme y que te pueden matar con facilidad (al menos cuando no tienes tu vida al máximo), pero también provocan las situaciones en las que es más fácil contraatacar. Por ejemplo, el contraataque Mikiri puede parecer algo casi imposible para los nuevos jugadores, pero es, sin duda, el movimiento más fuerte del juego.

En las batallas contra jefes durante los compases finales de juego, el alto valor de la relación riesgo/recompensa que supone usar el Mikiri (que te permite arremeter contra la estocada del oponente con una recompensa equivalente a dañar gravemente su postura saliendo ileso), es algo que no vas a querer desaprovechar en absoluto. Pero, si fallas esta contra, verás cómo ese ataque te da de lleno. El inmortal Hanbai, que se encuentra en el Templo desolado, te puede servir para practicar esta y otras muchas técnicas, y vale la pena hacerlo, porque te será de gran ayuda cuando estés ahí fuera.

Pega y huye

Si no tienes forma de vencer a un enemigo, quizá sea el momento de recurrir a la estrategia más cobarde, avalada por los más novatos de la saga Dark Souls: correr alrededor del oponente en círculos para provocar sus ataques y ver cómo queda totalmente indefenso al hacerlos. Encuentra el momento adecuado, lanza un golpe o dos, vuelve a un lugar seguro y prueba de nuevo. Es una estrategia muy lenta, pero relativamente segura (si siempre estás atento a tus alrededores y la cámara no te juega una mala pasada); de hecho, puede servir para estudiar los patrones de ataque de los enemigos.

Muchos combatientes quedan vulnerables durante unos segundos después de ejecutar sus ataques en salto más contundentes, y aquellos que logren pillarlos por la espalda en ese momento, tendrán una ventana perfecta para lanzar espadazos a diestro y siniestro antes de que el enemigo vuelva a la carga. Por supuesto, si eres un jugador defensivo, tendrás que ser muy paciente; pero la opción alternativa requiere unos tiempos de reacción excelentes, además de mucha habilidad y conocimiento del juego o de los anteriores juegos.

Sekiro: Shadows Die Twice

Aprovecha el sigilo

Los shinobi no se rigen por ningún código de honor, lo único que cuenta es la victoria. Las mecánicas de sigilo en Sekiro son de gran ayuda cuando hay que reducir el número de enemigos y lanzar ataques casi mortales a los objetivos más fuertes. Cualquiera que embosque a un general enemigo desde las sombras y le apuñale, podrá restarle una barra de vida que le ahorrará media pelea (los jefes intermedios no tienen segunda fase, siendo bastante más manejables).

Si te aguan la fiesta con un tropel de refuerzos, siempre puedes hacer una retirada táctica. Una vez pare el estado de alarma, la mayoría de enemigos volverán a sus posiciones y volverán a ser vulnerables ante ataques sigilosos. Desafortunadamente, los minijefes regeneran su vida cuando esto ocurre. Con ellos, la retirada no da ventaja.

No olvides que puedes revivir

Aunque FromSoftware explica muchas de las mecánicas de Sekiro bastante bien, la opción de resucitar es un hueso duro de roer. La verdad es que, cuanto más mueres, más rápido se extiende por el mundo una enfermedad llamada Dracogripe. Con el tiempo, los pocos PNJ amistosos que conoces comienzan a toser, presa de esta enfermedad, haciendo que puedas perderte tanto diálogos como misiones (y se reduce también la probabilidad de recibir la Ayuda Invisible, una mecánica que te permite mantener parte de tus recursos al morir).

No te preocupes, podrás seguir comprando objetos a estos personajes. Además, con el Amuleto de Recuperación que te da Emma, podrás curar de la enfermedad a quienes la tengan usándolo en los Ídolos, para que tus muertes no afecten al mundo. No existe ningún contador oculto que afecte a los diferentes finales, y si lo hay, su único propósito es divertir a Miyazaki.

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Explora el mundo

Sekiro: Shadows Die Twice tiene un mundo realmente cuidado, y bastante amplio. Aquellos que no exploren Ashina se perderán gran parte del encanto de este juego. Muchas de las zonas que hay recompensan la curiosidad del jugador con objetos de valor que afectan a las herramientas shinobi, son recursos bastante escasos que conectan directamente con la progresión de nuestro "Lobo de un solo brazo". Muchos de los oponentes sueltan "Cuentas de oración" cuando son vencidos, objeto que incrementa tu defensa y medidor de postura en combate. Quienes encuentren "Semillas de calabaza" no deberían dudar en usarlas, ya que mejoran la capacidad de la Calabaza curativa hablando con Emma en el "hub".

Más adelante en la historia, desbloqueamos un movimiento que nos permite visitar zonas que antes estaban bloqueadas. Otra mecánica bastante útil es recopilar información espiando a los enemigos mientras se permanece oculto (pulsando la cruceta cuando sale un icono sobre la cabeza de los enemigos). Haciendo esto, puedes conseguir importantes pistas sobre el próximo jefe a derrotar.

Sekiro: Shadows Die Twice

Sekiro: Shadows Die Twice es, sin ninguna duda, un juego difícil de superar, sobre todo si no estás preparado. Una vez hayas dominado todos los trucos que hemos mencionado, podrás derribar incluso a los jefes más siniestros y brutales. Ser un shinobi no es tarea fácil, pero dominar sus artes es tremendamente gratificante.

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