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American Fugitive

American Fugitive

El estudio Fallen Tree Games da una vuelta de tuerca a los clásicos de acción con vista cenital.

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No cabe duda de que la franquicia GTA ha evolucionado mucho desde el lanzamiento del título original a finales de los 90. Y lo ha hecho a mejor, que diría la mayoría, pero todavía los hay que añoran la fórmula de corte clásico y vista cenital con la que arrasó aquel Grand Theft Auto. En Fallen Tree Games han tomado la premisa básica del primogénito de Rockstar y la han actualizado a través de American Fugitive, el cual hemos jugado y disfrutado a partes iguales.

Cuando nos dispusimos a probar American Fugitive, tras no haber oído mucho sobre él, supusimos que se parecería a los Wasteland, de InXile, puesto que ambos comparten un estilo visual similar y eso nos lleva a pensar que nos encontramos ante un RPG profundo con mucho diálogo y combate por turnos. Pero, aunque American Fugitive sí que tiene algún que otro elemento RPG, el resto de nuestras suposiciones no podrían ser más erróneas. La verdad es que se trata de un juego único en su especie. Está claro de dónde ha venido la inspiración, pero lo que sentimos al jugar se aleja de todo lo que hemos visto antes, puesto que combina rasgos del género de acción con otros tantos propios de los RPG.

Nos metemos en el papel de William Riley, el típico ladronzuelo chungo, justo cuando se despide de su esposa y se marcha para ver cómo le va a su padre, Peter. Una vez allí, nos encontramos con que hay un coche sospechoso, un Dodge Challenger (al que el juego se refiere como 'Buzzard'), aparcado frente a la casa del anciano, lo que pronto hace sonar las alarmas en la mente de William. Tras no obtener respuesta al llamar a la puerta, rompe una de las ventanas y entra para encontrarse a su padre tirado en el suelo, muerto. Y es entonces cuando llega la policía del lugar.

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Nuestro objetivo a lo largo del juego no es otro que averiguar quién asesinó a Peter y demostrar la inocencia de William, cueste lo que cueste. La policía lo cree culpable de un crimen que no cometió y, tras ser condenado a la perpetua por asesinato, lo envían a la prisión Redrock Penitentiary. Y no es que nos haya dado por destriparos lo bueno, lo prometemos. Lo que pasa es que este es solo el punto de partida tanto de la narrativa como de la dinámica del juego, que giran en torno a William como un convicto a la fuga.

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Para descubrir quién ha cometido un crimen tan atroz, nos tocará asumir encargos de todo un plantel de personajes, empezando por tu cuñado, Dwayne (que también tiene un marrón del quince), una misteriosa femme fatal llamada Ana y un sepulturero poco convencional. Al aceptar estos 'trabajitos' tendremos que volver a delinquir para poder esclarecer el crimen por el que nos mandaron a la cárcel siendo inocentes. Prepárate para repartir estopa entre polis corruptos, robar objetos de valor y encubrir otros asesinatos, todo con tal de caerles bien a los que nos lo pidan. La cosa se complica cuando veamos que algunos ciudadanos reconocen al preso huido en el que nos hemos convertido, lo que desembocará en situaciones peliagudas donde tendremos que evitar y/o escapar de la poli.

También necesitarás reunir fondos, tanto para avanzar en los encargos como para mejorar al personaje, y las opciones para ganar dinero rápido no son pocas. La manera más fácil pasa por colarte en las casas de la gente y saquearlas, no sin antes inspeccionarlas bien, lo que implica mirar a hurtadillas por la ventana para ver si hay moros en la costa, reventar el cristal con un objeto como una llave mecánica, una piedra o una palanca, y rebuscar en tantos cuartos como te sea posible. Debes saber que hay un crono que empezará a correr tan pronto te cueles en la casa, a menos que lo hagas con la llave. También podremos ver un plano de la casa donde se representan todos los cuartos, puertas y ventanas. Pasar de un cuarto a otro consumirá mucho tiempo del crono, al igual que registrar cada habitación (para lo que debemos pulsar el botón X en el DualShock), pero lo cierto es que suele salirte a cuenta.

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Ni qué decir tiene que pueden pasar varias cosas mientras ejercemos de amantes de lo ajeno. Puede que te encuentres un escondrijo oculto protegido con un panel numérico que podrás desbloquear si introduces un código que está en algún lugar de la vivienda. O a un propietario alarmado dispuesto a darte la del pulpo y entregarte a los polis que esperan fuera, si que es que antes no le amordazáis tú u otro chorizo que ande buscando lo mismo. De ahí la importancia de examinar el objetivo antes, al menos en nuestra opinión, si pretendes evitarte compañía no deseada mientras el tiempo sigue bajando. Incluso hay una habilidad que te permitirá husmear automáticamente a través de todas las ventanas conforme te acercas a una casa, lo que nos evita de un plumazo los quebraderos de cabeza.

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Si lo de ser ladrón no es lo tuyo, siempre puedes ganarte la vida de otro modo. Las misiones nos ofrecen jugosas recompensas en efectivo, pero también podremos completar los desafíos contrarreloj al volante que se encuentran a lo largo y ancho del mapa, buscar botines ocultos o atracar tiendas (con una especie de mezcla entre un 'piedra-papel-tijera' y un juego de dados).

Aunque no es algo se diera muy a menudo cuando no estábamos en misión, hay veces en las que tendrás que recurrir a la fuerza para reducir a los enemigos, y el combate de American Fugitive se desarrolla en tiempo real. Ya uses un arma de fuego, prefieras una de cuerpo a cuerpo o te las apañes a puñetazo limpio, se apunta con el stick analógico derecho y se ataca con el gatillo derecho, mientras nos desplazamos libremente con el stick izquierdo. Si ves que la situación te supera, puedes echar a correr hasta un vehículo y salir pitando tan rápido como puedas, correr manteniendo el botón X (sin perder de vista el indicador de resistencia) o intentar escaquearte pulsando el botón O mientras te mueves por las sombras.

Escapar de las autoridades es bastante fácil, y aunque todo se reduce a una cuestión de gustos, lo cierto es que nos lo hemos pasado en grande. Una persecución puede prolongarse tanto como queramos. Por ejemplo, puedes desquitarte con unos polis para luego meterte en el coche y disfrutar del chute de adrenalina mientras te persiguen. Pero si resulta que te has llevado una valla por delante sin querer mientras te dirigías a la casa de empeños (no todo iba a ser matar peña en lo que a meterte en líos se refiere) y tan solo quieres seguir con lo que te traes entre manos, para darles esquinazo basta con ocultarte en un matorral, conducir hasta el bosque o pisarle a fondo junto a la vía del tren.

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Si quieres facilitar un poco las cosas, puedes echarle un vistazo al árbol de habilidades, en el que podrás mejorar varios de tus atributos, como la resistencia, la salud y la recuperación, junto con otras habilidades o herramientas especiales, como un detector de metales que emitirá un pitido cuando te acerques a un botín oculto, o la habilidad para inspeccionar casas al instante de la que hablábamos antes. Todas estas mejoras se desbloquean con varios puntos de mejora (que obtienes conforme vas subiendo de nivel en nivel) y dinero, algo que en ambos casos no nos costará conseguir.

Hay algo que nos ha parecido curioso cuanto menos. Siempre nos ha costado meternos en el papel del malo cuando jugamos (salvo en el caso de Grand Theft Auto, y eso que ahí nos hemos sentido lo que se dice mal más de una vez). El sistema sobre el que gira American Fugitive hace que el prota no sea del todo malo, y que los personajes con los que nos cruzamos, las que podemos considerar nuestras víctimas, no siempre sean "buena gente". Aunque nuestra inmersión en el juego no decayó en ningún momento, nunca nos lo pensamos dos veces antes de saquear la casa de Fulano o al atracar la tienda de Mengano, porque nunca llegamos a conocerles (ni falta que hace).

Por lo demás, American Fugitive es un juego sin pretensiones con mecánicas simples pero que, con toda su sencillez, logra traer de vuelta la nostalgia y adaptarla a la generación actual. Los gráficos lucen genial y el diseño está muy logrado, la fórmula es simple pero cuidada, y la historia nos atrapa sin llegar a hacerse demasiado pesada. No nos encontramos ni un solo bug durante la partida, lo que se tradujo en incontables horas dentro de su universo. Ahora bien, siendo sinceros, si no fuera por lo fascinados que estamos por este mundo y todo lo que podemos hacer en él, lo más probable es que notáramos cómo la trama principal se nos hace algo larga y peca un poco de repetitiva. Sea como sea, si no hacemos las misiones de seguido y nos dedicamos a planear nuestros golpes entre tanto, el juego se hace ameno y agradable. La música tan pronto destaca como desentona (y juraríamos haber oído uno o dos temas sacados de las típicas colecciones online de audios sin copyright), lo que sin duda es una minucia comparado con todo lo que hace que este sea un juego fantástico.

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09 Gamereactor España
9 / 10
+
Muy buen gameplay y una mezcla brillante de géneros. Mecánicas amenas. Buena capacidad narrativa.
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Escapar de la justicia es predecible. Se hace un poco largo.
overall score
Media Gamereactor. ¿Qué nota le pones tú? La nota de la network es la media de las reviews de varios países