El partido de fútbol del jueves en Ámsterdam entre el equipo local Ajax y el Maccabi de Tel Aviv acabó en disturbios, con más de 60 detenciones y la intervención del primer ministro de Holanda e incluso del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, que envió un avión para evacuar a sus ciudadanos. 5 personas fueron enviadas a hospitales y unas 30 sufrieron heridas leves.
El partido se desarrolló pacíficamente en el Johan Cruyff Arena y terminó 5-0 contra el equipo visitante. Sin embargo, según El País, antes de que empezara el partido, los aficionados israelíes rompieron el minuto de silencio guardado antes de que empezara el partido en apoyo a las víctimas de las inundaciones de Valencia. España es uno de los pocos países de Europa Occidental que reconoce el Estado de Palestina.
Publicaciones en las redes sociales muestran a seguidores del Maccabi entonando cánticos antipalestinos antes del partido. Tras finalizar el partido, los hinchas del Maccabi fueron emboscados en distintos puntos de la ciudad y golpeados. La ciudad se convirtió en una zona de combate.
Según las autoridades policiales, había unos 2.600 hinchas del Maccabi en la ciudad. Hubo informes de taxistas implicados en el ataque y algunos dicen que el ataque a los visitantes israelíes parecía organizado. Otros informes dicen que los visitantes israelíes estaban rompiendo y quemando banderas palestinas.
La alcaldesa de Ámsterdam, Femke Halsema, cree que los alborotadores se organizaron a través de Telegram, y dijo que recordaba a los pogromos, ataques organizados contra un grupo étnico, en particular los judíos.
El ayuntamiento, que no permitió que manifestantes propalestinos se manifestaran junto al estadio, declaró que "alborotadores y delincuentes antisemitas y llenos de odio atacaron ayer y anoche a visitantes judíos que visitaban nuestra ciudad".