Análisis de Anger Foot, el juego de pegar patadas a lo loco

¿Un FPS de acción frenético en el que patearás y reventarás a tiros hordas de enemigos? No me digas más, ¡me apunto! Esa fue mi primera impresión cuando fui testigo por primera vez de Anger Foot de Free Lives hace unos años. Este juego es tremendamente sencillo, pero ha dado totalmente en el clavo que hizo que Hotline Miami fuera una delicia para la vista. El objetivo es pasarse pequeños y vertiginosos niveles como precisamente Anger Foot, que también es el nombre del protagonista, para pegar patadas, volar en mil pedazos y disparar a los diversos enemigos que se interponen en tu camino, crudo y retorcido al más estilo John Wick. Es descabellado, turbulento y un ejemplo perfecto de cómo un sistema de juego se puede llevar a otro nivel y utilizarse para algo completamente trepidante.

La experiencia de juego es exactamente como he descrito antes. Piensa en Ghostrunner con un tripi encima. Te pasas un nivel (uno de los más de 60 que hay) que dura aproximadamente dos minutos y con la finalidad de abrirse paso por diferentes estancias, derrotar enemigos y evitar los peligros, sin que te hagan mucho daño. Eres la definición de un cañón de cristal y si recibes demasiado daño, estarás fuera de juego y tendrás que empezar el nivel de nuevo. Puede que en la teoría parezca fácil, pero en la práctica, Anger Foot es un juego de reflejos, correr y velocidad, en cuanto los enemigos te vean, empezarán a dispararte de manera precisa sin pestañear, lo que implica que, si no estás atento o preparado, prepárate para morir más veces de lo que podrías imaginar. Muchas veces este diseño puede ser un quebradero de cabeza y llegar a frustrarse, pero la práctica hace al maestro. Si volvemos a la comparación con John Wick, imagina a John sin traje antibalas que le proteja de los disparos. De eso se trata en Anger Foot. Debes ser más rápido y letal que las hordas de enemigos o perderás.

Es un juego extremo en muchos sentidos, pero Free Lives no busca arruinarte el día con un desafío agobiante y difícil. Anger Foot es un dios entre los hombres. El protagonista se enfrenta a la mafia después de que esta le robe su preciada colección de zapatillas, pero se da cuenta de que se trata de una bestia parda y rabiosa que te mata con una sola patada y sin esfuerzo puede recoger una de las muchas armas y reventar a todo lo que se mueva. Aquí es donde el flujo entra en la ecuación de nuevo, ya que te las puedes agenciar para pasar los niveles solo ataques cuerpo a cuerpo, también puedes birlar una 9 mm y derribar a cinco enemigos, lanzar el arma para aturdir, pillar una escopeta de repetición y hacer volar un barril explosivo, antes de cambiarla por una ballesta que ensarta otra ristra de enemigos. El control del jugador en Anger Foot es excelente. El juego consiste en llevar a cabo el trabajo en cuestión de la forma que más te plazca incluso si Free Lives te ofrece algún que otro desafío por el camino.

Por si fuera poco, Anger Foot te coloca 60 niveles, a través de cuatro zonas principales, que te llevará unas cuatro horas recorrer. Para los coleccionistas (y los masoquistas) existen dos retos secundarios en cada nivel, que al finalizar el nivel se combinan para desbloquear una de las tres estrellas disponibles. Estos desafíos son, por lo general, bestiales y te llevarán al límite. A veces te pedirán superar un nivel en un tiempo ridículo establecido, no matar a un enemigo, superar el nivel mientras usas unas zapatillas desbloqueables determinadas (que adquieres ganando suficientes estrellas y añaden una perk adicional para que Anger Foot utilice, ataques al deslizarte o una segunda vida), matar enemigos de un tiro en el melón y mucho más. Lo importante es que estos desafíos alteran la partida de simple supervivencia a retos absurdos que probablemente serán imposibles para muchos. Pero aún así, si estás preparado para el trabajo, ¡a por ellos!

No se trata solo del sistema de juego -que, independientemente de cómo decidas disfrutarlo, sigue siendo emocionante- sino también la presentación audiovisual. Este juego tiene un HUD muy básico que nunca abruma al jugador y francamente es fácil olvidarse de que existe, lo que hace maravillas para la inmersión. La dirección artística es vibrante y colorida, aunque muy tosca y tan retorcida que a veces hay que hacer una doble toma. La banda sonora se adapta a la perfección a la dinámica de juego, con unos graves contundentes que hacen que la sangre no pare de latir. Todo el concepto de Anger Foot resulta increíblemente organizado y ajustado, y tiende a seguir siendo un gran ejemplo de cómo las mecánicas sencillas pueden brillar cuando están muy refinadas.

Las únicas partes del juego que nunca me hicieron demasiada gracia fueron los encuentros con los jefes. Al final de cada una de las zonas principales, tendrás un enfrentamiento con un jefazo del crimen de esa parte. Suelen ser encuentros de fase múltiple que no son para tirar la casa por la ventana, ni en desafío ni en dificultad, quitando que son algo diferentes al resto del juego, resultan menos estresantes y más manejables. En lugar de servir como una manera de poner a prueba tus cualidades para concluir el nivel, parecen un engaño para darle algo de chica a la trama, ya que en Anger Foot es un aspecto que brilla por su ausencia. Free Lives ofrece un juego absurdo, ellos lo saben y nosotros también, por eso no hay que andarse con rodeos en estos temas. Es un juego estrambótico sobre un macarra que mata a cientos de delincuentes que habitan una metrópolis ficticia, Shit City, porque le han robado las zapatillas. Si esperabas una trama profunda y sorprendente, te has equivocado de juego.

Es en parte esta autoconciencia lo que hace que jugar a Anger Foot sea una pasada. Su naturaleza absurda lo hace destacar y brillar, aunque no es lo único que sobresale. No se alarga demasiado, añade constantemente desafíos adicionales y variedad mediante nuevos tipos de enemigos, más armas y nuevos biomas, todo ello con una presentación de primera y un rendimiento medido e impecable, y aun así tiene la consideración de ofrecer actividades adicionales duras y realmente exigentes para aquellos que quieran llegar al límite. Si buscas una experiencia de acción enérgica, ruidosa y violenta este verano, Anger Foot es el juego que debes elegir.