Llevo siguiendo el desarrollo de Citadelum desde... bueno, desde que la propia Abylight nos lo presentó en exclusiva a Gamereactor en la Gamescom de 2023. Por aquel entonces el juego no tenía ni siquiera un nombre definitivo, pero durante el último año Citadelum ha ido extendiendo su emergente imperio entre la comunidad de jugadores entusiastas de los juegos de gestión, y ahora sus legiones están listas para partir. Y lo cierto es que la mayoría de títulos palidecen al ver en el horizonte sus banderas.
Partamos desde el principio. Citadelum es el siguiente paso en escala y ambición del equipo de Abylight Barcelona, un estudio especializado en juegos de gestión. Y digo el siguiente paso porque este aparente juego de construcción de ciudades de la Antigua Roma esconde también sistemas de comercio y conquista que podríamos esperar en títulos de estrategia como Civilization. Mencionaba escala y ambición porque, bueno, hay tantos sistemas que deben funcionar a la vez para pasar de una miserable aldea a orillas del río a una urbe gigantesca desde la que desfilarán legiones para conquistar el mundo que solo se puede considerar digno del César.
Lo mejor para situarnos es sumergirnos directamente en la campaña de Citadelum, que consta de 10 niveles o escenarios repartidos por el Imperio que dejó Julius César al fallecer. Aunque la narrativa apenas tenga peso específico en la historia, en la campaña ejercemos como Gaius Octavius, el hijo adoptivo del César que debe vengarse de los asesinos de su padre y a enfrentar al propio Marco Antonio a lo largo y ancho del Imperio, desde los Muros de Roma a los desiertos de Equipo y, en última instancia, en la campaña en Hispania.
Como digo, lo importante no es la historia como tal, ya que no hay diálogo ni interacción entre personajes alguna. Para completar la misión solo hay que completar los objetivos, nada más.
Bueno, esto no va a ser nada fácil, pero afortunadamente la propia campaña de Citadelum está pensada como un gran Modo Tutorial en el que aprenderás lo básico. En primer lugar, toda villa romana comienza colocando un Foro, que será el núcleo central desde el que saldrán los caminos y ramificaciones de las vías. Para comenzar con buen pie, construimos nuestras primeras viviendas de plebeyos, trabajadores que nutrirán toda la agricultura e industria, desde cultivo hasta artesanía, educación y medicina. Y para todos ellos habrá que proveer suficiente comida, estableciendo zonas de cultivos, llevando agua con acueductos y estableciendo regularmente sistemas antiincendios y oficinas de ingenieros para mantener todo funcionando.
Pero ningún imperio se sostiene solo con plebeyos y las despensas llenas. Hacen falta denarios (o sestercios, ahora no recuerdo) y estos se consiguen mediante la recaudación de impuestos a los patricios (que no trabajar, pero sí deben estar contentos para pagar) o estableciendo rutas comerciales con otras ciudades.
Parece sencillo lo expuesto hasta ahora, pero aquí he simplificado un sinfín de sistemas que deben mantenerse en equilibrio y prosperar para que la ciudad prospere. Lo básico y principal es servirse de servicios básicos como agua (construyendo acueductos y depósitos) regularmente, y también cuarteles antiincendios, oficinas de ingenieros, almacenes, mercados, escuelas, consultas médicas y, en definitiva, todo lo que pueda necesitar un habitante del siglo I a.C. Además, todo debe estar debidamente conectado y organizado a ambos lados de las vías, con suficiente nivel de deseabilidad o comodidad para los habitantes y con suficiente espacio entre viviendas e instalaciones de producción para que todo funcione y prospere.
Conforme la ciudad crezca y aumente el nivel de prosperidad, tendrás que construir y mantener también formas de entretener a los habitantes, como teatros, bibliotecas y templos para rendir culto a los dioses. El Panteón Romano estará muy atento a esta parte, y cada deidad requiere su debida atención y sacrificios o festividades. Sin son favorables, los dioses pueden proveer de más recursos extra en momentos de necesidad, felicidad o ejércitos. Pero si adoras a ciertos dioses y dejas de lados a otros, estos pueden descender a la tierra para arrasar con hambre y fuego tu ciudad. No es el sistema más complejo de Citadelum, pero sí aporta una capa extra de complejidad al diseñar tu economía sostenible y, en caso de necesidad, un empujón para tus ansias de conquista.
Llegará un momento en que la autarquía no servirá y ciertos materiales o productos tendrás que importarlos desde otras ciudades lejanas, estableciendo rutas comerciales. Con ellas puedes también librarte de algunos excedentes y ganar algo de dinero, pero en la mayoría de las ocasiones, explorar el mapamundi te pondrá en el camino ejércitos enemigos, y es entonces cuando hablan las espadas.
El combate es una capa más al sistema de construcción de ciudades de Citadelum. Una vez puedas empezar a formar tropas (que, por cierto, requiere de varias infraestructuras e industrias dedicadas para ello, lo que condicionará mucho el progreso de la ciudad) podrás organizarlas en legiones para que se enfrenten en batalla. Es un sistema simplificado, con batallas automáticas y solo unos pocos tipos de unidades, pero es, de nuevo, un nuevo espacio en el que el estudio se prueba y amplía su fórmula. Quizá he echado de menos más variedad de unidades, pero supongo que eso podría complicar todavía más la gestión de recursos y haría tambalearse a todo el castillo de naipes.
Aunque la campaña y el editor de mapas personalizados te ofrecerán muchas horas de desafío en Citadellum, es en el contenido generado por la comunidad donde veo el futuro más brillante para el juego. Al igual que ocurría en One military Camp, los testers han estado ofreciendo feedback regularmente a los desarrolladores, y aunque ahora apenas hay mapas y misiones creadas por usuario, cada una de las que he visto tiene un toque único. Incluso vi una en la que el usuario había modificado el entorno y los colores del mapa como si de un mundo alienígena se tratara. Y eso por no hablar del detalle de haber localizado el juego a varios idiomas... incluyendo el latín clásico.
Con un sistema de gestión minucioso, intrincado y, con todo, estable, Citadelum promete a los amantes de los city builders y los títulos de gestión un buen puñado de horas de diversión. Lo que más lamento es que no haya una opción multijugador para poder competir contra los imperios de mis amigos, pero las creaciones que podemos descargar de Steam Workshop suplen esa ausencia. Es hora de coronar a un nuevo César.